Un referéndum que va más allá de la duración de la Feria de Sevilla
Tras la consulta que se inicia este martes, subyacen debates relacionados con la masificación, sus efectos en el transporte y la seguridad o el reparto de los beneficios millonarios de la fiesta
Sevilla inicia desde este martes y hasta el jueves a las ocho de la tarde su particular procés de farolillos. Casi 600.000 personas, entre vecinos empadronados en la capital andaluza mayores de 18 años, titulares de casetas y propietarios de coches de caballos, están llamados a votar en el referéndum organizado por el Ayuntamiento hispalense para decidir qué modelo de Feria de Abril quieren: el actual —...
Sevilla inicia desde este martes y hasta el jueves a las ocho de la tarde su particular procés de farolillos. Casi 600.000 personas, entre vecinos empadronados en la capital andaluza mayores de 18 años, titulares de casetas y propietarios de coches de caballos, están llamados a votar en el referéndum organizado por el Ayuntamiento hispalense para decidir qué modelo de Feria de Abril quieren: el actual —también decidido en consulta popular en 2016― que va de sábado a sábado o el tradicional, que arranca en lunes con la noche del pescaíto y termina el domingo con los fuegos artificiales. Al margen de la duración, tras la consulta subyacen debates importantes relacionados con la masificación y sus efectos en el transporte y la seguridad, la inclusión de público del resto de la provincia o el impacto económico y el reparto de los beneficios millonarios que genera un evento que supone el 3% del PIB de la capital.
La votación se ha abierto a las nueve de la mañana, aunque las casi 66.000 personas que a esa hora se habían descargado un código QR para hacerlo telemáticamente han debido esperar porque la web se ha colapsado ante la solicitud masiva de votos. Pasadas las 10 de la mañana el sistema se había estabilizado y los ciudadanos que se han acercado a hacer su elección de manera presencial en los distritos sevillanos han podido votar con normalidad. “Yo por si tardaba he dejado la comida hecha”, dice Ana Román, una vecina del barrio de Triana de 74 años. Antes que ella ya habían hecho su opción unas 10 personas, según los trabajadores de esa demarcación.
Román se ha decantado por el modelo tradicional, el corto —un día menos que el actual—. “Tengo muchos años y quiero pocos días de Feria, pero también lo hago por mi hijo que tiene caseta y prefiere empezar el lunes”, explica. Es la opción por la que se han decantado también Carlos Domínguez, de 68 años y Ricardo Villaseñor, de 74, que han votado justo antes que ella. Ambos tienen caseta y apelan a la tradición: “La esencia de la feria no es que sea más larga, es que sea como ha sido siempre”, opina el primero. Villaseñor, que, en la anterior consulta, convocada por el alcalde socialista Juan Espadas, votó a favor del modelo actual “por ver cómo era la experiencia”, también quiere volver a la feria corta.
Y es que la “tradición” es una de las razones que movilizan a los vecinos de más edad de Sevilla para decantarse por el modelo antiguo y también a muchos titulares de casetas que reivindican otra tradición de esta festividad, la prefería -las cenas organizadas por los socios durante el fin de semana previo al lunes del pescaíto. “Era una forma de estar las familias a las que pertenece la caseta juntas de manera más íntima, porque luego ya se invitan a amigos y no hay oportunidad”, explica Antonio Barrero, presidente de la Asociación de Titulares de Caseta de Feria que están a favor de la feria corta. Algunos jóvenes consultados, de menos de 25 años, prefieren la larga, aunque la mayoría no pretenden votar. “Puedo venir yo y mis amigos de la facultad. Si solo es el último fin de semana, no compensa. Y además, que nadie está obligado a ir todos los días a la Feria”, dice Raúl, de 21 años y que estudia Ingeniería en Madrid.
Esperanza Ramos, de 72 años, acaba de votar en el Distrito de Triana y lo ha hecho por el modelo tradicional. “Los primeros días de este nuevo sistema hay mucha masificación”, defiende, empleando otro de los argumentos de los que optan por el formato corto y al que apelan muchos taxistas, uno de los gremios que más trabaja durante la Feria de Abril. “Ha pasado este año durante el primer fin de semana, la feria ha sido multitudinaria y ha venido mucha gente de Madrid, eso provocó muchos problemas de tráfico para acceder”, explica Rafael Baena, presidente de Élite Taxi, que hace alusión a las quejas generalizadas por los atascos en la circulación y el colapso en el metro y los autobuses para entrar y salir del Real de la Feria entre el sábado 13 de abril y el martes 16.
Tres millones de visitanes
La Feria de 2024 ha registrado récord de visitantes. Unos tres millones de personas se han paseado por el recinto ferial, un millón más que el año pasado, de acuerdo con los datos facilitados por el Ayuntamiento en función de los cálculos realizados a partir de las cámaras de control de los accesos, los drones, los usuarios del autobús urbano y los residuos de basura recogidos. Una cifra que avalaría el modelo largo porque, al cubrir prácticamente dos fines de semana, permite que puedan acudir no solo turistas extranjeros y visitantes de fuera de la comunidad, sino de la provincia de Sevilla. Es a ese espíritu de feria inclusiva al que apela el presidente de la Diputación, Javier Fernández. “Llena la Feria no solamente de turistas, generando una mezcla de público y una simbiosis entre asistentes de la provincia y la capital”, dijo en declaraciones a la Cadena SER. “Yo prefiero este modelo porque podemos venir con los niños el domingo y hacer algún plan solos con mi marido el viernes siguiente y volver con los críos el sábado a montarlos en los ‘cacharritos”, dice Lucía Rodríguez, que vivió en Sevilla hasta que se mudó a Espartinas, a 18 kilómetros de la capital.
Todavía no hay datos oficiales del impacto económico de esta Feria, pero el alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz, ha reconocido esta mañana que entre la Semana Santa y esta segunda fiesta de la Primavera se calculan unos beneficios de 6.000 millones de euros. Los hoteles, los hosteleros, tradicionales, pero sobre todo los de ferias, y los feriantes son uno de los principales sectores favorecidos por un evento que supone el 3% del PIB de la capital andaluza y, en general, prefieren el modelo largo. La ocupación en los hoteles ha superado el 90% de sábado a sábado, rozando el 100% el primer sábado de Feria, según los datos facilitados por la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia. Los propietarios de coches de caballos también son partidarios del formato actual porque suben sus tarifas, tienen un día más de trabajo y pueden descansar el domingo, tal y como reconocía Lola López, presidenta de la asociación de coches de caballos públicos de Sevilla.
Pero esa feria larga no sale barata para los caseteros que se quejan de que los últimos días de la Feria el Real está casi vacío porque los sevillanos optan por irse a la playa y mantener abiertas las casetas y el servicio de catering activo no es rentable. (El gasto medio de una caseta oscila entre los 20.000 y los 40.000 euros). “Esto no hay bolsillo que lo resista”, reconoció el propio alcalde esta semana, que, aunque no esconde que este modelo de feria no le gusta, ha optado por no posicionarse ni hacer campaña durante los días de votación.
El PSOE, que fue quien implantó el actual modelo, sí lo ha defendido, alegando que ya está asentado. Vox se decanta por el modelo tradicional y Podemos-IU pide autocrítica. Considera que el modelo largo no beneficia a la ciudadanía, sino a los turistas y al sector hotelero, mientras que el coste en seguridad, limpieza y transporte lo soportan los sevillanos, por eso, para que esos beneficios millonarios reviertan en la ciudadanía reclama la imposición de la tasa turística.
La votación acaba de comenzar y, más allá del resultado, lo que espera el equipo de gobierno del alcalde es una participación alta que avale la consulta. A las ocho de la tarde, cuando se ha cerrado el plazo de la primera jornada de votación, se habían descargado 80.500 códigos y se habían emitido 51.810 votos, según los datos facilitados por el consistorio, una cifra superior al total de los 40.659 de la consulta se 2016. La baja participación del anterior referéndum, que no llegó al 7%, fue muy cuestionada en su momento, al igual que la necesidad de convocar una consulta para decidir el modelo de la Feria. Algo que también ha suscitado críticas por la apariencia de frivolidad que se lanza desde un Ayuntamiento que debe gestionar cuatro de los barrios más pobres de España o la falta de infraestructuras. “El alcalde podría haber adoptado la decisión directamente, pero entiendo que con la consulta saldrá reforzada su postura”, opina Domínguez. “Debería extenderse a otros asuntos de mayor relevancia”, dice Ramos.