El PP andaluz apela a “la pinza con el PSOE” para trata de contrarrestar la presión de Vox para entrar en el Ayuntamiento de Sevilla
El alcalde hispalense anuncia que presentará los Presupuestos de 2024 en junio para evidenciar el rechazo de ambos partidos y forzar su aprobación en una moción de confianza, como Collboni en Barcelona
El PP andaluz ha iniciado el contraataque para contrarrestar las presiones de Vox, tras su afirmación de que existen negociaciones que “van por buen camino” para la incorporación de su ediles al Ayuntamiento de Sevilla, donde el popular José Luis Sanz, gobierna en minoría. Lo ha hecho esgrimiendo el argumento de que tanto el partido de Santiago Abascal como el PSOE están haciendo una “pinza” para bloquear el gobierno en la capital andaluza. “Me h...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El PP andaluz ha iniciado el contraataque para contrarrestar las presiones de Vox, tras su afirmación de que existen negociaciones que “van por buen camino” para la incorporación de su ediles al Ayuntamiento de Sevilla, donde el popular José Luis Sanz, gobierna en minoría. Lo ha hecho esgrimiendo el argumento de que tanto el partido de Santiago Abascal como el PSOE están haciendo una “pinza” para bloquear el gobierno en la capital andaluza. “Me ha sorprendido la reacción del PSOE por la posible entrada de lo que ellos llaman ultraderecha en el Ayuntamiento de Sevilla. Les voy a dar una nueva oportunidad para evitarla”, ha señalado el regidor hispalense, para anunciar que presentará los Presupuestos municipales para 2024 en un pleno extraordinario la primera semana de junio.
Con esta estrategia, Sanz pretende, poner en evidencia el sentido de los votos de esas dos formaciones (el PP tiene 14; el PSOE, 12; Vox, tres y Podemos-IU, dos). Si ambas se opusieran, el alcalde debería someterse a una moción de confianza que llevaría aparejada la aprobación automática de las cuentas locales, en el caso de que la extremaderecha votara sí o se abstuviera. De lo contrario, se abriría un plazo de un mes para presentar una moción de censura. De no postularse ni PSOE ni Vox, los presupuestos también saldrían delante de manera inmediata. Se trata de la misma estrategia que ha seguido el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y que también puso en práctica su antecesora, Ada Colau.
El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, también ha insistido en la existencia de esa connivencia durante la sesión de control al Gobierno en el Parlamento andaluz. “Hay una pinza entre PSOE y Vox para bloquear la ciudad de Sevilla, ninguno es capaz de abstenerse para que salgan adelante los proyectos de la ciudad. Nos sorprende muchísimo la posición del PSOE que dice que estamos en manos de Vox, pero cuando le pedimos una abstención no es capaz de hacerla, cuando el PP ayudó a [Juan] Espadas [que fue alcalde de Sevilla entre 2015 y 2018] para sacar los presupuestos de la ciudad”.
La estrategia de apelar a la pinza entre PSOE y Vox para hacerlos responsables de un bloqueo sistemático a las políticas del PP no es nueva. Moreno ya la invocó a finales de 2021 para justificar el adelanto electoral en la comunidad autónoma. El presidente de la Junta, que entonces gobernaba en coalición con Ciudadanos, se quejaba de que la oposición de ambas formaciones en el Parlamento andaluz le impedían sacar adelante medidas esenciales para llevar a cabo su gestión. El hecho es que en esa legislatura, con los votos a su izquierda y a su derecha, el dirigente popular sacó adelante proyectos legislativos que consideraba esenciales como la ley del Suelo (en la que el PSOE se abstuvo) o el proyecto de ley de Economía Circular, a la que tanto socialistas como Unidas Podemos dieron luz verde.
Que esa pinza es más un deseo que un hecho también se evidencia en el propio Ayuntamiento de Sevilla donde, en buena medida gracias a la abstención del PSOE, el PP ha conseguido aprobar proyectos relevantes sobre todo en materia fiscal y urbanística, como las últimas modificaciones presupuestarias, las ordenanzas fiscales, la subida del precio del agua, la pasarela Altadis —que forma parte de un ambicioso complejo turístico y de innovación junto al Guadalquivir— o la remodelación de varias calles del casco histórico de la ciudad. “No se entendería la entrada de Vox en el gobierno municipal aduciendo una parálisis en el Ayuntamiento, porque Sanz está sacando adelante muchos de sus expedientes más importantes”, indica una fuente cercana al grupo municipal del PSOE en el consistorio hispalense, para reafirmar el respaldo de la formación a algunas iniciativas del alcalde.
Los socialistas no están dispuestos a entrar en el juego de la pinza que propone el PP y su portavoz municipal, el exalcalde Antonio Muñoz, le ha ofrecido negociar su propuesta para los presupuestos de 2024. “Un documento que le remitimos hace tres meses y del que no hemos tenido ninguna respuesta, porque sencillamente no se han sentado a negociar”, ha puntualizado Muñoz. “El señor Sanz está haciendo gala de una incapacidad manifiesta para negociar”, ha recalcado el dirigente socialista quien, en un guiño a las informaciones que sostienen que las negociaciones para la entrada de Vox en el gobierno hispalense se desarrollan entre las direcciones nacionales de ambos partidos, ha dicho que su propuesta también la remitirán a Génova.
“Sanz tiene una oportunidad histórica para evitar una mala noticia para la ciudad de Sevilla, que sería la entrada de la extrema derecha en el gobierno municipal”, ha dicho Muñoz, volviendo a trasladar al alcalde la responsabilidad de llegar a acuerdos. Sanz, que esta mañana se ha referido por primera vez a esa posibilidad, ha negado la mayor: “No voy a pactar con Vox”. El regidor ha insistido en que su intención es “seguir gobernando en solitario”, pero la prórroga de los presupuestos de 2023 ante la imposibilidad de llegar a conseguir el apoyo del resto de formaciones del pleno, le ha demostrado que la vía Almeida —seguida por el alcalde de Madrid que fue prorrogando las cuentas en su anterior mandato ante la oposición de Vox―, en Sevilla no parece práctica.