La Monarquía resiste a los bloques

El juramento de la princesa Leonor confirma que la defensa de la forma de Estado es uno de los últimos vestigios de los consensos bipartidistas

Felipe VI, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofia asisten, en febrero de 2020, a la apertura solemne de la XIV Legislatura en el hemiciclo.ULY MARTIN

Los dos bloques irreconciliables de la política española quedaron retratados en la votación de investidura de Alberto Núñez Feijóo, con el Congreso prácticamente partido a la mitad. El próximo martes, cuando Leonor de Borbón y Ortiz, princesa de Asturias y heredera de la Corona, ...

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Los dos bloques irreconciliables de la política española quedaron retratados en la votación de investidura de Alberto Núñez Feijóo, con el Congreso prácticamente partido a la mitad. El próximo martes, cuando Leonor de Borbón y Ortiz, princesa de Asturias y heredera de la Corona, acuda al Parlamento a jurar la Constitución, la fotografía será mucho menos divisiva. Los grupos que apoyaron a Feijóo —PP, Vox, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro— volverán a militar en el mismo bando, pero esta vez el PSOE figurará junto a ellos.

La defensa de la Monarquía emerge como uno de los últimos vestigios de los consensos bipartidistas. Por mucho que la derecha asimile el PSOE a las posiciones de sus aliados, lo cierto es que los socialistas han hecho estos años frente común con ella para bloquear cualquier iniciativa molesta para la Corona. Así ha ocurrido con los intentos de investigar los negocios de Juan Carlos I, la reforma legal para limitar la inviolabilidad del Rey o propuestas de menor calado como la que instaba al CIS a volver a preguntar sobre la Monarquía.

El instituto demoscópico dejó de incluir la cuestión en sus sondeos en 2015, coincidiendo con los escándalos del rey emérito. La última encuesta conocida es de 2021 y la hizo una empresa privada, 40dB., para 15 cabeceras asociadas en la Plataforma de Medios Independientes. Los resultados no eran muy alentadores para los monárquicos: un 39,4% se pronunciaba por la República y un 31% por la actual forma de Estado. Eso sí, no se detectaba gran interés popular por someter la cuestión a referéndum.

La joven que encarna la continuidad de la Corona se encontrará el martes con un escenario muy distinto en el Congreso, respaldada por formaciones que representan el 83% de la Cámara y el 77% de los votos del 23-J. Todos los grupos, salvo Junts per Catalunya, han comentado a EL PAÍS su postura sobre el futuro de la Monarquía.

Un Gobierno, dos visiones. El PSOE no deja de proclamar su “tradición republicana”, pero sobre ella prima la “lealtad al pacto constitucional”, lo que “incluye la Monarquía parlamentaria”. El Grupo Socialista insiste en defender “desde el primero al último de los artículos” de una Constitución que ha forjado “una de las democracias más avanzadas del mundo”.

Sin entrar en críticas a lo sucedido en los últimos años, los socialistas creen que con Felipe VI la Monarquía “ha sabido adaptarse a los tiempos”, y el juramento de la heredera “será un paso más en esa línea”: “Como uno de los principales arquitectos de la Constitución española, nos sentimos cómodos e identificados en esas coordenadas constitucionales y le deseamos el mejor de los futuros a la princesa Leonor”.

El socio minoritario del Gobierno en funciones, Sumar, acudirá al acto con sus cargos institucionales, mientras que la mayoría del grupo le dará la espalda. La formación de Yolanda Díaz expresa su “máximo respeto institucional” y al tiempo pide “el máximo respeto por la gente”, ya que, alega, el debate sobre la forma de Estado “existe en la sociedad”. Proclama que el republicanismo “no puede ser un acto de nostalgia”, sino una apuesta por “una democracia más avanzada”. Y sin apuntar directamente a nadie, advierte que “una Monarquía encerrada en el flanco derecho, que no atienda a las cuestiones sociales y territoriales” afrontará “dificultades para proyectarse hacia adelante”.

Entusiasmo a la derecha. Ante la mayoría de edad de la heredera, la derecha ratifica su adhesión inquebrantable a la Corona. “Es un acto de especial trascendencia para nuestra democracia que avala claramente el futuro de la Monarquía parlamentaria”, apunta el Grupo Popular. La institución “ejerce una labor fundamental” y es “garantía de una democracia estable y fuerte”. Los populares enfatizan que las 10 monarquías parlamentarias de Europa “se encuentran entre las democracias más avanzadas del mundo”.

El Grupo Popular rescata una frase del discurso pronunciado en 2014 por Felipe VI con motivo de su coronación, cuando, citando al Quijote, afirmó que “no es un hombre más que otro si no hace más que otro”. De ella extrae una conclusión: “Es esencial defender una España unida y diversa, basada en la igualdad de todos los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley”.

La decisión del Rey de proponer a Sánchez como candidato a la investidura provocó reacciones airadas en ámbitos de la extrema derecha. Pero Vox cierra filas ante el martes y exhibe su “orgullo de poder formar parte de un día histórico”. “El juramento es un símbolo de orden y de permanencia del régimen constitucional”, declara, “el mismo que, como ya advertimos en 2019, quieren destruir los enemigos de España, esos que no estarán en esta celebración porque odian todo lo que simboliza la Corona: la unidad, la igualdad de todos los españoles y la historia y el futuro compartidos”.

UPN también destaca al Rey como garante de la unidad de España y dice que en el momento actual “es más necesario que nunca”. La formación navarra defiende que la institución “está dando pasos para adaptarse a los nuevos tiempos” con “transparencia y control público”. Y aboga por una reforma constitucional para acabar con la preeminencia del varón en la línea sucesoria.

CC, en cambio, sin cuestionar la Monarquía, considera que “en algunos aspectos continúa siendo anacrónica”. La insta a adaptarse a un nuevo “panorama político e institucional y a un territorio con nacionalidades diversas, muy diferente al de siglos anteriores”, y a actuar “en consonancia con la agenda social, económica y ambiental del Estado”.

Vacío nacionalista. El plante a la princesa será total por parte de los aliados nacionalistas del Gobierno, incluido el PNV, sobre el que planeaban ciertas dudas. La formación vasca no impugna abiertamente la Monarquía, pero exige reformas legales “tras años de polémicas y actitudes impropias”. “Si la Zarzuela pretende quedarse anquilosada, no va a tener ningún futuro”, afirman fuentes del PNV, que critican especialmente al PSOE por haberse opuesto a iniciativas suyas, como la que pretendía limitar la inviolabilidad del Rey a sus actos públicos.

Más a la izquierda, el rechazo es contundente. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, sostiene que una institución golpeada por las “corruptelas” ha lanzado a Leonor de Borbón como parte de “un proceso de blanqueamiento mediático gracias a la aparición de una nueva figura que probablemente acabará igual de desgastada que su padre en unos años”. “Es un bucle anormalmente eterno”, concluye.

“Una escenificación sin sentido”, califica el acto del martes el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu. “La Monarquía se impuso por la vía de los hechos y todavía hoy ni la sociedad vasca ni la del Estado hemos podido decidir qué modelo queremos”. Iñarritu afirma que el rechazo a esta “antigualla antidemocrática” es mayoritario “no solo en Euskal Herria, también en la sociedad española”.

El BNG coincide: “La jura de Leonor forma parte de un ritual que pretende perpetuar la Monarquía al margen de la voluntad popular, porque nunca fue votada”. La formación gallega sentencia que la institución no se puede modernizar “porque por definición es antidemocrática” y señala que su objetivo final es “una República Galega soberana”.

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