La relación entre el Gobierno y Marruecos se enfría en vísperas electorales
Tras la queja de Exteriores sobre Ceuta y Melilla, ningún ministro ha acudido a un foro económico clave celebrado en Casablanca en apoyo a 58 empresas españolas
La demora en la puesta en funcionamiento de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla está lastrando el buen clima que ha reinado en las relaciones entre Marruecos y España tras el giro dado por el Gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sahara Occidental a favor de la posición marroquí. Oficializado en abril de 2022 en un encuentro en Rabat entre el presidente español y el rey Mohamed VI, y escenificado en una ...
La demora en la puesta en funcionamiento de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla está lastrando el buen clima que ha reinado en las relaciones entre Marruecos y España tras el giro dado por el Gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sahara Occidental a favor de la posición marroquí. Oficializado en abril de 2022 en un encuentro en Rabat entre el presidente español y el rey Mohamed VI, y escenificado en una cumbre bilateral, también en la capital marroquí, el pasado febrero, el reencuentro diplomático debía haber culminado hace cuatro meses con la reapertura de la histórica aduana de Melilla y la entrada en servicio de la Ceuta, de nueva planta.
No ha sido así. Por el contrario, tras un largo año de entente cordial, el Ejecutivo de Madrid ha acabado quejándose formalmente a Rabat por calificar a Ceuta y Melilla de “ciudades marroquíes” en un documento enviado a la Comisión Europea. La protesta diplomática —que no se produjo cuando el presidente del Senado marroquí, Enaam Mayara, se refirió el mes pasado a ambas plazas norteafricanas como “ciudades ocupadas”— marca un cambio de ciclo. El aparente enfriamiento de las relaciones bilaterales ante el retraso en los compromisos adquiridos por Marruecos sobre las aduanas coincide además con la convocatoria anticipada de elecciones generales en España, cuya precampaña está siendo seguida de cerca por la prensa del país magrebí.
Hay ausencias que también marcan. El ministro de Industria y Comercio marroquí, Ryad Mezzur, abrió el pasado miércoles en Casablanca un foro empresarial bilateral al que asistieron 58 compañías llegadas desde España. Su homólogo español, Héctor Gómez, que tenía inicialmente previsto participar en el encuentro económico, declinó su asistencia tras el envío de la nota de protesta del Ministerio de Asuntos Exteriores a la Embajada de Marruecos en Madrid. El escrito rechazaba “categóricamente” el lenguaje utilizado por Marruecos para referirse a las dos plazas españolas del norte de África y subrayaba que “las fronteras españolas, incluidas Ceuta y Melilla, están internacionalmente reconocidas”.
La queja diplomática se produjo después de que, el 17 de mayo, Rabat protestara ante Bruselas por las reiteradas declaraciones del vicepresidente de la Comisión Europea responsable de inmigración, Margaritis Schinas, defendiendo que las ciudades autónomas norteafricanas son fronteras españolas y de la Unión Europea. En el anexo de la nota verbal trasladada por la diplomacia marroquí a la UE se recopilaban supuestas “declaraciones hostiles” de Schinas sobre Marruecos y, añadía textualmente, “las ciudades marroquíes de Ceuta y Melilla”.
Al foro de Casablanca acudió finalmente la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez. El anterior cónclave económico bilateral celebrado en Marruecos, en torno a la reunión de alto nivel del pasado febrero, fue inaugurado en Rabat por la entonces ministra del ramo, Reyes Maroto, y clausurado conjuntamente por el presidente Sánchez y su homólogo marroquí, Aziz Ajanuch.
Primer socio comercial
España es desde hace casi una década el primer socio comercial de Marruecos. Las exportaciones españolas alcanzaron en 2022 los 11.748 millones de euros, un 23,6% más que en el ejercicio anterior. Las importaciones se situaron en 8.692 millones, con un alza del 19,1%. El país vecino es también el tercer destino de las inversiones españolas fuera de la UE, solo por detrás de Estados Unidos y Reino Unido.
El foro empresarial de Casablanca no fue una reunión de negocios más. En sus sesiones se plantearon inversiones por cientos de millones de euros a las que aspiran compañías españolas. Mohamed Semuni, director adjunto de la ONCF, la compañía pública de ferrocarriles marroquí, avanzó que se encuentra “en fase de finalización” el concurso de adquisición de vagones y trenes para modernizar el servicio ferroviario, por unos 840 millones de euros, informa la agencia Efe. A la licitación optan las compañías Talgo y CAF.
A pesar de la protesta diplomática española sobre Ceuta y Melilla, el Gobierno marroquí ha afirmado a través de su portavoz, Mustafa Baitas, que las relaciones bilaterales gozan de buena salud y están basadas en “la confianza y el respeto mutuo”. Sin embargo, Rabat ha insistido en cuestionar a Margaritis Schinas. Baitas advirtió el pasado día 1 de que la queja enviada a Bruselas por su país fue una “clarificación necesaria ante el patinazo” que, a su juicio, representan las sucesivas declaraciones del vicepresidente de la Comisión sobre la españolidad de ambas ciudades autónomas durante los dos últimos años.
El escrito marroquí dirigido a Bruselas había molestado especialmente en Madrid porque incumplía el compromiso de ambos gobiernos de “evitar todo aquello que ofende a la otra parte, sobre todo en lo que afecta a las respectivas esferas de soberanía”, según anunció el 2 de febrero el presidente español en la cumbre bilateral. Hasta ahora, las declaraciones reivindicando la marroquinidad de Ceuta y Melilla, como las del presidente del Senado, habían sido desautorizadas por el Gobierno marroquí.
Ley del silencio
El roce diplomático viene a constatar el enfriamiento de las relaciones, que coincide con la demora marroquí en la apertura de las aduanas comerciales. En medio de la cautela política exigida en periodos electorales, parece haberse impuesto además la ley del silencio ante la prensa entre los altos cargos españoles que visitan Marruecos. La secretaria de Estado de Comercio hizo saber que no atendería a los medios comunicación en Casablanca, aunque finalmente concedió entrevistas a periódicos marroquíes. La presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, tiene previsto asistir esta semana a una reunión de la Unión Interparlamentaria en la ciudad de Marraquech. También ha transmitido que se limitará a emitir un comunicado y no aceptará preguntas de la prensa en Marruecos.