Al menos 25 muertos en el naufragio de un cayuco en Senegal
La embarcación zarpó de Joal, al sur de Dakar, y sufrió un accidente frente a la costa de Saint Louis, donde los migrantes intentaban desembarcar tras quedarse sin gasolina
Al menos 25 jóvenes migrantes fallecieron este miércoles tras el naufragio, en el norte de Senegal, de un cayuco que se dirigía a Canarias. Los migrantes, unos 300 según los testimonios recogidos por la prensa local, zarparon el pasado viernes de la localidad de Joal, al sur de Dakar, y lograron llegar hasta aguas del Sahara occidental controladas por Marruecos. Sin embargo, se quedaron sin gasolina suficiente para llegar al Archipiélago español y decidieron dar media vuelta. Al llegar a las proximidades de la ciudad de Saint L...
Al menos 25 jóvenes migrantes fallecieron este miércoles tras el naufragio, en el norte de Senegal, de un cayuco que se dirigía a Canarias. Los migrantes, unos 300 según los testimonios recogidos por la prensa local, zarparon el pasado viernes de la localidad de Joal, al sur de Dakar, y lograron llegar hasta aguas del Sahara occidental controladas por Marruecos. Sin embargo, se quedaron sin gasolina suficiente para llegar al Archipiélago español y decidieron dar media vuelta. Al llegar a las proximidades de la ciudad de Saint Louis y durante la maniobra de desembarco, el cayuco volcó provocando la muerte de al menos 25 migrantes. Decenas de jóvenes lograron huir, 19 fueron interceptados por la Policía y hay 21 heridos. La búsqueda de supervivientes prosigue.
El accidente se produjo el miércoles sobre las diez de la mañana, pero la cifra oficial de fallecidos ha ido aumentado a medida que se iban encontrando los cadáveres. El cayuco era de gran tamaño, unos 25 metros de eslora, pero la gran cantidad de personas a bordo, de nacionalidad senegalesa y guineana sobre todo, le hacía avanzar con dificultad. Los supervivientes dijeron a las autoridades que su única comida durante el viaje fue galletas y fruta, pero que tenían agua suficiente. Tras quedarse sin gasolina y en su intento de regresar a Senegal, el patrón de la embarcación se perdió y pasaron dos días en el mar antes de llegar a Saint Louis, según fuentes policiales.
Pero los verdaderos problemas surgieron durante el desembarco. Las mismas fuentes informaron de que el patrón se negó a alcanzar la playa para evitar ser identificado por la Policía, por lo que obligó a los migrantes a iniciar el desembarco a unos metros de la costa, ayudado por pequeñas embarcaciones que acudieron al rescate. Sin embargo, el oleaje y la inestabilidad de la embarcación provocaron su vuelco y que decenas de personas cayeran al mar. Al menos 25 entre ellas se ahogaron pese a estar a pocos metros de tierra. Otros lograron alcanzar la playa. Los heridos están siendo atendidos en el hospital regional de Saint Louis, informó el gobernador de esta región, Alioune Badara Sambe.
El presidente de Senegal, Macky Sall, expresó su “compasión y solidaridad” a través de su perfil de Twitter. “En estos momentos difíciles, nuestros pensamientos y oraciones acompañan a las familias y personas próximas de las víctimas. Las autoridades competentes han sido movilizadas para darles apoyo y asistencia. Que las almas de los difuntos descansen en paz”, escribió Sall. Se trata del peor naufragio de emigrantes de este año en Senegal.
La tragedia vuelve a poner el foco sobre la ruta canaria de la emigración irregular que se ha mantenido activa durante todo el invierno pese a ser los peores meses para intentar llegar a Canarias debido al frío y el mal tiempo. Este jueves, otras dos embarcaciones que habían zarpado de Senegal y de Mauritania han sido interceptadas. La segunda de ellas, con un centenar de personas a bordo, fue localizada en aguas próximas a la ciudad mauritana de Nuadibú. Todos los migrantes se encuentran retenidos por la Guardia Costera, que este jueves procedía a su identificación para proceder a la expulsión de aquellos que no sean mauritanos por vía terrestre y a través de las fronteras de Malí y Senegal, el procedimiento habitual.
Senegal se encuentra inmerso en una profunda crisis política tras el aplazamiento de las elecciones presidenciales previstas para el pasado 25 de febrero y que todavía no tienen una fecha clara de celebración. El propio Sall decretó la suspensión de los comicios debido a un conflicto entre el Parlamento y el Tribunal Constitucional en torno a la aprobación de candidaturas, pero el alto tribunal dictaminó que la cita con las urnas debía celebrarse lo antes posible. Este aplazamiento provocó una nueva ola de protestas en las que fallecieron cuatro personas. Un reciente diálogo nacional ha propuesto el 2 de junio como nueva fecha electoral, pero debe ser ratificada por el alto tribunal. La inestabilidad política y social está detrás del incremento de salida de migrantes desde las costas de Senegal.