La reina Letizia pone en el mapa la Guatemala más olvidada
Con su visita, la esposa de Felipe VI conciencia sobre la situación de la mujer y de los jóvenes en riesgo de caer en la marginalidad de la mano de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo
Abigail Sambón tenía solo cinco años cuando fue violada por su primo, de 13. “Estábamos en su casa jugando con nuestros hermanos pequeños. Él les mandó al jardín a cortar flores. Y ahí es cuando empezó a violarme”. Daily Fernández, de 15 años, mantuvo relaciones sexuales con su tío el año pasado. Ahora acuna envuelto en una manta a Teo Gael, de tan solo dos meses, mientras espera para entrar en la consulta de la psicóloga del Centro de Apoyo para la mujer sobreviviente de violencia de Chimaltenango, en el centro de Guatemala, que atiende a unas 400 mujeres al año.
El testimonio de estas dos adolescentes es el de decenas de miles de mujeres que sufren violencia machista en Guatemala, un país, de 17 millones de habitantes, en el que en 2022 hubo una media de 19 violaciones diarias, según Naciones Unidas. Y la precaria situación de la mujer es una realidad que la reina Letizia, con su noveno viaje de cooperación de la mano de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aecid), ha querido poner encima de la mesa.
Uno de los ejes principales de la cooperación exterior de España está enfocada precisamente en erradicar la discriminación y violencia contra la mujer y promover la igualdad de género, explica Cristina Aldama, responsable de la Aecid en Guatemala. “Hay mucha violencia económica, política, física y psicológica” contra las mujeres, describe desde el renovado parque del Centenario de la capital en el que España invirtió hace un par de años unos 225.000 euros para hacerlo más seguro para la mujer a través, por ejemplo, de un sistema de alumbrado. “Antes [en este parque] había mucha delincuencia y atracos. Era muy feo”, corrobora Claudia, una vecina de la capital que ha salido a dar un paseo por la zona que, pese a estar en plena recuperación, aún está muy deprimida y la inseguridad es evidente. Pero el hecho de “dignificar el espacio público hace que disminuya la violencia”, asegura Luis Mozas, responsable de restauración de Patrimonio de la Aecid en Guatemala. “[Con la mejoría] Se ven cambios de comportamiento del individuo y de la sociedad”, cierra no sin antes deslizar que la ayuda ha sido algo limitada.
Guatemala es un país en el que casi el 50% de la población es indígena, una parte de la sociedad en la que las mujeres y niñas sufren aún más la violencia del machismo. Imelda Petronila Estacuy, de 58 años y alcaldesa de la comunidad de Santa Lucía de Utatlán, lo sabe bien. Vestida con ropa tradicional maya y con una dentadura forrada en oro, cuenta que lleva toda una vida formando a hombres y mujeres en la igualdad, y por ello ha sufrido acoso. “Muchos hombres dicen que no tenemos derechos, ni voz, ni voto. La mujer está muy intimidada todavía. El machismo nunca termina en este país”, explica desde la plaza principal de San José Chacayá, una localidad remota encajada en las montañas del centro del país y que este jueves ha recibido a la Reina Letizia. Una visita con la que se pretende dar a conocer los desafíos de las comunidades más remotas y con menos acceso a los servicios más básicos como el agua y el saneamiento para, a su vez, acabar con la desnutrición, una lacra que afecta al 46% de los niños menores de cinco años.
Es precisamente aquí donde la Aecid ha hecho una de sus mayores inversiones ―seis millones de euros― para llevar un sistema de saneamiento e higiene a más de 200.000 personas de la zona y del que a día de hoy ya se ven los resultados. “Se están consiguiendo vidas de niños más sanas” gracias a las rutinas de higiene, ha remarcado la Reina en su visita. El tema del agua es clave para el desarrollo y la seguridad de la mujer. Rosa Díaz Vázquez, de 53 años, recuerda cómo hace años su vida, y la del resto de mujeres de la zona, era el río. Allí lavaban la ropa, se bañaban, se lavaban, bebían. “Todo, al río”, resume. Ahora, cuenta emocionada que dispone de agua las 24 horas.
Leonicia Pocop Saló, de 57 años, cuenta cómo antes de las infraestructuras levantadas con apoyo de la Aecid las mujeres tenían que caminar kilómetros con el bidón en la cabeza, el bebé en la espalda y, en algunos casos, embarazadas, para llevar el agua potable a casa. “La visita de la reina es una oportunidad para que se vea la realidad, para denunciar que aún hay mucha desigualdad, pero también para dar a conocer nuestro trabajo” de incidencia y educación política, dice Pocop delante de un mercadillo de artesanía maya. Y es que ha habido un cambio de mentalidad generacional respecto a los roles de género para lo que España también ha apoyado económicamente. Pese a que los jóvenes están más coincienciados, aún queda mucho por hacer en Guatemala: “Hay que perder el miedo y la vergüenza”, apostilla la alcaldesa Imelda.
Estos viajes de cooperación de la Reina no son solo una oportunidad para dar a conocer el trabajo de la cooperación española en el exterior, sino también una forma diferente de hacer “alta diplomacia”, opina Iliana Olivié, investigadora del Real Instituto Elcano. En su intenso viaje de dos días ―en el que ha estado acompañada por la secretaria de Estado de Cooperación, Eva Granados Galiano―, la Reina no solo se ha reunido con autoridades locales, responsables de ONG, cooperantes y beneficiarios de los proyectos financiados por España, sino que también ha mantenido reuniones con la primera dama, Lucrecia Peinado, y con varios ministros. “Queremos mostrar nuestro compromiso con Guatemala”, ha valorado al final del viaje Granados Galiano. “Viajar con la Reina es una oportunidad para explicar a los españoles lo que hace España con los países socios”. “Con estos viajes se refuerzan las relaciones políticas, económicas y sociales, que se consolidan a través de la ayuda al desarrollo”, tercia Olivié.
Escuelas-Taller para evitar las maras
La vida de las mujeres es más complicada en contextos de pobreza, sostienen los expertos, y pese a que los riesgos a los que se enfrentan día a día han ocupado gran parte de la agenda del viaje, la Reina Letizia ha querido también visibilizar el trabajo de la cooperación española en otro tema que le despierta un gran interés: la juventud.
Como cada día, Zaida Guzmán, de 16 años, se levantó el miércoles por la mañana y cogió un autobús para salir de la peligrosa zona 2 de Ciudad de Guatemala, donde vive con su hermana Sara, de 13 años, y su madre Liria, de 42, para ir a la escuela-taller en la aún mas peligrosa y precaria zona 18, donde impera la criminalidad que deja la pobreza y la falta de oportunidades. Pero la del miércoles fue una jornada especial que, dice, recordará siempre. Zaida recorrió la escuela taller ―centros de formación técnica donde los jóvenes aprenden haciendo― y pudo explicar su trabajo de primera mano a la Reina.
En menos de 48 horas, Letizia Ortiz, pues, ha podido ver conocer y dar visibilidad a algunos de los 51 proyectos en los que la Aecid ha invertido 140 millones en los últimos cuatro años. “Con esta visita podemos mostrar que todos los esfuerzos [económicos] están dando sus frutos. Esto hace que seamos mejores personas”, dice un sonriente José Esquivel, de 17 años, que hace dos horas de viaje al día en autobús para acudir a la escuela-taller.
Junto a él, Zaida y otro centenar de jóvenes de entre 16 y 21 años trabajan bajo un sol abrasador en una zanja que formará parte del sistema de aguas del centro, un lugar alternativo donde pasarán dos años de formación y que al mismo tiempo les alejarán de las maras, la criminalidad y el narcotráfico que todavía asola al barrio, y a gran parte del país.