España impone visado de tránsito a los mauritanos coincidiendo con la gira africana de Sánchez

El presidente del Gobierno visita Mauritania, Gambia y Senegal para taponar la ruta de los cayucos que zarpan hacia Canarias

Un cayuco con 61 inmigrantes a su llegada al puerto de La Restinga, en la isla de El Hierro, el pasado día 21.GELMERT FINOL (EFE)

Con la inmigración irregular convertida en ariete contra el Gobierno por parte del PP y la ultraderecha y el presidente canario, Fernando Clavijo, alertando del colapso de la capacidad de acogida y del riesgo de “tensión social” en su comunidad, Pedro Sánchez arranca este martes el curso político con un viaje internacional por tres países de la fachada atlántica africana, de donde zarpan la mayoría de los cayucos.

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Con la inmigración irregular convertida en ariete contra el Gobierno por parte del PP y la ultraderecha y el presidente canario, Fernando Clavijo, alertando del colapso de la capacidad de acogida y del riesgo de “tensión social” en su comunidad, Pedro Sánchez arranca este martes el curso político con un viaje internacional por tres países de la fachada atlántica africana, de donde zarpan la mayoría de los cayucos.

En La Moncloa no ocultan que el principal objetivo de la gira que en tres días llevará al jefe del Gobierno a Nuakchot (Mauritania), Banjul (Gambia) y Dakar (Senegal) es intentar taponar la vía por la que, entre el 1 de enero y el 15 de agosto de este año, han llegado a Canarias 340 embarcaciones (un 80,9% más que en el mismo periodo de 2023) y 22.304 inmigrantes irregulares (126% más). Aunque el ritmo se ha ralentizado en los últimos meses (ha caído de 7.000 llegadas en enero y más de 4.000 en febrero a poco más de 2.000 en julio), fuentes gubernamentales admiten que el otoño puede ser complicado, debido a la mejora de las condiciones del mar y la presencia de más de 200.000 refugiados malienses que huyen de la guerra en la frontera mauritana.

Fuentes de Presidencia del Gobierno advierten de que no hay soluciones mágicas para atajar este problema, que requiere de un “esfuerzo continuado” en distintos frentes; y responden al plan para reforzar las fronteras presentado por el PP en el Congreso, alegando que la inmigración irregular no se puede abordar exclusivamente desde el punto de vista de la seguridad.

Sánchez, que el viernes pasado se reunió en La Palma con Clavijo, a quien prometió 50 millones para atender a los menores no acompañados varados en Canarias, viaja acompañado por la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y firmará acuerdos de “migración circular” —es decir, temporal— en las tres capitales incluidas en su gira. Estos acuerdos, que ya se han suscrito con siete países —Marruecos, Senegal y cinco latinoamericanos— incluyen programas de formación y capacitación en origen para la realización de tareas demandadas por la economía española; y en 2023 más de 17.400 trabajadores se acogieron a los mismos. Pero el sistema no acaba de funcionar en el continente africano, como muestra el hecho de que en Senegal, donde ya está vigente, solo haya 41 beneficiarios. Ahora se trata de ampliarlo a más oficios y países. Aunque la devolución de inmigrantes ya figura en los acuerdos vigentes, fuentes gubernamentales admiten que se trata de un tema sensible que también estará presente en las conversaciones.

En todo caso, la primera medida que aplicará España para frenar la inmigración procedente de esos países consiste en endurecer los controles fronterizos. Este miércoles, cuando Sánchez abandone Nuakchot, entrará en vigor la exigencia de visado de tránsito para los mauritanos que hagan escala en España. Este requisito se ha ido ampliando en los últimos meses a más países africanos: este mismo agosto a la República Centroafricana (RCA) y en febrero pasado a Senegal, donde Sánchez concluye el jueves su gira.

Las autoridades mauritanas no se han pronunciado públicamente sobre esta decisión, pero en medios locales se critica que Sánchez no esperase a escuchar a sus anfitriones en Nuakchot antes de adoptarla. El objetivo es evitar que los transeúntes africanos aprovechen su escala en Barajas para pedir asilo político, como ha sucedido en cientos de casos este mismo año, pero el resultado es que se corta la vía utilizada por muchos jóvenes mauritanos para emigrar a América: pasan por España camino de Turquía, país que no les exige visado, y desde allí saltan a un país centroamericano, como Nicaragua, antes de intentar colarse en Estados Unidos. Es un viaje muy caro, que no está al alcance de quienes intentan llegar en cayuco a Canarias.

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Es probable que las autoridades mauritanas pasen por alto esta descortesía si logran que Sánchez concrete el anuncio que hizo en febrero pasado, cuando visitó Nuakchot acompañado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Ambos anunciaron 500 millones de euros en ayudas para ejecutar proyectos de infraestructura o energía, pero Mauritania se queja de que los fondos no han empezado a llegar todavía.

La Moncloa quiere dar un fuerte sesgo económico a la gira. En Nuakchot, se lanzará un comité empresarial conjunto hispano-mauritano; y en el nuevo Instituto Cervantes de Dakar, el primero en el África subsahariana, se presentará la Alianza África Avanza, para financiar proyectos de desarrollo en Senegal, así como un programa de Hispasat para extender la cobertura de Internet a colegios y centros sanitarios por todo el país. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, la secretaria de Estado de Comercio, Amparo López Senovilla, y el presidente de Hispasat, el exministro y astronauta Pedro Duque, se sumarán a la gira africana en su etapa senegalesa.

Entre los numerosos acuerdos que se van a firmar en los tres países España quiere incluir un reforzamiento de la cooperación policial. En el puerto de Banjul, Sánchez aprovechará la primera visita oficial de un presidente español a Gambia para reunirse con los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil que colaboran sobre el terreno en la lucha contra el crimen organizado y la inmigración irregular. Entre los tres países, el Ministerio del Interior tiene desplegados 93 agentes (19 policías y 74 guardias civiles), siete embarcaciones, dos helicópteros y 28 vehículos terrestres.

En una región convulsionada por el terrorismo yihadista y la sucesión de golpes de Estado militares en Malí, Níger o Burkina Faso, los países elegidos por Sánchez para su gira son un oasis de estabilidad. El presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, acaba de inaugurar su segundo mandato, el gambiano Adama Barrow consiguió su reelección en 2021 y el senegalés Bassirou Diomaye Faye llegó al poder en abril pasado, tras unas elecciones y una transmisión del poder modélicas para los parámetros de la región.

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