Gabriel Rufián: “Habrá referéndum, con el PSOE o con el PP”
“Las izquierdas tenemos que ser conscientes de que estamos en tiempo de descuento”, advierte el portavoz de ERC en el Congreso
Bromea Gabriel Rufián luciendo esa sonrisa pícara que tanto prodiga: “Hay dos grandes entes en este país a los que antes de darlos por muertos tienes que esperar un rato. Uno es el Real Madrid en Champions y el otro es Pedro Sánchez”. Y aun así, el portavoz de ERC en el Congreso (Santa Coloma de Gramenet, 42 años) no se atreve a hacer ningún pronóstico sobre el futuro de la legislatura, y menos a la luz de lo que ocurra en las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo. Después de cuatro meses de permiso por ...
Bromea Gabriel Rufián luciendo esa sonrisa pícara que tanto prodiga: “Hay dos grandes entes en este país a los que antes de darlos por muertos tienes que esperar un rato. Uno es el Real Madrid en Champions y el otro es Pedro Sánchez”. Y aun así, el portavoz de ERC en el Congreso (Santa Coloma de Gramenet, 42 años) no se atreve a hacer ningún pronóstico sobre el futuro de la legislatura, y menos a la luz de lo que ocurra en las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo. Después de cuatro meses de permiso por paternidad, Rufián ha vuelto con su verbo mordaz de siempre y ese estilo heterodoxo dentro del campo independentista. “Mi labor es hablar a los de fuera, a los que no nos escuchan todavía, pero que pueden simpatizar”, explica.
Pregunta. Se fue con mucho ruido y ha vuelto con mucho ruido.
Respuesta. Llevo aquí ocho años y es cíclico hablar de que estamos en un momento políticamente muy malo, con muchísima violencia verbal. Seguramente todos somos responsables. No hay nada más aburrido que un político rajando de los medios de comunicación, pero todos tenemos que hacer una reflexión. Hablo con los amigos del barrio de siempre y lo que noto es muchísima desafección y desconexión, sobre todo entre el votante progresista.
P. ¿Y cómo lo ha visto estos meses desde la distancia?
R. Cuando eres un mero espectador del Telediario, te das cuenta de que el ruido es ensordecedor y que la gente no entiende nada, lo único que ve es otra gente peleándose. Tampoco quiero optar por la vía fácil de la equidistancia, porque evidentemente aquí hay una derecha que cada vez que no gobierna, todo va fatal. Pero a veces la izquierda se lo ponemos muy fácil.
P. ¿Y cuál es su fórmula para evitar la confrontación?
R. Que gobierne la derecha… Para gobernar, la derecha necesita que a sus países les vaya mal, sea cierto o no. Una reflexión que tenemos que hacernos es cómo puede ser que estemos en cifras récord en exportación, en industria, en ocupación, y la gente tenga la percepción de que su día a día es peor. La gente no nota los grandes datos macroeconómicos, mientras el aceite tiene alarmas [antirrobo] en el supermercado. La izquierda tiene que hacer pedagogía y llenar neveras. Y no tanta bronca y grandes conceptos.
P. El president Aragonès estuvo sorprendentemente crítico con el PSOE en el Senado el pasado lunes. ¿Va a ser muy difícil la relación con el Gobierno hasta que pasen las elecciones catalanas?
R. Siempre lo ha sido. A veces leo cosas y pienso: ojalá todo fuera tan planeado y hubiera realmente una estrategia. Nosotros vamos semana a semana, en función de lo que va sucediendo y sin perder de vista nuestro objetivo principal. Pero la relación con el PSOE siempre ha sido complicada, porque hay que apretarlo.
P. ERC exige ahora una financiación singular para Cataluña, algo que mucha gente de izquierdas ve insolidario.
R. Llamémosle financiación justa o llamémosle racionalidad. Todo el mundo sabe que la financiación autonómica es cuanto menos mejorable. Hay muchísimas comunidades autónomas, no solamente Cataluña, que están infrafinanciadas. Lo debemos explicar sin que una persona de Zamora crea que le queremos perjudicar. Se trata simplemente de que todo el mundo tenga servicios dignos. Lo fácil es demonizarlo y llamarlo egoísmo. Yo no quiero que una señora de Águilas espere un año para que la operen de la cadera y que en Cataluña sean dos días. Solo quiero equidad y mucha más justicia.
P. Lo que muchos interpretan es que una comunidad rica pretende contribuir menos a la caja común.
R. Pues Ximo Puig [expresidente socialista valenciano] también decía que estaban infrafinanciados y nadie le llamó egoísta. O incluso un tal Feijóo cuando era presidente de Galicia. Cataluña sufre también enormes desigualdades históricas, ha vivido grandes recortes con gobiernos de derechas, tiene una demografía muy complicada…
Al PSOE hay que incomodarlo, y eso ya no se hace tanto en la coalición
P. ¿Se repetirá la coalición independentista tras el 12-M?
R. Esa es la pregunta del millón y sería irresponsable por mi parte meterme en eso. Lo único que voy a responder es que ERC debe pactar con quien la respete.
P. Aragonès ya ha dicho que si gana el PSC no votarán a su candidato, Salvador Illa. Y entonces puede haber un bloqueo.
R. Insisto: ERC debe asumir pactos y negociaciones con quien la respete. Cataluña es muchísimo más que una bronca entre ERC y Junts. Y allí también hay mucho ruido. Illa tiene en su despacho un gato ya casi sin pelo en el lomo de tanto acariciarlo. Y lo acaricia aún más y dice: “Bien, bien, seguid, seguid…”. Quizá por eso tanta gente que no le votaba ahora se plantea votarle.
P. ¿En qué medida lo que suceda el 12-M va a condicionar la mayoría que apoya a Sánchez?
R. Hay mil cosas que pueden pasar aquí. Este tonteo que se traen la derecha catalana y la española es mucho más que un tonteo. Esta amenaza velada constante tanto de Feijóo como de según quien de la órbita de la derecha independentista catalana de que pueden llegar a pactar y tumbar este Gobierno… No lo digo como un mantra electoral, puede pasar.
P. ¿Antes de que la amnistía esté en vigor?
R. Es que la amnistía ahora mismo ya depende casi del poder judicial. Y una parte del poder judicial va a intentar hacer de todo para no aplicar la ley. Si Feijóo no ha pactado ya con la derecha catalana es porque Vox no le dejó. Pero eso quizá algún día acabe.
P. Ha advertido de que el 12-M no puede versar sobre una persona, en evidente alusión a Puigdemont. ¿Teme que suceda?
R. Es fácil de entender: unas elecciones tienen que ir de lo que le va a suceder a todos los catalanes, no a uno. La gente está pensando en cuánto va a tardar en operarse de la rodilla, en cuánto pagará de hipoteca… Igual en que quiere votar en un referéndum, pero también en saber si lo van a despedir. Todo eso interesa más que lo que va a suceder con una persona. Y lo digo con todo el respeto hacia esa persona que debería estar en su casa y no en el exilio.
P. ¿Le preocupa que haya surgido un independentismo abiertamente xenófobo?
R. Absolutamente. A mí me da igual que el fascismo lleve una estelada o una rojigualda. Hoy en día ser racista, homófobo, machista, parece que es valiente, políticamente incorrecto. Pues no, es de abusón de colegio. Te metes con el débil. Y culpar de la situación al último de la fila no es valiente, es de lo más cobarde que hay. Forma parte de nuestra responsabilidad no tontear con eso. Y también creo que es un error pensar que si no hablamos de ellos, mejor. Tienes que confrontar con ellos.
P. ¿Durará la legislatura?
R. Digo lo de siempre: depende del PSOE. Tenemos que seguir legislando para mejorar el día a día de la gente. Pero las izquierdas de fuera del Gobierno debemos quitarnos de encima esa losa: la responsabilidad de que se mantenga este Gobierno es de este Gobierno. Y tienen que dejar de jugar al mal menor.
P. ¿Cómo ve el espacio a la izquierda del PSOE tras la ruptura y el fiasco electoral en Galicia?
R. No aprendemos del cainismo. Los egos siempre han sido la kriptonita de las izquierdas. En Madrid es muy fácil perder la cabeza, creerte una especie de enviado o enviada del cielo con las tablas de ley de las izquierdas para enseñar a la gente. Y ahí es cuando te empiezas a equivocar. Lo he visto en muchísimos líderes a la izquierda del PSOE. También es cierto que el PSOE tiene esa pulsión de fagocitar constantemente lo que tiene a su izquierda. Creo que el futuro en este espacio es de las izquierdas soberanistas y no de aquellos partidos que prometían tantísimo.
La derecha, tarde o temprano, gobernará. Hay que aprovechar el tiempo que tengamos
P. ¿Se ha debilitado el polo a la izquierda del PSOE en el Gobierno?
R. Al PSOE tienes que incomodarlo constantemente para que responda. Y creo que hoy en día no se hace tanto eso dentro de la coalición. Todas las izquierdas tenemos que ser conscientes de que estamos en tiempo de descuento y que de nosotros depende que lleguemos o no a los penaltis. La derecha, tarde o temprano, llegará al poder. Casi es ley política de vida. Y tenemos que aprovechar el tiempo que tengamos, que ojalá sea bastante, para culminar cambios y procesos. No me refiero solamente a la resolución del conflicto entre el Estado y Cataluña. También a leyes sociales como la de vivienda, que se está demostrando insuficiente. La izquierda tiene que estar presente también en platós incómodos y confrontar. A veces pongo algunas tertulias y me parece milagroso que la gente vote a la izquierda.
P. ¿De verdad cree que el PSOE cederá con el referéndum?
R. Creo que habrá un referéndum en Cataluña con un Gobierno del PSOE o del PP. También se decía que la amnistía no iba a suceder. Y lo creo porque, sin dramatismos y sin histerismos, es la mejor solución, al menos planteada hasta el momento, para la resolución del conflicto. No se me ocurre nada mejor. Evidentemente, se vive desde cierta angustia por parte de determinados sectores, pero es tan sencillo como hacer campaña por el no y ganar.