Un juzgado de Madrid investiga el apaleamiento del muñeco de Pedro Sánchez en Nochevieja
La Fiscalía de la Audiencia Nacional cierra sus pesquisas preprocesales para reenviarlas a la magistrada que ha asumido el caso
El Juzgado de Instrucción número 26 de Madrid mantiene abierta una investigación sobre el apaleamiento de un muñeco de Pedro Sánchez durante la pasada Nochevieja, cuando un grupo de personas se congregó junto a la sede del partido, en la madrileña calle de Ferraz, para protestar contra el Gobierno. La magistrada Concepción Jerez abrió una causa tras recibir un atestado policial sobre lo ocurrido aquella madrugada, según informan fuentes ju...
El Juzgado de Instrucción número 26 de Madrid mantiene abierta una investigación sobre el apaleamiento de un muñeco de Pedro Sánchez durante la pasada Nochevieja, cuando un grupo de personas se congregó junto a la sede del partido, en la madrileña calle de Ferraz, para protestar contra el Gobierno. La magistrada Concepción Jerez abrió una causa tras recibir un atestado policial sobre lo ocurrido aquella madrugada, según informan fuentes jurídicas, que precisan que aún no se ha imputado a nadie, ni se ha practicado ninguna diligencia para indagar sobre lo sucedido. Según precisan fuentes fiscales, este paso ha provocado que la Fiscalía de la Audiencia Nacional haya tenido que cerrar las pesquisas preprocesales que abrió el 12 de enero tras recibir una denuncia del PSOE, pues no puede tenerlas activas si un juzgado ha iniciado ya una causa.
A principios de enero, los socialistas presentaron una denuncia ante la Fiscalía General del Estado para pedir que se dilucidara quién estuvo detrás de la protesta de Fin de Año. La formación considera que esa convocatoria fue el “colofón” de una larga campaña “con tintes violentos” urdida con el objetivo de colocar al PSOE “en la diana”, y que incluye las concentraciones casi diarias que se sucedieron durante semanas ante su sede —algunas de las cuales acabaron con enfrentamientos con la policía y cargas, lo que ha provocado que las fuerzas de seguridad del Estado mantengan todavía una fuerte presencia policial en las inmediaciones de Ferraz—. Según el partido, que señaló directamente a Vox como el “nexo común” de todas esas iniciativas, estas acciones de “hostigamiento” encajarían en delitos de amenazas, delito de odio, desórdenes públicos, manifestación ilícita o injurias graves contra el jefe del Ejecutivo.
La Fiscalía General del Estado remitió la denuncia del PSOE a la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que inició una investigación preprocesal en enero. Es decir, este órgano comenzó a hacer indagaciones para saber si existen indicios suficientes de delito —antes de decidir si debía presentar una querella en un juzgado o archivar el caso—. Durante estos trámites, el ministerio público averiguó el 22 de enero que ya se había enviado un atestado policial a los juzgados de Madrid, y que recayó por reparto en el de la magistrada Concepción Jerez, que abrió su propia causa. Por ello, la acusación pública ha cerrado sus pesquisas.
“La Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que el fiscal cesará en sus diligencias tan pronto como tenga noticia de la existencia de un procedimiento judicial sobre los mismos hechos”, explica Marta Durántez, teniente fiscal de la Audiencia Nacional, en el escrito que da por concluidas sus pesquisas y las remite al Juzgado de Instrucción 26 de la capital. Según fuentes socialistas, el PSOE aún no ha recibido notificación de estas últimas decisiones, ni se ha personado todavía en la causa abierta por la magistrada Concepción Jerez.
Pese a las dudas de multitud de juristas sobre la posibilidad de que el apaleamiento del muñeco de Sánchez pueda perseguirse por la vía penal, los socialistas decidieron acudir a la Fiscalía. En su denuncia, la formación expuso: “Las expresiones utilizadas y acciones realizadas suponen una agresión ilegítima al honor del PSOE y de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general. Por ello, aunque la libertad de expresión tenga un ámbito de acción muy amplio, amparando incluso la crítica más molesta, hiriente o desabrida, en su comunicación o exteriorización no es posible sobrepasar la intención crítica pretendida, dándole un matiz injurioso, denigrante o desproporcionado (en este caso, absolutamente desproporcionado y violento)”.
Un grupo de personas —300, según la delegación del Gobierno— se congregó en las inmediaciones de Ferraz en Año Nuevo, entre las 22.00 del 31 de diciembre y la 1.00 del 1 de enero. Los manifestantes lanzaron “cánticos” contra el Ejecutivo, Sánchez y el PSOE. También profirieron insultos y “portaron pancartas con lemas descalificantes”. El momento culmen se produjo cuando, “con júbilo y expectación, como parte del evento, procedieron a ahorcar a un muñeco”, identificado como Pedro Sánchez: “Reproducía a una persona, hombre, con una nariz alargada, traje negro, corbata roja, y un brazalete rojo en el brazo izquierdo, en el que aparecen las siglas PSOE”. El muñeco fue apaleado durante un largo rato, mientras se jaleaban gritos y lemas como: “1, 2, 3, colgado de los pies”; “psicópata”; “hijo de puta”; “puto rojo el que no vote”; “revolución, España, traidor”, “hay que quemarle, hay que quemar Ferraz”; “hijos de puta, España ha despertado”; “Sánchez a prisión, juicio sumarísimo al Gobierno”. Una vez destruida la piñata, prosigue la denuncia, los asistentes recogieron los restos del suelo mientras decían “son las entrañas de Sánchez” y gritaban “que lo lleven a Marruecos”.