Génova avala la decisión del PP de Madrid de informar a las mujeres de un supuesto síndrome posaborto
La dirección nacional, pese a que dejó fuera el aborto de la ponencia ideológica del congreso, arguye que “la información nunca es un problema”. Vox se sorprendió por el voto a favor porque no se había pactado de antemano
La dirección nacional del PP avala la decisión del PP del Ayuntamiento de Madrid de aprobar este martes una propuesta de Vox para que sea obligatorio informar a las mujeres que quieren abortar de las consecuencias de un supuesto síndro...
La dirección nacional del PP avala la decisión del PP del Ayuntamiento de Madrid de aprobar este martes una propuesta de Vox para que sea obligatorio informar a las mujeres que quieren abortar de las consecuencias de un supuesto síndrome posaborto no avalado por la ciencia. Una vez aprobado este martes en un pleno en el que el PP tiene mayoría absoluta, los centros de atención pública de Madrid deberán informar de manera obligatoria a las mujeres que la interrupción voluntaria del embarazo puede causarles, entre otros efectos, “depresión, un profundo sentimiento de culpa, aislamiento, alcoholismo, anorexia y bulimia”. Pese a que el PP de Alberto Núñez Feijóo dejó fuera el aborto de la ponencia ideológica del congreso, Génova ha optado por respaldar al PP de José Luis Martínez-Almeida, con el argumento de que “la información nunca es un problema”, según ha defendido la portavoz parlamentaria, Ester Muñoz.
Muñoz ha afirmado, preguntada por esta iniciativa en rueda de prensa en el Congreso, que “quien tiene que explicarlo es quien esté en contra de que las mujeres estén informadas”. La portavoz se ha quejado de que este asunto, una medida aprobada en el pleno del Ayuntamiento de la capital, “es una nueva ardilla lanzada por el Gobierno para que no se hable de sus problemas de corrupción”.
La decisión de Génova de respaldar la iniciativa del PP de Almeida, que para los expertos y la oposición en Madrid es una medida “ideológica” que busca coaccionar a las mujeres que quieran abortar, se aparta de la que había sido hasta ahora la estrategia del PP de Feijóo. La cúpula del partido decidió soslayar este espinoso asunto, que ha dividido históricamente al PP, de la ponencia ideológica que se aprobó en el congreso del pasado julio.
Ese texto, el ideario vigente del PP aprobado por todo el partido, ni siquiera menciona la interrupción voluntaria del embarazo. En la ponencia anterior sí lo hacía, para decir que “el aborto no debe entenderse como un derecho, sino como un fracaso de la sociedad”. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que avaló la ley de plazos, Feijóo dijo públicamente que respetaría la norma vigente, y aceptó, por tanto, que el aborto es un derecho (aunque “no un derecho fundamental”, defendió), pero el PP quiso dejar fuera de la ponencia el aborto consciente de la división interna.
Ahora, el PP de Almeida ha reabierto un melón forzado por Vox sin tener en realidad una necesidad política, ya que los populares cuentan con mayoría absoluta en el Ayuntamiento de la capital.
La decisión de los populares sorprendió también a Vox. Fuentes del partido de Santiago Abascal aseguran que no habían negociado nada con el PP de antemano. “No conocíamos el apoyo del PP. Que yo sepa, no negociamos nada”, relata un alto cargo de Vox que cuenta con la confianza del líder de la formación. “Pero que nos lo aprobaran ha sido una sorpresa relativa”, sostiene. “Ayuso, desde septiembre, ha centrado su discurso en la defensa de la vida. Solo hay que ver su discurso del debate del estado de la región. Preparan el terreno, y antes de lo que creíamos, como siempre cuando se acercan las elecciones, entran en la operación de disfrazarse de Vox durante un rato. Y Almeida hace lo que le dice Ayuso”.
El movimiento del PP del alcalde de Madrid está avalado también por el PP regional de Isabel Díaz Ayuso. En el entorno de la presidenta madrileña afirman que “si le parece mal a la izquierda”, a ellos “perfecto”, y sostienen que el supuesto síndrome posaborto es en realidad “un hecho objetivo, como son las consecuencias de un aborto” y que hablar de un supuesto síndrome es un término “de la izquierda política pro aborto”.
En ese contexto, el apoyo del PP de Ayuso a la propuesta de Vox responde a un doble objetivo: reaccionar a la mejora de las expectativas electorales de la extrema derecha en la región (“vemos que ya no somos irrelevantes”, resumen en Vox) y alimentar la guerra cultural contra la izquierda que tan buenos réditos le ha dado a la baronesa conservadora.
El supuesto síndrome fue relatado en el pleno del Ayuntamiento por la concejala de Vox Carla Toscano. La edil defendió, sin aportar prueba alguna, que el aborto genera en las mujeres “depresión, un profundo sentimiento de culpa, aislamiento, imágenes recurrentes, pesadillas, insomnio, alcoholismo, anorexia y bulimia, disfunciones sexuales, autolesiones, agresividad y una tasa de hospitalización por problemas psiquiátricos que duplica al de las mujeres que no han abortado“.
El portavoz de la sociedad española de contracepción, José Cruz, ha asegurado en conversación con EL PAÍS que se trata de “medidas ideológicas”. “Si tu decisión es firme, no vas a tener ninguna sintomatología de este tipo. Evidentemente, interrumpir un embarazo no es algo agradable”, reconoce. Y se pregunta: “¿Crees que es necesario hablar del síndrome posaborto a una persona que ya está pasando por todo el drama que supone este proceso?“.
Fernando Chacón, vocal del Consejo General de Psicología, señala que es problemático hablar de síndrome para referirse a las consecuencias que sufren algunas mujeres después de interrumpir su embarazo porque no está avalado por la comunidad científica. No lo recoge como tal ninguno de los dos catálogos de clasificación de trastornos mentales de referencia: el DSM-5, más usado en Estados Unidos, o el CIE-11, en Europa.