De impensable a normal: la Guardia Civil y la Policía Nacional en Euskadi se dan un baño de masas

Ambos cuerpos destacan la “gran acogida” de la ciudadanía vasca a los actos de puertas abiertas que han organizado en esta comunidad durante este año

Una exhibición durante la primera jornada de puertas abiertas en un cuartel de la Guardia Civil en el País Vasco, el 8 de junio.ADRIAN RUIZ HIERRO (EFE)

Una mujer de unos 60 años acudió hace unos días a un puesto de la Policía Nacional en la plaza Indautxu de Bilbao, en pleno centro de la ciudad. Se acercó a un agente para charlar con él y, durante la conversación, le hizo la siguiente confesión: “Yo, antes, era del otro bando. Ahora, os quiero muchísimo”. Esta revelación la cuenta el inspector Fernando González Aja, uno de los organizadores de la jornada de puertas abiertas que este cuerpo policial organizó por primera vez en el País Vasco. Esta mujer quiso agradecer a los policías que salvaran la vida de su hermano tras sufrir un infarto. Han tenido que pasar 13 años desde que ETA anunció el fin de la lucha armada para que los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y la Guardia Civil hayan decidido “salir a la calle” y mostrarse como “unos servidores públicos cercanos a la ciudadanía”. Esto era algo impensable cuando el terrorismo etarra los había colocado en el centro de su diana criminal.

La Comandancia de la Guardia Civil de Bizkaia invitó hace una semana a los vecinos de Bilbao a acercarse al muelle Ramón de la Sota para presenciar el despliegue de medios del servicio de protección de la naturaleza Seprona, los equipos de rescate de montaña, los especialistas en desactivación de explosivos, de intervención de armas... Una experiencia lúdica y educativa, al mismo tiempo que una terapia para adaptarse a los nuevos tiempos sin terrorismo.

Marisol Garmendia, delegada del Gobierno en Euskadi desde marzo de este año, asegura a este diario que es necesario “reivindicar la labor que realizan los guardias civiles y los policías nacionales” en esta comunidad autónoma: “Uno de mis objetivos es normalizar la presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y darles visibilidad porque, más allá del inmenso trabajo que hicieron en la lucha antiterrorista, continúan realizan funciones muy valiosas para la ciudadanía que debemos poner en valor”.

La Policía Nacional celebra en el centro en Bilbao una jornada de puertas abiertas, el día 19 de septiembre. Miguel Toña (EFE)

Fue “un hito histórico”, sostiene Garmendia, la apertura al público de las instalaciones del cuartel de Sansomendi, en Vitoria, a comienzos de junio pasado, con motivo del 180º aniversario del instituto armado. Era la primera vez que esta institución daba ese paso en el País Vasco. Los más pequeños pudieron montar en las motos de tráfico, observar el manejo de un dron o asistir a una exhibición canina. Es la nueva cara que quieren mostrar en una comunidad donde sus uniformes no han sido bien vistos por una buena parte de la población. “Los policías nacionales y guardias civiles realizan una gran labor en la lucha contra la ciberdelincuencia, en la persecución de la trata de personas y del narcotráfico, entre otras labores”, comenta la delegada del Gobierno.

Cuando en 2017 el coronel Antonio Campos Vivancos se puso al frente de la Comandancia de la Guardia Civil de Gipuzkoa, el conocido como cuartel de Intxaurrondo, hizo un llamamiento a “evolucionar” y a “mantener la mente abierta”. Su discurso fue atrevido por el simbolismo que encierra este acuartelamiento. Aún conserva en sus instalaciones un gran panel con las fotos del centenar de agentes asesinados por ETA. Campos Vivancos abogó por “romper tabúes” del pasado y lograr “un mayor reconocimiento” por parte de la sociedad guipuzcoana.

Al año siguiente, el regimiento militar de Loyola, en San Sebastián, inició esa senda. Los soldados de infantería del Tercio Viejo de Sicilia (al que sirvió a mediados del siglo XVI el célebre escritor Miguel de Cervantes) ofrecieron un concierto en el palacio Miramar donostiarra y otro en el Kursaal. Entre otras iniciativas, abrieron los cuarteles para que los vecinos conocieran las instalaciones militares, las mismas que ahora se van a derribar para construir viviendas tras el acuerdo firmado por el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de San Sebastián.

“Ha costado mucho llegar a esta situación. Nosotros hemos dado por superada aquella etapa [del terrorismo]. Sigue habiendo personas con ideas extremas que nos tienen encasillados como unas fuerzas opresoras, pero cada vez son menos y creo que va ganando la normalidad. En estos actos de puertas abiertas hemos recibido una gran acogida, sobre todo por parte de los jóvenes. A medida que mostramos lo que hacemos, la gente va asumiendo de forma natural que somos unos servidores públicos que queremos estar cerca de la ciudadanía”, explica el policía González Aja.

No es la primera vez que la Policía Nacional sale a las calles en Euskadi para darse su particular baño de masas. En enero de este año lo hizo en Vitoria con motivo del bicentenario de este cuerpo. El entonces delegado del Gobierno, el socialista Denis Itxaso, dijo lo siguiente en aquel acto: “Es el momento de saldar la deuda de gratitud contraída por la sociedad vasca con la Policía Nacional por su contribución a la libertad y la seguridad”.

La Guardia Civil del País Vasco publicó un vídeo en el que animaba a asistir a los actos del sábado en Bilbao. Lo novedoso es que un agente uniformado se expresa en euskera para anunciar este encuentro social en la explanada del Museo Marítimo de Bilbao. “El próximo sábado por la mañana os esperamos junto a la grúa Carola, en una jornada histórica de puertas abiertas. Estamos deseando compartir con vosotros el trabajo que hace la Guardia Civil”, dice en euskera.

Estas muestras de acercamiento no son bien recibidas en ocasiones, principalmente por sectores de la izquierda abertzale. Sortu empapeló algunas calles de Bilbao en respuesta a la iniciativa de la Policía Nacional con carteles escritos en español en los que se leía: “No se os quiere ni se os necesita. Policía española ¡Fuera! Independencia”. EH Bildu ha firmado en numerosas ocasiones mociones institucionales en las que solicita la marcha del País Vasco y de Navarra de las fuerzas de seguridad del Estado.

ETA asesinó a 486 miembros de las fuerzas armadas o de los cuerpos nacionales. Fueron un objetivo permanente de la acción criminal de los terroristas. En la actualidad, en Euskadi hay 2.200 guardias civiles y 1.500 policías nacionales, además de 8.000 ertzainas. La delegada vasca del Gobierno sostiene que la presencia de los primeros es “indispensable” porque realizan sus tareas “sin desmayo” y en una “perfecta colaboración” con la Ertzaintza y las policías locales. “Ya es hora de quitarnos prejuicios. Necesitamos más puertas abiertas y más mentes abiertas”, enfatiza Garmendia, defensora de “continuar fortaleciendo los lazos con la sociedad civil”.


Sobre la firma

Más información

Archivado En