Óscar Puente: “La investidura ya venía dinamitada antes de empezar”

Óscar Puente (Valladolid, 54 años) es, con permiso de Alberto Núñez Feijóo, el político del momento. El exalcalde socialista de Valladolid, ganador de las elecciones municipales el 28-M y uno de los damnificados de los pactos del PP y Vox, ha sido el protagonista inesperado de la investidura del candidato conservador a La Moncloa.

Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de q...

Óscar Puente (Valladolid, 54 años) es, con permiso de Alberto Núñez Feijóo, el político del momento. El exalcalde socialista de Valladolid, ganador de las elecciones municipales el 28-M y uno de los damnificados de los pactos del PP y Vox, ha sido el protagonista inesperado de la investidura del candidato conservador a La Moncloa.

Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de que usted fuese el portavoz en el debate de investidura?

Respuesta. Fue a finales de agosto, poco después de que el rey Felipe VI le encargara la investidura a Feijóo, durante una conversación que mantuve con el presidente del Gobierno. Se planteó que podía ser una buena idea y se le fue dando forma y perfilando. Todo apuntaba a que iba a ser yo desde el domingo 10 de septiembre, tras otra llamada con Pedro [Sánchez]. La decisión definitiva se tomó el jueves pasado: ese día había pleno en el Congreso y me volví a Valladolid con la certeza de que sería yo el encargado. La situación ha sido llevada por Pedro, es una decisión totalmente personal del presidente.

P. ¿El viernes va a intervenir usted de nuevo antes de la segunda votación, previsiblemente fallida, de Feijóo?

R. Yo estoy a lo que me digan, pero creo que sí. En todo caso, será muy poquito. El candidato tendrá 10 minutos y los representantes de los grupos parlamentarios dispondremos de cinco minutos.

P. ¿Cuánto tiempo le dedicó al discurso?

R. El discurso salió fácil y salió hace mucho tiempo. Lo tenía escrito prácticamente hace tres o cuatro semanas, lo que pasa es que luego estás atento a la actualidad y eso te permite meterle algún toque más vinculado al último minuto. Por eso incluí la propuesta de Feijóo en su discurso de investidura de crear un delito de deslealtad constitucional. ¡Lo dice el líder de un partido que lleva cinco años negándose a renovar el Consejo General del Poder Judicial!

P. ¿Qué objetivo buscaban con la elección de un perfil como el suyo?

R. Queríamos poner a Feijóo frente a sus contradicciones. La mejor manera de hacerlo era que le respondiera alguien en una situación similar a la que está él y que no haya podido gobernar como consecuencia de los pactos con Vox, pese a haber sido la lista más votada que Feijóo tanto defendía. Es lo que el PP ha hecho en todas las ocasiones en las que ha podido formar gobierno con la ultraderecha.

P. ¿Qué le han dicho algo otros alcaldes como usted, afectados por el 28-M?

R. No solo alcaldes, la reacción de todo el partido ha sido espectacular. El partido se ha visto reivindicado y yo creo que la gente ha agradecido que haya alguien que ponga pie en pared ante tanta falacia. Y ante esa narrativa tan absolutamente ficticia en la que hay gente que se permite el lujo de decir una cosa ―eso de que gobierne la lista más votada― y hacer la contraria con el más absoluto desparpajo. El PP gobierna en Extremadura, en Canarias, en 140 ayuntamientos y no ha sido la lista más votada. Así que ya está bien. La reacción de Feijóo demuestra que el PP es mucho más amateur de lo que yo me imaginaba. No tener previsto el escenario que se presentó es no ser profesional. Uno tiene que prever todos los escenarios: puede salir Pedro, puede salir Patxi [López], puede salir otra persona. Yo hubiera pensado en que el PSOE tiene unos cuantos [ex]alcaldes sentados en la bancada en el Congreso, y que ese era un riesgo.

P. Feijóo reaccionó acusándolo de haber intentado dinamitar su investidura.

R. La investidura ya venía dinamitada antes de empezar el debate. Es su partido el que lleva pidiendo elecciones desde hace 10 días. Es decir, él tiene que ser consciente de que la situación a la que llega no es culpa más que de él y de su partido. Es Feijóo el que dice que renuncia a ser elegido mientras el PP pide que se convoquen elecciones. ¿A qué viene usted al Congreso entonces? La reacción del PSOE es obviamente no darle ese rango a una investidura que no lo es. Punto. Otro objetivo era mandar un mensaje nítido y claro de cuál es la situación que vive el PSOE, porque había desasosiego entre algunos votantes socialistas que creían posible que hubiera una maniobra con tránsfugas, y eso había que conjurarlo.Las apelaciones al transfuguismo, constantes, de presidentes autonómicos como Juan Manuel Moreno Bonilla son lamentables.

P. ¿Había tanto malestar dentro del PSOE por esas apelaciones al transfuguismo?

R. Dentro del partido no hay ningún tipo de temor a un tránsfuga. Ninguno. Ahora, el ruido es tremendo y el votante, el ciudadano desde fuera, siente desasosiego. La cosa está muy caliente ya desde hace mucho tiempo. Es decir, tener que escuchar que te digan “que te vote Txapote” y que a este señor [por Feijóo] se le haya preguntado en campaña electoral y haya escurrido el bulto y no haya desautorizado la utilización de ese eslogan… Ha molestado muchísimo en el PSOE y los votantes de la izquierda.

P. Hay quienes consideran una falta de respeto institucional que el presidente en funciones haya decidido no intervenir.

R. ¿Cuál es la regla escrita o no escrita que dice que el presidente en funciones tiene que participar de la investidura de otro candidato? ¿Dónde está? Pedro Sánchez es presidente de un Gobierno saliente en funciones. No entiendo por qué tiene que entrar en la investidura de otro candidato. El que se examinaba es Feijóo y el grupo socialista elige quién quiere que participe de ese examen, que no tiene por qué ser el presidente del Gobierno.

P. ¿Qué le dijo Patxi López?

R. Me deseó suerte y ánimo.

P. Y sin problema.

R. ¡Claro! Pero, vamos a ver, yo no pretendo sustituir a Patxi López. Esto es una circunstancia puntual para una ocasión concreta que creo que es fácil de entender. Es decir, ¿quién va a salir con más autoridad a dejarle claro a Feijóo que su argumento es una falacia que otro que está en su misma situación?

P. En su discurso afirmó que el PSOE es un partido blindado ante las presiones externas. ¿Iba por Felipe González y Alfonso Guerra?

R. No, porque en todo caso Felipe y Guerra son presiones internas, no externas. No los considero ajenos al partido. Me refería a que Pedro Sánchez y todo el proceso que se vivió desde el fatídico comité federal del 1 de octubre de 2016 tiene en su haber algo que le reconocerá la historia: haberle devuelto el partido a sus bases. El partido no es de Pedro Sánchez, esto del sanchismo es un cuento. El partido está en manos de los militantes. Ellos deciden. Ningún grupo, ni mediático, económico ni político, decide por los militantes del PSOE. Y eso lo tenemos presente los dirigentes actuales del PSOE y nos da tranquilidad al actuar, al saber que nos respaldan los 200.000 militantes del PSOE y los progresistas de este país. La opinión de Felipe y la opinión de Guerra son opiniones como las de cualquier otro militante, que no tienen ni más ni menos valor y que, en este caso, además no son representativas del conjunto de la militancia.

P. ¿Incluso con toda la incertidumbre que rodea a la concesión de una hipotética amnistía?

R. El PSOE sabe perfectamente hasta dónde puede llegar. Y quienes dialoguen con el PSOE saben hasta dónde puede llegar el PSOE. No hay que correr ni hay que tener prisa. ¿Hay que respetar la liturgia, pero hay que hablar de la investidura del señor Sánchez, que todavía no se ha producido? Cuando llegue, se hablará. Pero que nadie tenga ninguna duda de que la decisión que tome la dirección federal será una decisión que los militantes entenderán, comprenderán y respaldarán.

P. ¿Y los votantes?

R. No tengo ninguna duda.