Los primeros concejales del Partido Cannábico en Europa son navarros: “Lo primero que se ve es el porro y los porretas, pero hay mucho más”
Andrés Vallés y Germán Lanas, de 30 años, proponen una planta de producción de cáñamo industrial para salvar el municipio de Murillo El Fruto de la despoblación
El municipio navarro de Murillo El Fruto apenas supera los 600 habitantes pero en estas elecciones ha hecho historia en Europa. Allí han sido elegidos los dos primeros concejales del Partido Cannábico Luz Verde de todo el continente: Andrés Vallés y Germán Lanas, de 30 años. Se presentaron como independientes y han obtenido un 32% de los votos emitidos en la localidad. Se quedaron a pocas papeletas de lograr la tercera acta, que habría correspondido a Aitor Murillo, de 27 años. Reconocen que no se esperaban la exposición mediática que han te...
El municipio navarro de Murillo El Fruto apenas supera los 600 habitantes pero en estas elecciones ha hecho historia en Europa. Allí han sido elegidos los dos primeros concejales del Partido Cannábico Luz Verde de todo el continente: Andrés Vallés y Germán Lanas, de 30 años. Se presentaron como independientes y han obtenido un 32% de los votos emitidos en la localidad. Se quedaron a pocas papeletas de lograr la tercera acta, que habría correspondido a Aitor Murillo, de 27 años. Reconocen que no se esperaban la exposición mediática que han tenido desde entonces: “Hay mucho desconocimiento y lo primero que se ve es el porro y los porretas, pero hay mucho trasfondo detrás. Creemos que poco a poco la gente, a través de los medios, está cambiando su opinión”.
La decisión de presentarse a las elecciones la tomaron porque querían reactivar la política municipal, asegura Vallés, buscando que el pueblo esté informado de las decisiones que se adoptan y participe más: “Ante la opacidad del Ayuntamiento, la poca transparencia, queremos colaboración ciudadana y participación”. Quieren “cambiar la forma de hacer política”. Compartirán el salón de plenos solo con otro partido, Adelante Murillo, que ha ganado los comicios con mayoría absoluta. “Votar cada cuatro años es muy cómodo, pero queremos que se tenga más iniciativa vecinal, que las cosas que sean buenas para el pueblo se puedan votar en consenso”, añade Murillo.
Por ahora no tienen medidas concretas para articular esa participación vecinal, pero sí un proyecto estrella en su programa: abrir una planta de producción de cáñamo industrial en el pueblo. “Quieren hacer esa planta en Navarra y estamos convencidos de que si no es aquí, será en otro pueblo”, asegura Vallés. Para Lanas, la planta puede ser la solución a la despoblación que afecta al municipio. “No hay oportunidades laborales y la gente se va. Hay mucha gente que no quiere trabajar en el campo porque es muy duro y [los trabajadores agrícolas] son todos migrantes”. Él lo sabe bien, es el responsable de una explotación agrícola y viticultor por cuenta propia.
La planta de cáñamo industrial permitiría complementar una economía eminentemente agrícola. Murillo El Fruto, explican, es el mayor pueblo exportador de guindillas para conservas, pero también se cultivan otros productos: espárragos, tomates para conserva, pimientos, trigo, cebada, maíz... Sin embargo, más allá del campo, apenas hay industria. Y las últimas empresas que se han instalado, añade Fermín Les, presidente del Partido Cannábico en Navarra, son muy contaminantes. La alternativa de la planta de cáñamo es un proyecto a largo plazo, pero creen que puede ser muy beneficioso para el vecindario porque podría establecer “una relación de simbiosis entre la parte agrícola y la parte industrial”.
Más allá de los planteamientos del Partido Cannábico, la planta industrial de cáñamo no es una quimera. Este 2023 se prevén cambios para flexibilizar la normativa que regula la producción y comercialización del cáñamo. De hecho, el Gobierno foral ha impulsado la Asociación Navarra para la Investigación del Cáñamo (ANIC), en la que participa directamente y bajo cuya fórmula —pionera en España— se ha aliado con la Universidad Pública de Navarra (UPNA), con el centro de investigación biomédica Navarrabiomed, con el Instituto de Agrobiotecnología del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC-IDAB), con las sociedades públicas INTIA y Nasertic, y con la empresa privada Josenea.
El objetivo es investigar, plantar y desarrollar variedades de cáñamo que tengan bajos porcentajes de THC, el principio estupefaciente por el que es más conocido, y que puedan destinarse a fines médicos, científicos, de investigación o para el cultivo. Desde el Ejecutivo navarro consideran que el cultivo del cáñamo puede ser “estratégico” para la evolución de la agricultura en la comunidad porque tanto el industrial como el medicinal puede convertirse en un cultivo alternativo para zonas económicamente desfavorecidas o en riesgo de despoblación. De hecho, la planta es conocida entre los expertos como el “cerdo de los cultivos”, porque de ella, igual que de este animal, se puede aprovechar prácticamente todo y con una rentabilidad elevada.
La creación de esta asociación será “positiva” para el impulso de esta industria, considera Les: “Ya está triunfando en Francia, Italia o la República Checa, que son quienes han abanderado esto en la Unión Europea, junto con Suiza”. Desde su formación tampoco dejan de lado otra de sus reivindicaciones: la legalización del cannabis. Les considera que esa decisión contribuiría a “reducir el consumo, recaudar más impuestos y mejorar la seguridad, porque la guerra contra las drogas es un despilfarro”. E insiste: “El cannabis es salud también, tiene su uso terapéutico y España es el último país de la UE en incorporarlo”.
Les considera que lo ocurrido en Murillo El Fruto es un “ejemplo” de que “la sociedad va por delante” de los gobernantes: “Los agricultores tienen mucha información al respecto y están abiertos a incorporarlo”. En cualquier caso, defiende que los objetivos de Vallés y Lanas en el consistorio van más allá: “Son chicos de Murillo y lo que van a hacer es trabajar por el pueblo para que haya una escuela mejor, para que no se vaya la gente del pueblo”. Para esa tarea se preparan ya los dos concejales electos, que reconocen que sienten un poco de respeto: “Como nunca hemos estado en política, desconocemos muchas cosas, pero tenemos ganas”. En líneas generales tienen buena relación con los miembros del otro partido elegido, Adelante Murillo, que ha obtenido cinco concejales, mayoría absoluta. “No vamos a ir a incendiar nada. Creemos que podremos trabajar en común”, concluye Lanas.