El PP aplica un cordón sanitario a EH Bildu y le impide lograr la alcaldía de Vitoria y otros tres ayuntamientos

Los populares cumplen con su compromiso de boicotear a los soberanistas

La alcaldesa de Vitoria, la socialista Maider Etxebarria, tras tomar posesión de su cargo en el pleno de este sábado. Foto: IÑAKI BERASALUCE-EUROPA PRESS (IÑAKI BERASALUCE-EUROPA PRESS) | Vídeo: EPV
San Sebastián -

Vitoria y Durango (Bizkaia) son los dos ejemplos más significativos de la estrategia desplegada por el PP en el País Vasco para cerrar el paso a EH Bildu para gobernar en los municipios donde la coalición abertzale fue la fuerza más votada en las elecciones del 28-M. Los populares han entregado este sábado sus votos al PSOE y al PNV, sin pedir nada a cambio, para permitir que la socialista Maider Etxebarria fuer...

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Vitoria y Durango (Bizkaia) son los dos ejemplos más significativos de la estrategia desplegada por el PP en el País Vasco para cerrar el paso a EH Bildu para gobernar en los municipios donde la coalición abertzale fue la fuerza más votada en las elecciones del 28-M. Los populares han entregado este sábado sus votos al PSOE y al PNV, sin pedir nada a cambio, para permitir que la socialista Maider Etxebarria fuera investida como primera alcaldesa de Vitoria y la peneuvista Mireia Elkoroiribe recuperase el mando en Durango. Es un apoyo “gratis et amore”, como anunció tras los comicios el líder de los populares vascos, Carlos Iturgaiz. El cordón sanitario de los populares también ha impedido que los independentistas se hicieran con el poder en las localidades alavesas de Kuartango y Zigoitia.

Allí donde los votos del PP eran clave para decidir el signo de un ayuntamiento, a los ediles populares no les ha temblado el pulso y se han decantado por boicotear a los soberanistas. De esta manera, se han visto beneficiados el PNV y los socialistas, que ya tenían sellado un acuerdo entre ambos para extender en todos los consistorios un pacto de estabilidad para repartirse las alcaldías donde sumaban mayoría. El PP ha sido determinante en Vitoria para impedir que la candidatura más votada, encabezada por Rocío Vitero (EH Bildu), se hiciese con el mando.

Los abertzales, con siete representantes, tenían asegurado el apoyo de los dos ediles de Elkarrekin Podemos, pero han resultado insuficientes frente a los que ha recibido la socialista Etxebarria, a la que han votado los seis concejales de su partido, otros tantos del PNV y también los seis del PP. Aunque era suficiente con que le cedieran dos votos, el PP ha optado por votar en bloque a la candidata socialista.

La misma línea de actuación ha seguido el PP en Durango, uno de los municipios más poblados de Bizkaia. Hace cuatro años EH Bildu desbancó al PNV (entonces primera fuerza). Esta vez han cambiado las tornas gracias al voto del único representante del PP a la candidata peneuvista. Arnaldo Otegi, el líder de EH Bildu, ha venido advirtiendo desde los pasados comicios municipales de que el PNV y el PSE estaban traspasando una “línea roja” por beneficiarse del respaldo de los populares. “Han incorporado al PP-Vox a la ecuación” para desalojar a Bildu, lo que supone “un cambio sustancial”, según el dirigente independentista.

Durango era una plaza con un gran simbolismo para el PP. Esta formación ha recuperado el edil que había perdido hacía cuatro años. En la lista electoral, encabezada por Carlos García, había incluido en el último puesto a Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, antes del expresidente José María Aznar, y en el décimo lugar a Daniel Portero, presidente de Dignidad y Justicia. El único concejal del PP en esta localidad ha inclinado la balanza a favor del PNV y otorgado la alcaldía a Mireia Elkoroiribe, lo que ha sido celebrado como el “inicio de una nueva etapa de libertad y democracia” en Durango. Ha terminado el pleno y Rodríguez ha manifestado que ha querido asistir a la sesión de investidura porque no se quería perder “la fiesta” de “sacar a Bildu, a los enemigos de España, de la institución más importante que gobernaba”.

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La mayoría de las alcaldías en el País Vasco estaban decididas antes de los plenos de investidura celebrados este sábado. En 184 de los 251 municipios hay mayorías absolutas que otorgan a Bildu una gran implantación municipal tras el avance electoral obtenido el 28-M. En las restantes se han ido cerrando acuerdos para reeditar el pacto de estabilidad que han suscrito el PNV y el PSE, y la alianza que ha establecido Bildu con Elkarrekin Podemos. En otros casos, las agrupaciones vecinales han decantado la balanza a favor de Bildu o el PNV.

Crisis en el PNV de Labastida

La elección de las alcaldías vascas ha sido el reflejo del poderío municipal mostrado por EH Bildu en las elecciones del 28-M. Se convierte en la formación que suma el mayor poder en los ayuntamientos de esta comunidad. En la próxima legislatura, los soberanistas contarán con 107 regidores (logró 90 mayorías absolutas), favorecido por el apoyo que adelantó Elkarrikin Podemos, la ayuda de candidaturas vecinales y la decisión del PNV de no presentarse en algunas localidades. Bildu, sin embargo, ha perdido una de sus piezas más codiciadas, Vitoria, donde ha resultado elegida la socialista Etxebarria. La coalición abertzale se ha hecho con el mando en sus principales feudos y ha sumado a estos las alcaldías guipuzcoanas de Tolosa, Arrasate, Andoain y Pasaia y de Llodio en Álava, entre otras.

El PNV, en cambio, pierde fuelle como consecuencia del desgaste electoral, aunque la alianza con los socialistas le permiten conservar algunos ayuntamientos relevantes en Bizkaia, como Barakaldo, Amorebieta, Mungia, Santurtzi, Sestao, Getxo o Basauri. Esta formación suma 94 alcaldías (tiene mayoría absoluta en 58) por la suma de los votos recibidos de los socialistas, principalmente. El PSE gobernará 12 municipios, entre estos Vitoria, Portugalete, Irún, Eibar, Zumarraga o Lasarte-Oria.

Uno de los focos de atención de esta jornada estaba puesto en las localidades alavesas de Labastida y Laguardia, donde el PP fue en ambos casos el primer partido en las elecciones. En Laguardia gobernará cuatro añosel PNV tras obtener el apoyo de EH Bildu, que ya anunció que iba a vetar a los populares (estos ganaron por 13 votos de diferencia en las urnas). La resolución en el consistorio de Labastida ha sido la más traumática. El PNV tenía también garantizado el respaldo de los soberanistas, como ya hizo hace cuatro años para desbancar al PP, pero la dirección peneuvista exigió a su cabeza de lista, Eduardo Barinaga, que renunciara a presentar su candidatura a alcalde, lo que motivó su renuncia inmediata y abrió una crisis notable en el partido que preside Andoni Ortuzar.

El aspirante del PP Daniel García ha salido elegido alcalde de Labastida después de que los tres ediles del PNV hayan acatado la directriz del partido. Pero en el pleno han elevado su protesta y disconformidad con la cúpula peneuvista: “Puede ser que Labastida se haya convertido en moneda de cambio para municipios y diputaciones de mayor calado político, pero las formas en las que el PNV ha orquestado las negociaciones, con la complicidad del excandidado Eduardo Barinaga, nos ha dejado sin margen para poder presentar a un candidato y eso ha llenado a esta candidatura de impotencia y asco”, ha manifestado en la sesión la edil electa del PNV Aintzane Prieto.

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