EE UU no podrá superar los 4.250 militares en Rota pese al aumento de dos buques

Los seis destructores contribuirán a la seguridad de África, Europa y Oriente Próximo, según el documento suscrito por ambos gobiernos

Llegada del destructor estadounidense 'USS Bulkeley' en agosto a la base naval de Rota (Cádiz), como parte de los planes de rotación de buques para modernizar la flota.Román Ríos (EFE)

“Contribuir de forma significativa a la estabilidad regional y a la seguridad común de África, Europa y Oriente Próximo” y “contribuir en mayor medida al sistema de defensa contra misiles balísticos de la Alianza Atlántica” son los objetivos del acuerdo suscrito el lunes por la ministra de Defensa española, Margarita Robles, y la embajadora de Estados Unidos en Madrid, Julissa Reynoso, según el documento al que ha tenido acceso EL PA...

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“Contribuir de forma significativa a la estabilidad regional y a la seguridad común de África, Europa y Oriente Próximo” y “contribuir en mayor medida al sistema de defensa contra misiles balísticos de la Alianza Atlántica” son los objetivos del acuerdo suscrito el lunes por la ministra de Defensa española, Margarita Robles, y la embajadora de Estados Unidos en Madrid, Julissa Reynoso, según el documento al que ha tenido acceso EL PAÍS.

El texto, titulado “Acuerdo relativo al despliegue de dos buques adicionales de la Marina de los Estados Unidos en la base naval de Rota (Cádiz) para el desarrollo de la cooperación establecida por el Segundo Protocolo de Enmienda del Convenio de Cooperación para la Defensa entre el Reino de España y los Estados Unidos de América”, se compone de un preámbulo y tres artículos.

“El Gobierno de España”, dice el artículo 1, “autoriza el estacionamiento de otros dos buques AEGIS [se refiere a destructores lanzamisiles equipados con el sistema de combate Aegis] de la Marina de Estados Unidos y sus tripulaciones en la base naval de Rota supeditados a las mismas condiciones que los cuatro […] ya estacionados”.

La principal limitación figura en el artículo 2, que dispone: “El Gobierno de los Estados Unidos se compromete a que todo incremento de personal militar o civil estadounidense en la base naval de Rota derivado de la ejecución del presente acuerdo se lleve a cabo sin exceder el nivel total de personal permanente autorizado” en el anejo 2º del convenio.

Es decir, aunque los cuatro destructores ya desplegados en Rota tienen 1.200 tripulantes y los dos nuevos incrementarán esta cifra hasta un total de 1.800, Estados Unidos no podrá sobrepasar el techo establecido actualmente, que atribuye a la base naval de Rota 4.250 militares y 1.000 civiles estadounidenses. El convenio permite albergar en Rota muchas otras unidades militares estadounidenses, como 5 aeronaves administrativas, 13 de reconocimiento y 18 de patrulla marítima, además de un batallón de construcción, una estación de comunicaciones, una terminal de correo aéreo, una compañía de seguridad, un servicio de investigación criminal, una unidad de contratación y otra de mantenimiento. Pese a ello, las tropas estadounidenses destacadas permanentemente están muy lejos del techo previsto y los seis buques lanzamisiles nunca estarán desplegados a la vez —siempre habrá al menos uno patrullando o en tránsito y otro en mantenimiento—, por lo que tampoco será fácil que se supere ese límite, pese al sustancial incremento.

Para justificar que este reforzamiento de la presencia militar estadounidense en España no se someta a aprobación del Congreso, al contrario que los tres anteriores (2002, 2012 y 2015), el acuerdo se remite al artículo 3 del Segundo Protocolo de Enmienda, el que autorizó el despliegue de los cuatro primeros buques en Rota, que permite “celebrar acuerdos administrativos en desarrollo” del mismo. Además, el texto alega que el incremento “no cambia las misiones, ni el tipo de fuerzas ya autorizadas, ni tampoco modifica el nivel de efectivos militares y civiles autorizados permanentemente en la base naval de Rota”. La ministra Robles ha pedido comparecer ante la Comisión de Defensa del Congreso para informar de su contenido.

Según ha informado el Ministerio de Defensa, está previsto que el primero de los dos nuevos destructores de la clase Arleigh Burke, con 300 tripulantes cada uno, llegue a España en 2024; y el segundo, “en los próximos años”, sin precisar fecha.

En el preámbulo del acuerdo se explica que, además de “contribuir a la estabilidad regional y la seguridad de África, Europa y Oriente Próximo” —hasta ahora se subrayaba su otra misión como componente naval del escudo antimisiles de la OTAN, dejando esta en segundo plano—, el propósito de los dos países es profundizar y fortalecer su cooperación en defensa, mediante la “ampliación de las capacidades de la base naval de Rota”.

El acuerdo ha entrado en vigor inmediatamente después de su firma, el lunes, y seguirá vigente mientras no se derogue el actual convenio, firmado en 1988 y sujeto a prórrogas anuales automáticas si ninguna de las partes lo denuncia. La actual prórroga expira en mayo de 2024.

La firma del acuerdo —que fue autorizada por el Consejo de Ministros el 17 de enero— se produce a cuatro días de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sea recibido el viernes por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la Casa Blanca. Por su parte, el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, se reunirá un día antes en Washington con su homólogo estadounidense, Antony Blinken, en lo que constituye un relanzamiento al máximo nivel de las relaciones bilaterales.

El convenio de cooperación para la defensa entre España y Estados Unidos se firmó en diciembre de 1988, con una vigencia de ocho años, pero las dos primeras veces que se reformó (para regular la actuación en España de los servicios secretos de la Marina y la Fuerza Aérea estadounidenses y para incluir la llegada de los cuatro primeros destructores a Rota) se prorrogó su vigencia, extendiéndose hasta el 21 de mayo de 2021. Desde entonces se aplica el artículo 59.2 del convenio, según el cual este se prorroga automáticamente por periodos anuales si, seis meses antes de su finalización, ninguna de las partes lo denuncia.

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