El repartidor de pizzas que se hacía pasar por capellán para estafar a golpe de billetes exóticos

La Guardia Civil ha detenido en la provincia de Cádiz a cinco personas integrantes de una trama que llegó a timar 1,5 millones a más de 200 personas

Billetes empleados por el grupo criminal dedicado a las estafas desarticulado en la operación Capellán.EFE

Salvador se revestía del inexistente cargo de general comandante de los capellanes de España y Francia para vender en reuniones celebradas en hoteles y por videoconferencia billetes exóticos a los que atribuía falsamente un alto valor. En realidad, Salva era un repartidor de pizzas de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) capaz de engatusar a víctimas con escasos conocimientos financieros para que compraran estos billetes de escaso valor real por miles de euros. El falso capellán militar, su pareja y tres familiares han sido detenidos ...

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Salvador se revestía del inexistente cargo de general comandante de los capellanes de España y Francia para vender en reuniones celebradas en hoteles y por videoconferencia billetes exóticos a los que atribuía falsamente un alto valor. En realidad, Salva era un repartidor de pizzas de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) capaz de engatusar a víctimas con escasos conocimientos financieros para que compraran estos billetes de escaso valor real por miles de euros. El falso capellán militar, su pareja y tres familiares han sido detenidos acusados de crear presuntamente una trama que habría estafado 1,5 millones de euros en poco más de un año a, al menos, 200 personas, según informó este domingo el instituto armado. El cabecilla de la trama llegó a comprar en la localidad gaditana por 300.000 euros un inmueble que había sido antes una sucursal bancaria para dar apariencia de legalidad a su supuesto fraude.

La Operación Capellán, desarrollada hace 15 días pero dada a conocer este domingo por la Guardia Civil, se produjo con Salvador preso en la cárcel gaditana de Puerto III por otros hechos, aunque los investigadores aseguran que durante su estancia entre rejas presuntamente mantuvo la actividad delictiva gracias a la ayuda de los otros detenidos. Allí acabó a principios de este año tras no poder demorar más su entrada para responder por su implicación en una estafa anterior, la destapada en la Operación Currusco, por la que fue detenido en 2014. Entonces fueron arrestadas 40 personas por clonar tarjetas bancarias para comprar propiedades en Nigeria, aunque él solo era “un escalafón intermedio” de aquella trama, como explican fuentes cercanas a las actuales pesquisas. Pero Salvador aprendió y decidió montar un artificio basado en bonos de remisión, un producto financiero basado en invertir con la expectativa de una revalorización posterior que permita un canje más ventajoso para el interesado, según explican desde el Instituto Armado.

El repartidor no contaba con el imprescindible permiso de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para operar y sustentaba sus negocios en billetes africanos y asiáticos ―principalmente de Zimbabue, Mozambique y China― de escaso valor. “Los compraba en AliExpress o Amazón por céntimos de euro y convencía a las víctimas de que valían mucho más”, explica la misma fuente cercana a las pesquisa. Incluso había llegado a anunciar en sus conferencias que ya tenía “muy avanzada la creación de su propia moneda” sustentada, precisamente, en el supuesto incremento inminente y exponencial que iban a tener estos billetes y que nunca se producía.

En las videoconferencias y reuniones en hoteles, Salvador y sus compinches desplegaban todo un catálogo de persuasión, a medio camino entre las estrategias propias de la venta colectiva y la de los telepredicadores. En estas reuniones presenciales incluso camuflaban a cómplices entre el público para jalearles a aplaudir e interactuar. Los agentes de la Sección de Blanqueo de la Guardia Civil de Cádiz que vigilaban estas reuniones se sorprendían de cómo las víctimas salían de las mismas “totalmente convencidas” de estar realizando la inversión adecuada.

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Sin embargo, el artificio se desvanecía tiempo después de que los embaucados abonasen el dinero por medio de la plataforma de pago Paypal, transferencias bancarias e, incluso, criptomonedas. Los estafados veían que los supuestos beneficios no llegaban y que el contrato que habían firmado respaldado en las fotos de esos billetes supuestamente valiosos no tenían valor alguno. El grupo creó todo un entramado societario y financiero, tanto en Europa como en Sudamérica, para canalizar los importantes beneficios que obtuvieron en apenas un año gracias al fraude.

La investigación ha conseguido localizar un patrimonio formado por inmuebles, dos grandes terrenos en Sanlúcar y vehículos de alta gama. También amuebló la antigua sucursal con los más variopintos caprichos: desde una colección de objetos de Harry Potter a un escudo del Betis. “Lo que es no saber en qué gastar el dinero”, ironizan desde el entorno de la investigación. La Guardia Civil, cuya investigación ha estado drigida por el juzgado mixto de Sanlúcar, ya ha localizado a dos centenares afectados, pero sospecha que pueden ser muchos más. La Sección de Blanqueo de la Comandancia pide a aquellas personas que puedan haberse visto afectadas por este grupo que se pongan en contacto con la Guardia Civil de Cádiz, a través del teléfono 956293408.

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