Gipuzkoa toma la delantera en la alta velocidad vasca
El Gobierno vasco concluye el ramal de este territorio tras 16 años de obras y una inversión de 1.948 millones
Gipuzkoa toma la delantera en la construcción del tren de alta velocidad en el País Vasco. El Gobierno autónomo ha anunciado este lunes que el ramal ferroviario que discurre por este territorio ya está finalizado tras una inversión cercana a los 2.000 millones de euros. Es una larga plataforma ferroviaria de 60,73 kilómetros que va desde Bergara hasta Astigarraga a la que le faltan aún los raíles y la catenaria, unos trabajos que deberá licitar y ejecutar a partir de ahora el gestor fe...
Gipuzkoa toma la delantera en la construcción del tren de alta velocidad en el País Vasco. El Gobierno autónomo ha anunciado este lunes que el ramal ferroviario que discurre por este territorio ya está finalizado tras una inversión cercana a los 2.000 millones de euros. Es una larga plataforma ferroviaria de 60,73 kilómetros que va desde Bergara hasta Astigarraga a la que le faltan aún los raíles y la catenaria, unos trabajos que deberá licitar y ejecutar a partir de ahora el gestor ferroviario del Estado Adif. La finalización del tramo guipuzcoano, una obra que ha gestionado en su totalidad el Gobierno vasco, permite mantener los plazos para que el AVE en esta comunidad esté operativo en el año 2027, según ha confirmado el consejero de Transportes Iñaki Arriola, aunque habrá que esperar otros seis años, hasta 2033, para que los trenes rápidos accedan hasta el centro de Bilbao.
La complicada orografía vasca ha alargado más de lo esperado la construcción de la red vasca de alta velocidad, un proyecto cuyas obras arrancaron en 2006 en el ramal alavés tras varios años de debate y discusión política. Dos años después entraron a trabajar las máquinas en Gipuzkoa. Solo este corredor ha requerido 16 años hasta rematar completamente una estructura de casi 61 kilómetros, de los que solamente 4,2 kilómetros (el 7%) discurren a cielo abierto. La mayor parte del trazado (48,5 kilómetros) transcurre soterrado y el resto (7,9 kilómetros), sobre viaductos. Se han construido 34 túneles (el más largo de seis kilómetros de longitud) y 31 puentes. La obra singular del proyecto es un puente atirantado de 482 metros entre Hernani y Astigarraga, “el primero en España para alta velocidad”, según ha indicado Arriola en una visita a las obras en compañía del delegado del Gobierno en el País Vasco, el también socialista Denis Itxaso.
La construcción de la parte guipuzcoana del AVE vasco ha correspondido a la empresa pública Euskal Trenbide Sarea (ETS) tras una encomienda de gestión firmada con el Gobierno central. El Ejecutivo vasco descuenta del Cupo que paga a Madrid la parte que adelanta para la financiación de estas obras. El coste total ha ascendido a 1.948 millones de euros, según la última certificación de la obra, 76 millones más que los previstos inicialmente. Arriola ha destacado que el Gobierno vasco fue, en su momento, “la primera administración regional de Europa que participó directamente en el diseño y la construcción de una red ferroviaria de alta velocidad de titularidad estatal”.
El próximo hito de esta infraestructura será la puesta en servicio de la estación de Atotxa, en San Sebastián, prevista para finales de 2025. También está pendiente acabar el conocido como nudo de Bergara, donde está previsto que confluyan los tres ramales de la Y vasca ferroviaria. Según las últimas previsiones, ratificadas hoy por el consejero, el TAV podría estar en marcha en Euskadi en 2027 en su red troncal.
Los plazos se alargarán para completar los accesos del tren a Bilbao y Vitoria. Arriola ha recordado que el Gobierno vasco tramita la encomienda por la que se faculta a ETS para licitar este mismo año la redacción del proyecto del acceso del túnel desde Basauri (Bizkaia) hasta el centro de Bilbao. Se trata de un túnel de 6,2 kilómetros de longitud que requerirá una inversión de 280,11 millones, de los que el Ejecutivo vasco adelantará 226,5 millones. Este tramo estaría terminado en 2033, aunque aún quedaría pendiente la construcción de la estación central de Abando que permitirá la llegada de los viajeros al centro de la capital vizcaína. Tampoco hay plazos para la integración de la alta velocidad en Vitoria, cuyo proyecto básico está redactándose mientras se tramita su declaración de impacto ambiental.