El calvario del PSOE, un partido bajo el acoso ultra

Los cargos socialistas critican al PP y a Vox por su señalamiento, mientras los ataques a las sedes no amainan y ya se ha superado el centenar de casas del pueblo vandalizadas

Una casa del pueblo del PSOE vandalizada, en Cuenca.

La pareja de una dirigente del PSOE que vive en una ciudad de provincias se topó la semana pasada, cuando salía como cada mañana a llevar a su hija al colegio, con un hombre con pasamontañas esperando en la puerta del portal de su domicilio. En la mochila lucía un cartel donde se leía “asesinos” y “traidores”. También llevaba un dispositivo para grabar. Se marchó cuando vio llegar a un coche patrulla, que no pasaba por casualidad por la zona. La política socialista lo denunció y el hombre ya ha sido identificado. Desde entonces, dos agentes de paisano hacen guardia en la calle. “Nos han puesto...

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La pareja de una dirigente del PSOE que vive en una ciudad de provincias se topó la semana pasada, cuando salía como cada mañana a llevar a su hija al colegio, con un hombre con pasamontañas esperando en la puerta del portal de su domicilio. En la mochila lucía un cartel donde se leía “asesinos” y “traidores”. También llevaba un dispositivo para grabar. Se marchó cuando vio llegar a un coche patrulla, que no pasaba por casualidad por la zona. La política socialista lo denunció y el hombre ya ha sido identificado. Desde entonces, dos agentes de paisano hacen guardia en la calle. “Nos han puesto vigilancia en prevención de lo que pudiera pasar. El PP y Vox llevan semanas señalándonos y el resultado es que un descerebrado se envalentona y se presenta en la entrada de mi casa”, lamenta la política con la condición del anonimato, inquieta por su familia.

El calvario por el que pasan los cargos socialistas es generalizado. Y trasciende a las protestas en Ferraz —el jueves se vieron por primera vez banderas con la esvástica nazi, que también se ha pintado en casas del pueblo como la de Pulgar, un pueblo de Toledo— y los actos vandálicos contras las sedes del partido: hasta el sábado se contabilizaban 104 locales afectados en 40 provincias, algunos varias veces, que abarcan desde pintadas con insultos y amenazas, a la rotura de cristales y el bloqueo de cerraduras. Por precaución, ya no abren por las tardes. “Están siendo semanas muy duras. Muchas noches nos dejan bolsas de basura y hasta nos han manchado la puerta y el pomo con heces”, relata Jorge Donaire, secretario general de la agrupación de Hortaleza, en Madrid, que lamenta que se hayan visto obligados a suspender las actividades que hacían por motivos de seguridad. “Más que miedo, en los afiliados mayores todo lo que está pasando ha generado mucha tristeza. Solo se habían cerrado las agrupaciones en la pandemia y en el intento de golpe de Estado del 23-F”, añade. El PSOE tiene 172.000 militantes.

“A nosotros también nos dejan basura podrida en la puerta. Está siendo muy desagradable, pero me quedo con la solidaridad de los vecinos que nos ayudan a limpiar a diario las pintadas de ‘traidores’, ‘hijos de puta’, ‘idos del barrio’ o ‘ratas”, comparte Macarena Orosa, responsable de la agrupación de Coslada, en Madrid, la provincia que encabeza la lista de sedes atacadas.

En la sede del PSOE de Marchena (Sevilla) apareció escrito: “Caeréis como en el 39″, año del final de la Guerra Civil, con una diana. “El individuo que haya hecho eso está fuera del sistema”, sentencia Mar Romero, alcaldesa y secretaria general de la agrupación. La de Marbella (Málaga) también ha sido vandalizada varias veces. “Estas agresiones no habían sucedido nunca”, dice el exalcalde José Bernal, informa Lourdes Lucio. “Recibo todas las noches seis o siete llamadas de vecinos de la sede asustados. Les pido disculpas y me dicen que nosotros no tenemos la culpa, pero ellos también lo sufren. Nos tiran huevos, petardos de los grandes, basura, papeles quemados que suben hasta las ventanas, nos hacen pintadas, nos ponen silicona… Hay una escalada violenta”, comparte Pedro Ródenas, secretario de Organización de Alicante.

Pintada con el mensaje “Caeréis como en el 39”, en alusión al último año de la Guerra Civil, con una diana en la entrada de la agrupación socialista de Marchena (Sevilla).
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El grado de acoso personal es sin duda el que más estupor y condena genera. Santos Cerdán, el secretario de Organización del PSOE, vuelve a llevar escolta como cuando era objetivo de ETA. Un teniente de alcalde de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y secretario general de su agrupación, Víctor Mora, fue agredido el 9 de noviembre cuando iba a su trabajo. V., una empleada de Ferraz que pide no ser identificada, ha sido tildada estos días de “corrupta”. Otra compañera fue perseguida hasta la sede. “Bajas a fumarte un cigarro y oyes un insulto, una amenaza, de gente que pasa por ahí o que queda para almorzar para meterse con nosotros. La gente se ha envalentonado con todos los señalamientos y con la sensación de impunidad que se genera con las turbas. Parece que todo vale. Vas a trabajar con tensión. Algunos compañeros reconocen que tienen ansiedad. Las llamadas por teléfono son continuas con amenazas del tipo ‘cuando te pille por la calle, vas a ver, hijo de puta”, narra un empleado del PSPV-PSOE en Valencia que, como todos los consultados, pide no dar su nombre.

Local de los socialistas valencianos con pintadas.PSPV VALENCIA (PSPV VALENCIA)

Los concejales, diputados o senadores lo tienen mucho más difícil por su exposición pública. Alberto Rojo, diputado nacional por Guadalajara, de la que fue alcalde hasta el 28-M, cuando el PP pactó con Vox incumpliendo su máxima de dejar gobernar a la lista más votada, se encontró el domingo pasado un manuscrito en el parabrisas de su coche. “Me mencionaban a mí y a mi familia, prefiero no entrar en más detalles. Esta es la actitud irresponsable que están fomentando el PP y Vox, no tiene nada que ver con la discrepancia política”, reprocha. Aparte, Rojo ha tenido que soportar folletos repartidos por la ciudad con su rostro y el mensaje “Yo vendí España”.

El mismo cartel se ha movido en redes sociales contra otros diputados como Óscar Puente, exalcalde de Valladolid y que se estrenó esta legislatura en el Congreso como portavoz del PSOE en la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. “Yo llevo cuatro años bajo un acoso permanente. Por ejemplo, me hacen fotos por la calle con una de mis hijas para infundir bulos y decir que estoy con otra que no es mi mujer. En el momento en el que te conviertes en una figura pública que molesta a la derecha, toda esa persecución se amplifica y por desgracia se ha extendido a todos con la investidura”, explica.

Una diputada del PSOE pidió a la policía protección y adelantó el regreso a su provincia, ya que temía por su integridad tras las increpaciones y acoso a cuatro diputados el jueves en una cafetería cercana al Congreso. El incidente coincidió con el señalamiento en la cuenta en X (antes Twitter) del Grupo Popular del Congreso a los parlamentarios del PSOE, como Gabriel Cruz: “Lo hace todo por la silla. Hoy entrega sus principios y vota sí a la investidura de Pedro Sánchez a cambio de la amnistía”.

El diputado de Huelva se indigna: “Son acciones profundamente antidemocráticas. El escaño lo tengo por los votos en las elecciones generales, no por la investidura. Todos lo tenemos por la voluntad popular, es una estulticia, juegan a provocar un clima que lleva a la sinrazón”. Los socialistas valencianos han llevado a la Fiscalía la misma estrategia del PP con ellos en redes.

La tormenta de momento no amaina, aunque Sánchez haya sido investido. El PSOE exigió el sábado el cese inmediato de la exalcaldesa y concejala del PP de Gomezserracín (Segovia), Laura del Río, por pedir “un tiro en la nunca” al presidente en su perfil de Facebook. El partido presentó una denuncia a la Guardia Civil. El PP anunció que le abrirá expediente.

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