Aitor Esteban se despide del Congreso reivindicando la política: “Esto es mucho más que ruido”
Todos los partidos salvo Vox muestran su reconocimiento al hasta ahora portavoz del PNV
El rostro de Aitor Esteban se contrajo en un claro gesto de reprimir la emoción cuando el portavoz socialista, Patxi López, se dirigió a él: “Aitor, no sé si te llevas el tractor [en alusión a un ripio con su nombre que le hizo en una ocasión Mariano Rajoy], pero sí te llevas todo nuestro respeto”. Poco antes, las bancadas del PSOE, de Sumar, de los independentistas catalanes y también de sus rivales vascos de EH Bildu se habían puesto en pie para ovacionar al portavoz del PNV y reconocer así 21 años de trabajo parlament...
El rostro de Aitor Esteban se contrajo en un claro gesto de reprimir la emoción cuando el portavoz socialista, Patxi López, se dirigió a él: “Aitor, no sé si te llevas el tractor [en alusión a un ripio con su nombre que le hizo en una ocasión Mariano Rajoy], pero sí te llevas todo nuestro respeto”. Poco antes, las bancadas del PSOE, de Sumar, de los independentistas catalanes y también de sus rivales vascos de EH Bildu se habían puesto en pie para ovacionar al portavoz del PNV y reconocer así 21 años de trabajo parlamentario, que ahora abandona para asumir la presidencia de su partido. En el PP la despedida fue más tímida: apenas aplaudieron, sentados en el escaño, Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra. De Vox no partió el menor gesto.
La despedida de Esteban ya había tenido un primer capítulo, el pasado 27 de febrero, cuando Pedro Sánchez le dedicó su reconocimiento tras la que era la última pregunta al presidente del portavoz del PNV en una sesión de control. Pero Esteban todavía guardaba una última intervención en la prevista comparecencia de Sánchez para analizar la situación internacional. Y, tras cinco horas de debate, aprovechó su contrarréplica final para decir adiós y bromear sobre estas largas semanas de despedida: “Ya sé que algunos de ustedes pensaban que no me iría nunca, pero me voy. He tardado, pero me voy”.
Esteban confesó que había tenido que recurrir al Diario de Sesiones para recordar cuál había sido su primera intervención en la Cámara, cuando llegó en 2004, con 42 años, en plena resaca de la matanza de Atocha y el inesperado triunfo electoral del PSOE. Su estreno en la tribuna de oradores se produjo en un debate sobre una de las muchas leyes de educación que se han ido quedando por el camino.
En estos 21 años, 12 de ellos como portavoz de su grupo, Esteban ha ganado en dos ocasiones el premio Emilio Castelar al mejor orador que conceden los periodistas parlamentarios y se convirtió en uno de los diputados más respetados por todas las opciones políticas y por los propios informadores. En su despedida, el parlamentario vizcaíno no se olvidó de nadie, aparte de políticos y periodistas: los letrados, los ujieres, los policías, los médicos, las taquígrafas, los empleados de los servicios de hostelería… “La mayoría de los que hay aquí son buena gente”, afirmó, para añadir entre risas: “También hay alguna mala… Como en todas partes”.
Su último mensaje político lo quiso dirigir a los jóvenes: “Esto es mucho más que el ruido que escuchan y que ven en la televisión. Les pido que no den la espalda a la política”. Luego añadió las palabras que, según precisó, han sido el “norte” de su actividad política: “Gora Euskadi askatuta [viva Euskadi libre]”.
“Le vamos a echar mucho de menos”, le contestó la presidenta, Francina Armengol. También Sánchez, en su intervención final, le reiteró el elogio a su talante negociador, a la vez que “rocoso e implacable”. Con una sonrisa, el presidente prometió que en esta legislatura habrá una nueva ley de secretos oficiales, una de las demandas que más empecinadamente ha venido reclamando Esteban a lo largo de los años. Ambos se fundieron en un abrazo.
Horas antes, en la primera parte del debate, había sido el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, quien rendía en la tribuna su homenaje al colega vasco. “Me ha inspirado muchísimo”, admitió Rufián, mientras ironizaba con la “rabia” que sintió en ocasiones al contemplar con envidia sus recursos dialécticos: “No me gustará todo lo que dices, pero siempre me gustará cómo lo dices”. El rostro de Esteban se contrajo en otra mueca de emoción contenida.