Lo que no se vio en el 45º aniversario de la Constitución: confidencias, croquetas y selfis
Las escenas sin cámaras de la celebración en el Congreso este miércoles dejaron corrillos entre propios y extraños
El acto del día de la Constitución en el Congreso es un ritual que concentra en pocos metros cuadrados de una misma caldera a infinidad de políticos, cargos institucionales y periodistas. Bajo un frío que pela, la mañana del 6 de diciembre suele arrancar en las inmediaciones de la madrileña Carrera de San Jerónimo con el paseíllo de algunos presidentes autonómicos y portavoces de los partidos que después comparecen ante un micrófono de pie instalado en el patio de la Cámara baja. La posterior celebración solemne abre paso al jaraneo, ya dentro del edificio. Así sucedió también este miércoles, ...
El acto del día de la Constitución en el Congreso es un ritual que concentra en pocos metros cuadrados de una misma caldera a infinidad de políticos, cargos institucionales y periodistas. Bajo un frío que pela, la mañana del 6 de diciembre suele arrancar en las inmediaciones de la madrileña Carrera de San Jerónimo con el paseíllo de algunos presidentes autonómicos y portavoces de los partidos que después comparecen ante un micrófono de pie instalado en el patio de la Cámara baja. La posterior celebración solemne abre paso al jaraneo, ya dentro del edificio. Así sucedió también este miércoles, cuando además se conmemoraba el 45º aniversario de la Ley Fundamental. Tras los fastos oficiales —que tienen lugar en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso, situado en frente del hemiciclo— las cámaras se apagan y políticos y periodistas se mezclan catering mediante.
Del Salón de los Pasos Perdidos trató de salir como pudo el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que apenas probó bocado de las bandejas de jamón, minitacos mexicanos, regañás coronadas de anchoas y croquetas que pasaban entre el gentío, y marchó de los primeros. En su partida se topó con el presidente suplente del Consejo del Poder Judicial, Vicente Guilarte, con quien mantuvo una breve conversación. Sobre el contenido de la charla, en el equipo del jefe de la oposición manifiestan que no revelan encuentros personales. De fondo, la negativa del PP a renovar el CGPJ si no se reforma simultáneamente la ley de elección de los jueces que ponen en lo órgano, cuyo mandato lleva caducado cinco años. Ese tema y el de la salida de los cinco diputados al grupo mixto tras romper con Sumar fueron los más recurrentes en los corrillos, las conversaciones informales que se producen entre políticos y periodistas, y que este jueves se reflejan en los titulares.
Con quien no se saludó Feijóo fue con Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno se quedó a hablar con la prensa en el mismo Salón de los Pasos Perdidos. De allí escapó Feijóo mientras una marabunta de periodistas trataba de escuchar al jefe del Ejecutivo, que ya contempla “poner sobre la mesa” la fórmula Guilarte para renovar el CGPJ, según reveló en esa conversación informal. La propuesta consiste en quitarle al Consejo su principal competencia sobre nombramientos de presidentes de audiencias y tribunales superiores y de magistrados del Tribunal Supremo. En el PP no exploran aún esta posibilidad. Quién sabe si Guilarte le comentó algo sobre su propia solución a Feijóo en su encuentro.
En el pasillo entre el Salón y el hemiciclo se apostaron varios presidentes autonómicos del PP: el de la Región de Murcia, Fernando López Miras; el de Andalucía, Juan Manuel Moreno; el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y el de Galicia, Alfonso Rueda. Cada uno rodeado de periodistas o compañeros de partido, y que a diferencia de su líder se quedaron a alternar y disfrutar de los canapés. Y todos ellos albergaban dudas sobre qué postura tomarán ante el debate sobre la financiación autonómica y la condonación de la deuda, una de las principales cuestiones que ahora enfrentan a los líderes territoriales con La Moncloa. Los presidentes autonómicos del PP no renuncian a recibir una quita, pero reclaman discutirlo en el Consejo de Política Fiscal, además de partir de posiciones distintas según el territorio.
Mañueco hizo de anfitrión e iba por el pasillo presentando a la nueva portavoz del PP en el Senado, Alicia García, senadora por Castilla y León y desconocida para muchos. Al lado, la nueva ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, se acercó hasta López Miras y le habló como cuando se regaña a un hijo, pero sin llegar a tanto. Según el entorno del presidente de la Región de Murcia, Rodríguez le dijo que en breve tendrían que hablar para acometer los problemas de la vivienda, cuya competencia corresponde a las autonomías, que han de aplicar la Ley de Vivienda. Luego, López Miras se encontró con Miquel Iceta, exministro de Cultura y recién nombrado embajador de España ante la Unesco, a quien el presidente murciano saludó efusivamente y con recochineo.
—¡Hombre, Miquel! ¿Me invitarás a París, no?—.
—¡Cuando quieras!—, respondió el exministro enérgico.
Por ese pasillo deambulaba también una señora que no paraba de pedir fotos a todos los presidentes autonómicos del PP. A la última a la que inquirió fue a la de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que a diferencia de sus compañeros de partido permaneció en el Salón de los Perdidos. La mujer que pedía fotos le solicitó una segunda instantánea, porque en la primera no le gustaba cómo salía. Ayuso asintió encantada. La presidenta madrileña ya había tenido su propio acto de la Constitución, dos días atrás, en la Real Casa de Correos. Un evento organizado por la Comunidad y en el que no invitó al ministro encargado de Política Territorial, como suele hacer cada año. Ayuso respondió así a que el Gobierno central no la invitase a ella a la inauguración de la línea de AVE entre Madrid y Asturias. Transportes explicó que lo que se estrenaba era el tramo León-Oviedo.
El ministro del ramo, Óscar Puente, con quien además Ayuso mantiene ahora una guerra abierta por el descarrilamiento de dos trenes en la estación de Atocha en los últimos días, acudió también este miércoles al Congreso. Pero como Feijóo, Puente no se quedó mucho tiempo.
—¡Tengo que coger el AVE!—, se excusó el ministro al marchar.
Sí disfrutó de la comida el niño de segundo de primaria Pablo Ruiz, que leyó un artículo de la Constitución durante el acto solemne, elegido porque sus padres conocían a “alguien” del Congreso, y a quienes habían felicitado varias personas por la soltura con la que enunció las palabras sin apenas nervios. Al postre y al cava llegaron ya pocos políticos. Entre ellos, Ayuso y otra de las más solicitadas, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que acudió a la celebración tras el shock de la ruptura con Sumar, materializada apenas unas horas antes. En privado, Díaz se mostró aliviada.