Las mareas vivas en Galicia y el Cantábrico suben el nivel del mar entre cuatro y cinco metros, su récord

La cercanía del equinoccio y la luna en pleno perigeo hacen que este fenómeno, que ocurre dos veces al mes, sea el más intenso de los últimos 20 años

Una pareja de novios aprovecha este miércoles para hacerse el reportaje de boda en la playa de Las Catedrales en Ribadeo (Lugo), aprovechando la marea viva.EFE/eliseo trigo (EFE)

Ocurre dos veces al mes todos los meses del año, pero las mareas vivas de finales de este mes de septiembre están siendo particularmente impactantes en Galicia y en el Cantábrico, con paseos marítimos cortados, playas fantasma, puertos pesqueros con el agua al cuello, inundaciones puntuales, lugareños y turistas a la carrera porque les sube de golpe el nivel del agua y lindas fotos en paisajes de costa más despejados que nunca. De hecho, los expertos consideran que este episodio es el más fuerte de las últimas dos décadas debido a la confluencia de tres factores astronómicos aunque, en esta ocasión, no hay ningún aporte meteorológico: si hubiera mala mar, aún serían más locamente excepcionales. Este mismo jueves, las mareas vivas alcanzarán su nivel máximo: en la comarca de A Mariña de Lugo se espera una altitud de 4,6 metros y en el País Vasco, de 5,12. Por su parte, el Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria prevé la tercera mayor subida desde que se tienen registros, hace 32 años, en el mareógrafo de Santander.

Las maneras vivas son “un fenómeno astronómico que se produce dos veces en cada ciclo lunar de 28 días, cuando hay luna nueva y cuando hay luna llena, es decir, que no son nada especial”, explica a este diario Carlos Otero, del departamento de predicción de Meteogalicia. Este tipo de mareas ocurren cuando se alinean el sol y la luna y la tierra “y se suman sus fuerzas gravitatorias”, lo que hace que “las mareas sean las más altas”.

Vista de la marea viva en la localidad asturiana de Vegadeo, este miércoles. Eliseo trigo (EFE)

Pero en esta ocasión, además, “coinciden varios factores para que estas mareas sean especialmente altas. En primer lugar, hay luna llena ―el miércoles lucía la superluna de septiembre o luna de la cosecha, que se ve más grande y brillante de lo habitual―, lo que causa la marea viva. Además, estamos cerca del equinoccio ―será el domingo―, ese momento del año en el que va a haber cambio de estación y que es cuando duran lo mismo el día que la noche”, detalla el meteorólogo.

Así, “el sol está en el plano ecuatorial, por lo que hay lo que se llama mareas equinocciales, lo que añade un extra a esas mareas vivas y hace que sean un poquito más elevadas”. Pero lo más inédito del fenómeno en esta ocasión, es que “este año se suman una marea viva, una manera equinoccial y la luna en el perigeo, que es cuando está más cerca de la tierra, lo que las hace también un poquito más elevadas”. Que la luna esté en el perigeo “es algo menos probable”. Se estima que “ocurre en ciclos de entre 12 y 19 años que coincidan estos tres elementos”, precisa el experto.

Que haya mareas vivas próximas al equinoccio es “más frecuente”, se produce todos los años un par de veces. “Este año lo que no tenemos es influencia meteorológica. Las bajas presiones también aumentan la altura de la marea, pero en este caso tenemos una situación tranquila con el anticiclón relativamente cerca al norte, desplazándose y alejándose de la Península, pero sin ningún centro de bajas presiones muy próximo”, completa el meteorólogo. Por no haber, no hay ni avisos. Por ejemplo, Galicia no es una de las 10 comunidades que están hoy en alerta por el temporal de chubascos y tormentas. Condiciones atmosféricas como la presión, los vientos fuertes y las tormentas intensas pueden llegar a sumar más de 50 centímetros al nivel del mar.

El fenómeno de las mareas vivas está siendo, por tanto, particularmente intenso y elevado estos días en el norte de Galicia, en la comarca de A Mariña de Lugo, así como en todo el norte del Cantábrico. “El pico en Galicia se producirá previsiblemente la tarde de este jueves en la zona del municipio de Foz, cuando la marea más alta ―hay dos al día― estará a 4,6 metros por encima del mínimo de marea y la más baja a 0, lo que es una amplitud muy grande”.

Una marea viva “normal” ronda los cuatro metros. “Está unos centímetros por encima de lo habitual”, resume Otero, para añadir que el miércoles la marea más alta de Foz fue de 4,5. “La próxima marea de mañana [por el viernes], ya queda nuevamente en 4,5″, indica. Pero, ¿a qué altura llega una marea normal? “Cuando las mareas son muertas, es decir, cuando la luna está en cuarto creciente o cuarto menguante y se ve la mitad, el agua llega en torno a 3,5 metros en esa zona, un metro menos”, detalla el meteorólogo.

En Galicia, peligro no hay ninguno, “ya que no hay ningún temporal marítimo que eleve aún más el nivel del agua”. “Inundaciones no debe haber. La infraestructura costera tiene en cuenta las mareas y también las mareas vivas, pero la visión, incluso para los gallegos, ya acostumbrados, es sorprendente”, reflexiona Otero. “Aunque sean pocos centímetros de diferencia, es muy vistoso, porque en las mareas bajas aparecen rocas que no se suelen ver y, en la subida, el agua llega a cotas no habituales, por encima de la referencia, con playas que literalmente desaparecen”, concluye.

En Euskadi, la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología sí ha activado el aviso amarillo este jueves y viernes por riesgo marítimo costero ante la previsión de mareas vivas de más de cinco metros. La pleamar será a las 18.23 horas, con una marea estimada de 5,12 metros. “Se pueden producir rebases puntuales en las zonas habituales sensibles a las mareas, independientemente del oleaje”, advierte el Gobierno vasco. La del miércoles, unos centímetros más baja, se quedó en el límite de la capacidad de la ría del Nervión, donde el Ayuntamiento de Bilbao ha colocado sacos terreros.

En Cantabria, el Gobierno ha activado la fase de premergencia del Plan Especial de Protección Civil por la acusada subida del nivel del mar, similar a la registrada durante los meses de septiembre de 2023 y marzo de 2024, años en los que el agua anegó calles, garajes y locales. Las zonas más afectadas serán Noja, Santoña, Colindres, El Astillero, San Vicente de la Barquera y el aeropuerto Seve Ballesteros.

Muchos curiosos y turistas, móvil en mano, se están acercando a la costa para ver el espectáculo único en lugares como la Praia das Catedrais, en el municipio de Ribadeo (Lugo). Entre otras estampas, también se ha visto el fondo marino de la bahía de La Concha descubierto en San Sebastián, vecinos sorprendidos con el agua por los tobillos en una terraza de Zarautz o el muelle deportivo de Zumaya inundado en Guipúzcoa, olas barriendo el paseo marítimo de A Coruña y calles convertidas en ríos en la localidad asturiana de Vegadeo.

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