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Intervención policial desmedida o parada cardiorrespiratoria: la polémica muerte de Haitam en Torremolinos

Un juzgado de Málaga investiga el fallecimiento de un hombre de 35 años después de ser reducido por agentes de la Policía Nacional con pistolas Taser mientras su familia pide justicia

Nassr Mejri, de 30 años, apaga un cigarro y enciende el siguiente. Desde hace una semana fuma dos paquetes diarios, dice, porque le come la ansiedad. Empezó justo después de que una pareja de policías se presentase en Casa Amina, el restaurante familiar que dirige su madre en Málaga. Llegaron para decirle que su hermano, Haitam, de 35 años, había fallecido la tarde anterior en ...

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Nassr Mejri, de 30 años, apaga un cigarro y enciende el siguiente. Desde hace una semana fuma dos paquetes diarios, dice, porque le come la ansiedad. Empezó justo después de que una pareja de policías se presentase en Casa Amina, el restaurante familiar que dirige su madre en Málaga. Llegaron para decirle que su hermano, Haitam, de 35 años, había fallecido la tarde anterior en Torremolinos durante una intervención policial y tras haber recibido disparos con una pistola Taser. La muerte del joven está, desde entonces, envuelta en la polémica. La familia denuncia una “intervención desmedida” de los agentes que lo redujeron en un locutorio, mientras que los sindicatos policiales lo definen como “delincuente” y aseguran que se mostró agresivo cuando iba a ser detenido, de ahí que utilizaran sus armas eléctricas. Para aclararlo, el juzgado de Instrucción número 4 de Torremolinos ha iniciado una investigación.

Este lunes, algo más de medio centenar de personas se concentraban frente a los juzgados de la ciudad de Málaga. “Sin justicia no hay paz”, se podía leer en una de las pancartas sujetadas por el entorno del fallecido, de nacionalidad marroquí, mientras se escuchaban cánticos de “Justicia para Haitam”. Nasser Mejri tomaba entonces un megáfono, visiblemente nervioso, con las manos temblando. “Queremos esclarecer los hechos y limpiar la imagen de mi hermano. Basta ya de abuso policial. No queremos que algo así vuelva a pasar nunca más. La actuación fue desmedida”, reivindicaba. Luego llegaba el turno de la malagueña Claudia López, madre del hijo de siete años de Haitam. “Todavía no sé ni cómo decirle a mi niño que su padre está muerto”, señalaba. “Es que todavía estoy en shock, aún no me creo lo que ha pasado”, explicaba más tarde a EL PAÍS. “Están diciendo de todo sobre él y no se lo merece”, subrayaba.

Haitam llegó a España con cinco años a finales de los 90 junto a su madre y su hermano, que ya tiene la nacionalidad española. Residía en El Pinillo, al este de Torremolinos. La versión familiar, recabada a través de testigos y varios vídeos, es que el hombre entró, sobre las 19.30 del domingo, a un negocio de comida árabe de esa ciudad para pedir un cargador porque su teléfono se había quedado sin batería. No tuvo suerte, así que probó enfrente, un locutorio. Quiso comprar un dispositivo y se mostraba nervioso “pero no violento”, destaca su hermano. El propietario del establecimiento le dijo que no tenía y empezaron una discusión. Hasta que el empresario salió del local y encerró con llave al marroquí mientras llamaba al servicio de Emergencias 112 Andalucía para pedir ayuda porque, decía, le estaban robando.

Durante los 15 minutos que transcurrieron hasta que llegaron las patrullas, la víctima se quedó dentro, cargando su móvil. “Creo que se quedó tranquilo porque esperaba aclarar todo con la policía”, añade Nasser. Los agentes llegaron, se acercaron a él y acabaron reduciéndolo con sus pistolas eléctricas. Después, lo retuvieron en el suelo esposado “y poniéndole la rodilla en el cuello”, según la familia. Entonces entró en parada cardiorrespiratoria y, aunque los servicios sanitarios llegaron pronto, falleció.

La versión policial se parece, pero dista en detalles muy relevantes. Fuentes policiales manifestaron a última hora del domingo que la llamada al 112 se había producido por un robo con violencia y que el presunto autor había sido retenido en el establecimiento “en avanzado estado de agitación”. También aclararon que habían hecho falta varias patrullas para reducir y detener al sospechoso “dado su estado”, como recoge Europa Press. La Policía Nacional insiste en esa versión desde entonces. “Por nuestra parte, no se ha abierto ninguna investigación por estar la actuación sujeta a derecho”, recalcan, al tiempo que esperan que la autopsia pueda determinar las causas de la muerte.

“Quieto o te pego otra”

A lo largo de toda la semana pasada, los sindicatos policiales lanzaron comunicados defendiendo la actuación de sus compañeros “ante un sujeto muy agresivo que les recibió al grito de Alá es grande esgrimiendo unas tijeras”, como informaron desde Jupol. Entre los vídeos facilitados por los testigos y que se encuentran en redes sociales no se aprecian que dijera esa frase ni se ve la supuesta arma, pero lo cierto es que las imágenes tampoco recogen toda la intervención, son solo pequeños trozos de varios segundos. Sí se ve a un agente acercarse a medio metro de la víctima sin que esta mostrara agresividad. Más tarde, cuando lo reducen, un agente le amenaza: “Quieto o te pego otra [descarga]”. “Lo estáis viendo todos. Mirad lo que me están haciendo, están las cámaras ahí”, respondía Haitam desde el suelo.

“Del vídeo de lo que sucedió parece desprenderse que no hubo ningún tipo de resistencia por parte de la persona fallecida, por lo que parece que el uso de las pistolas Taser fue absolutamente desproporcionado”, afirmó este lunes David Tejeiro, concejal de Izquierda Unida (IU) en Torremolinos. “Cuando detenemos a alguien, lo hacemos al amparo de la ley”, habían afirmado desde el Sindicato Unificado Policial (SUP), donde un portavoz lamentaba la muerte “de un delincuente”, aunque de momento no se ha demostrado que estuviese cometiendo ningún delito. El sindicato también criticaba duramente a la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, a la que definían como “bocazas” después de que publicase este mensaje en X: “Decir que ‘mueres’ de un infarto mientras la policía te detiene es lo mismo que decir que las mujeres ‘mueren’ a manos de su pareja mientras les dan una paliza. No son muertes, son asesinatos y esto es violencia policial racista que hay que parar ya”. En el SUP informaron que el viernes acudieron al Tribunal Supremo para presentar una querella contra Belarra por sus palabras.

Por su parte, el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Toni Valero, ha realizado varias preguntas al Congreso para buscar respuestas a lo sucedido, entre ellas, los motivos que llevaron a la utilización de las pistolas eléctricas, conocidas como Taser por su nombre comercial. Estas lanzan unos dardos con electrodos unidos al arma mediante un cable. Cuando impacta en el cuerpo, provoca una descarga que incapacita a quien recibe el impacto de manera temporal. Tanto Policía Nacional como Guardia Civil las usan desde el año 2020, cuando llegaron las primeras unidades a España. Ahora hay unas 2.000 en funcionamiento, que serán más en los próximos años debido a los contratos licitados para adquirir más unidades. Todas tienen una cámara de vídeo que se activa durante su uso, de ahí que las imágenes grabadas por las que se usaron en Torremolinos formarán también parte de la investigación judicial. Amnistía Internacional denunció la pasada primavera el excesivo uso policial de estas armas ―igual que hizo el Defensor del Pueblo― debido a una “alarmante” falta de regulación.

Mientras tanto, la familia pide justicia. Busca que se aclaren los hechos, por lo que consideran una “desmedida actuación policial” y solicita una “investigación independiente” que compruebe las cámaras del locutorio donde ocurrió la intervención. Sus allegados también quieren enterrar a Haitam, aunque hasta este lunes la jueza que lleva el caso no había dado autorización “porque quería tener toda la información del caso antes de hacerlo”, según ha relatado el abogado de la familia, Samuel Tejada. El cuerpo permanece desde el domingo 7 de noviembre en las cámaras del Instituto de Medicina Legal de Málaga, donde fue sometido a una autopsia. Su resultado será clave para conocer cómo murió Haitam.

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