El principal investigado por los Mossos y la Guardia Civil en la operación antiyihadista es un checheno detenido con una granada en 2019 en Girona
German Bagaev se encuentra en prisión en Brians, y le consta una orden de expulsión de la Audiencia de Girona
El principal investigado por la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra en la operación antiyihadista que han llevado a cabo este martes en Cataluña y Extremadura es German Bagaev. El hombre fue detenido en 2019 en la AP-7 a su paso por La Jonquera (Girona) cuando trataba de cruzar la frontera a Francia. En el asiento trasero del Mercedes Benz S-350 negro con matrícula bielorrusa llevaba un maletín de color marrón, que en su interior portaba una granada antipersona M-75 de fabricación Serbia. La Audiencia de Girona lo condenó,...
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El principal investigado por la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra en la operación antiyihadista que han llevado a cabo este martes en Cataluña y Extremadura es German Bagaev. El hombre fue detenido en 2019 en la AP-7 a su paso por La Jonquera (Girona) cuando trataba de cruzar la frontera a Francia. En el asiento trasero del Mercedes Benz S-350 negro con matrícula bielorrusa llevaba un maletín de color marrón, que en su interior portaba una granada antipersona M-75 de fabricación Serbia. La Audiencia de Girona lo condenó, junto a su acompañante, Serhii Aniskovich, a siete años de cárcel, con la pena aparejada de expulsión del territorio. Bagaev está preso en la cárcel de Brians.
Bagaev es la pieza clave de la investigación de los servicios de información de los Mossos, que han trabajado codo con codo con la Guardia Civil, según policiales. Estos últimos investigaron a fondo a Bagaev y Aniskovich cuando fue arrestado en 2019, y nunca llegaron a dilucidar los objetivos de la pareja. En sus teléfonos, encontraron fotografías de los condenados con ametralladoras, pistolas con silenciador, y armas de guerra. La policía acusa en esta ocasión a Bagaev, y al menos a cuatro personas más, de estar radicalizados y de haber iniciado una fase de compra de armas y material explosivo para futuros atentados, según fuentes policiales.
Algunos de los implicados en la operación antiyihadista conocieron a Bagaev en prisión, explican fuentes policiales, y otros son compatriotas del sospechoso. La investigación, coordinada por el juzgado de instrucción 6 de la Audiencia Nacional, se encuentra bajo el secreto de las actuaciones. Los Mossos y la Guardia Civil han detenido a cuatro de las cinco personas a las que han investigado, en diversos registros que se han llevado a cabo en Rubí, Sant Pere de Ribes, Martorell y Mérida.
Bagaev continuaba ingresado en la prisión catalana de Brians, y no había sido expulsado aún porque tenía otra causa pendiente en Alicante por una tentativa de homicidio. Se le acusaba de ser el autor de un tiroteo en 2018 en Benidorm junto a otras personas. En el juicio, que se celebró el pasado mes de noviembre, las partes llegaron a un acuerdo de conformidad y la fiscalía rebajó su petición de 12 años de cárcel por tentativa de homicidio a penas de entre uno y dos años y tres meses por un delito de lesiones. Bagaev, condenado a esos dos años y tres meses, solicitó de nuevo la conmutación de la pena por la expulsión, a la que no se opuso la Fiscalía. Fuentes policiales aseguran que el hombre estaba pendiente de que se llevase a cabo.
Los investigadores ahora están a la espera del análisis de todo el material intervenido a los sospechosos y de las nuevas pruebas que puedan revelar sobre las intenciones de los sospechosos. Hasta ahora vinculado al crimen organizado por los investigadores, fuentes policiales aseguran que la presunta radicalización de Bagaev es previa al ingreso en prisión del sospechoso. En la causa que se le abrió en Girona por la Granada, Bagaev se limitó a reconocer que su misión consistía en transportar el maletín que hallaron los agentes, pero que desconocían su contenido. La condena fue por depósito de armas de guerra y por falsedad documental.
El pasado mes de diciembre, la Policía Nacional detuvo en Madrid y Barcelona a tres menores de edad que consideraron “altamente radicalizados”. En aquella investigación, la policía asegura que algunos de los menores habían dado pasos también para informarse sobre la adquisición de precursores para fabricar explosivos. Los agentes los detectaron a través de ciberpatrullaje.
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