Sumar, rumbo a “terreno desconocido”

El grupo minimiza las consecuencias de la ruptura con Podemos y prepara su conversión en un “movimiento híbrido”

Yolanda Díaz e Íñigo Errejón, el pasado día 5 en el Congreso.Claudio Álvarez

En Sumar reconocen que la ruptura con Podemos envía un mal mensaje al electorado, en un momento de ofensiva total de la derecha, pero tampoco se oyen muchos lamentos. Si los de Ione Belarra quieren presionar desde fuera, los de Yolanda Díaz afirman que su actuación en el Gobierno será su mejor aval. Aunque no es la gestión su única tarea urgente: también deberán levantar una nueva organización política.

Un filósofo afín, Santiago Alba Rico, definía a Sumar en un reciente art...

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En Sumar reconocen que la ruptura con Podemos envía un mal mensaje al electorado, en un momento de ofensiva total de la derecha, pero tampoco se oyen muchos lamentos. Si los de Ione Belarra quieren presionar desde fuera, los de Yolanda Díaz afirman que su actuación en el Gobierno será su mejor aval. Aunque no es la gestión su única tarea urgente: también deberán levantar una nueva organización política.

Un filósofo afín, Santiago Alba Rico, definía a Sumar en un reciente artículo en EL PAÍS como “una izquierda bricolada con prisa y sin proyecto político”. “Lo de bricolada lo admito, porque lo tuvimos que improvisar todo”, concede el diputado Íñigo Errejón. “Lo del proyecto, no. Llevamos un año elaborando documentos y debatiendo, aunque a la gente no le haya llegado”. Tras el trabajo teórico, el plan pasa ahora por constituir algo que vaya más allá del “movimiento de Yolanda Díaz”. “Por mucho que Yolanda sea la condición de posibilidad”, enfatiza Errejón.

Sumar no ha sido más que una coalición electoral, sin estructura, ni militancia, ni implantación territorial. El siguiente paso consiste en alumbrar una organización estable en una asamblea constituyente cuyos trabajos previos se han puesto en marcha con el horizonte de la próxima primavera. No pretende convertirse exactamente en un partido, sino en un “movimiento híbrido”, en palabras de Díaz. “Tanteamos terreno desconocido”, dice Errejón, que coordinará el documento político. “Queremos construir algo en lo que quepan los partidos existentes, pero que vaya más allá de ellos”. Es decir, donde convivan los militantes de las formaciones coligadas en Sumar —todas menos Compromís, que se queda al margen, y Alianza Verde, que ha manifestado críticas— con ciudadanos independientes. Los promotores aseguran que rozan los 80.000 inscritos.

Sumar va a estar sometido a la artillería de Podemos para presentarlo como una suerte de muleta del PSOE. En la formación sostienen que sus actuaciones en el Gobierno bastarán para desmentirlo y ponen como prueba la defensa que acaba de hacer Díaz de las prestaciones por desempleo ante la insinuación de posibles recortes. “Somos muy diferentes del PSOE, entre otras cosas hacemos lo que ellos no hicieron en 45 años: cumplir lo prometido”, asegura una destacada dirigente. Y llama la atención sobre otro rasgo diferenciador, su carácter “plurinacional”, inscrito en el nombre mismo del grupo parlamentario.

Sobre el contenido ideológico, Errejón propone dejar de lado “conceptos superados”. Socialdemocracia, por ejemplo, es un término que “pertenece a un mundo que ya no existe”, el que se desarrolló en Europa tras la II Guerra Mundial. Aun a riesgo de resultar un tanto “etéreo”, el que fuera fundador e ideólogo de Podemos plantea una nueva reivindicación de la democracia: “La democracia entendida no solo como representación electoral, sino como el derecho a decidir su futuro de los que no son poderosos, el poder de los que no tienen poder. Esa idea de democracia hay que llevarla a todas partes, también a la empresa”.

Aunque la preparación para las elecciones de julio tuviese mucho de bricolaje, Sumar reivindica su papel para frenar a la derecha. “Cambiamos el clima moral de la España progresista”, presume Errejón. “Muchos, incluida parte del PSOE, decían que todo estaba perdido. Nosotros nos rebelamos contra eso”. Cierto que en el resultado electoral, agrega, lo que pesó básicamente “fue evitar la barbarie de la derecha, que un tipo como Milei [Javier, nuevo presidente de Argentina] fuese vicepresidente del Gobierno”. “Y ahora se trata de algo más”, remacha, “ahora lo que tenemos es que ofrecer esperanza en el futuro”.

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