Page y Lambán estallan contra el acuerdo entre el PSC y ERC y el Gobierno evita aclarar su contenido
El presidente de Castilla-La Mancha muestra su “estupefacción” y el dirigente aragonés teme que su partido “entregue España” a cambio de una investidura. El Ejecutivo afirma que es un triunfo de la “buena política”
“Intolerable”. “Inadmisible”. “Una quiebra brutal de la igualdad entre todos los españoles”. El preacuerdo entre el PSC y ERC que el partido independentista catalán anunció a última hora del lunes ha generado este martes una primera contestación interna, aunque minoritaria, en el PSOE. Los líderes del partido en Castilla-La Mancha y Aragón, los dos que habitualmente son más críticos con los pactos entre la dirección del PSOE y el nacionalismo catalán, han estallado contra el acuerdo; un pacto que, según aseguró ERC cuando lo presentó, supone investir al socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat a cambio de que el Estado dote a Cataluña de un sistema privilegiado de financiación, sacando a esa comunidad del régimen común con un “concierto económico” similar al vasco, justo lo que el PSOE había dicho que jamás haría.
El Ejecutivo, por el contrario, ha celebrado el acuerdo, aunque no ha querido aclarar su contenido ni explicar su alcance. Un pacto “revolucionario”; “el triunfo de la política útil y de la negociación”, la encarnación de “la buena política”. Con estas palabras ha mostrado la ministra portavoz, Pilar Alegría, la “gran satisfacción del Gobierno” en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. A partir de ahí, no ha habido forma, pese a las insistentes preguntas de los periodistas, de que la portavoz aclarase si el Ejecutivo suscribe el contenido del documento difundido por ERC y comparte las medidas que figuran en él, como la de establecer un concierto económico para Cataluña y sacar a esta comunidad del régimen común, algo que la ministra de Hacienda rechazaba públicamente hace solo unos días por no verle “sentido”. De todas las preguntas sobre el acuerdo, Alegría se zafó repitiendo su “máximo respeto” a los procesos internos del PSC y ERC. El Gobierno gana tiempo así, a la espera de que las bases de ERC voten la ratificación del pacto el próximo viernes.
Alegría sí ha querido responder a las críticas vertidas en las horas previas por García-Page y Lambán, para quitarles hierro: “No hay novedad”, ha dicho la portavoz, aludiendo a que suelen ser estos dos dirigentes territoriales los más críticos con el Ejecutivo. “Hemos visto esas críticas en otros momentos, siempre vienen de las mismas personas. Las respetamos, pero no son compartidas por este Gobierno”, ha zanjado.
“A estas horas de la noche, el atronador silencio ante el grave atentado a la igualdad anunciado por ERC me tiene perplejo”, había escrito el presidente de Castilla-La Mancha en la red social X pasada la medianoche del lunes. “O es un asentimiento intolerable, o un sentimiento de estupefacción como la que tenemos la inmensa mayoría de los españoles”, añadió García-Page. El aragonés Lambán le ha seguido este martes en la misma red social y aún con más dureza: “El independentismo consigue todos sus objetivos y el PSOE puede entregar España a cambio de la investidura de Salvador Illa. El acuerdo con ERC es una quiebra brutal de la igualdad entre todos los españoles. Como socialista, como demócrata y como español me resulta inadmisible”, afirma.
También se ha pronunciado, en tono más contenido, el secretario general del PSOE andaluz y portavoz socialista en el Senado, Juan Espadas: “El acuerdo con Cataluña no puede perjudicar a Andalucía”, ha señalado, informa Lourdes Lucio. Espadas ha reconocido no tener información oficial sobre el pacto, por lo que se ha referido de manera genérica a lo explicado por ERC. “Si este acuerdo facilita un Gobierno de [Salvador] Illa, no sólo me siento más tranquilo sino también satisfecho”, ha comenzado. Dicho esto, ha subrayado que “no le vale cualquier acuerdo”. “No voy a permitir ni agravios ni privilegios que perjudiquen a Andalucía”.
El secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, ha advertido, en la misma línea, que el acuerdo entre el PSC y ERC no puede quebrar el principio de solidaridad porque ello supondría “fallar al conjunto de los españoles”; si eso sucediera, ha dicho, él se situaría “radicalmente en contra”. Gallardo, en todo caso, ha afirmado que esperará a conocer los detalles del pacto para analizarlo “en su justa medida”, y ha remarcado que los independentistas habitualmente “dicen una cosa y luego los acuerdos plasman otra”, por lo que ha abogado por ser “prudentes”, informa Europa Press.
El PSOE ha reunido a su ejecutiva a las 13.00, pero no ha celebrado la habitual rueda de prensa posterior, de modo que su portavoz no ha tenido que someterse a las preguntas de los periodistas. El partido ha emitido más tarde un comunicado en el que afirma: “El PSOE respalda plenamente este preacuerdo [entre el PSC y ERC] y se compromete a impulsarlo y hacerlo efectivo en aquellos puntos donde su materialización dependa de las instituciones de carácter estatal en las que este partido tiene representación. En este sentido, el PSOE incorporará este preacuerdo al espacio de negociación que mantiene con ERC y que cuenta con un mecanismo internacional de acompañamiento, verificación y seguimiento con el fin de trabajar conjuntamente para garantizar su pleno cumplimiento”.
En la tarde del lunes los socialistas dejaron que fuera la dirección de ERC la que explicara los términos del acuerdo y no rebatieron ninguno de sus extremos. Hoy tampoco lo han hecho: se han limitado a felicitarse por el pacto y respaldarlo “plenamente”. El PSOE y el PSC han aceptado, por tanto, sacar a Cataluña del régimen común de financiación autonómica —un estatus que sólo tienen ahora el País Vasco y Navarra, porque a esos dos territorios se lo reconoce la Constitución— y ceder de forma progresiva a la Generalitat la recaudación y gestión del “100% de los impuestos”, con una fórmula que el acuerdo denomina “concierto económico solidario” porque, a diferencia del vasco, incluiría una aportación —“limitada”— a la solidaridad interterritorial.
El acuerdo, cuyo contenido por escrito ha difundido hoy ERC, incluye también otras concesiones no estrictamente económicas, como medidas a favor del catalán y para blindar la inmersión lingüística en la escuela —como forma de eludir las numerosas sentencias judiciales que instan a dar más presencia al castellano—; la extensión de esa vehicularidad exclusiva del catalán a las actividades “extraescolares, de deporte de base y de ocio” en los colegios; un “pacto nacional por la lengua [catalana]” con una dotación de 200 millones de euros el primer año; la creación de una “convención nacional” de partidos para abordar el “conflicto político” en Cataluña; un nuevo modelo de gestión del aeropuerto de El Prat en el que la Generalitat asuma un “papel determinante”; o el impulso a las selecciones deportivas catalanas a través de una modificación de la Ley del Deporte.
Además, recoge afirmaciones habituales en el discurso de los partidos independentistas, como que “los distintos modelos de financiación autonómica han comportado graves deficiencias para Cataluña, que se traducen en una insuficiencia financiera crónica”, o que el actual modelo de financiación “tiene como resultado una distribución poco justa de los recursos entre los territorios del Estado que acaba limitando la capacidad de crecimiento económico de Cataluña”. También sostiene el documento que fue “la incapacidad de dar una respuesta democrática a la voluntad de la ciudadanía de Cataluña” la que provocó “el actual conflicto político”; y que “la respuesta judicial” a ese conflicto “no ha hecho más que contribuir a agravar la tensión institucional y social”. Propone por ello “avanzar en la vía del diálogo y la negociación con el Estado para dar forma a un acuerdo que sea refrendado por la ciudadanía de Cataluña”.