Una conversación de WhatsApp delató al exjefe de la Guardia Civil de la lucha contra el narco investigado en la Audiencia Nacional

El juez acuerda la libertad con medidas cautelares para el teniente coronel Oliva y otros dos mandos por los delitos de cohecho y revelación de secretos

El teniente coronel David Oliva, a la derecha, sale de la Audiencia Nacional tras declarar ante el juez.Fernando Sánchez / Europa Press

El intercambio de mensajes a través de la aplicación WhatsApp reveló las supuestas presiones a un subordinado que han provocado la imputación del teniente coronel de la Guardia Civil David Oliva Moreno, que hasta hace unos meses era el máximo responsable del Organismo de Coordinación de Operaciones contra el Narcotráfico (OCON) Sur, según han confirmado a EL PAÍS fuentes cercanas a la investigación. Los mensajes de Oliva supues...

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El intercambio de mensajes a través de la aplicación WhatsApp reveló las supuestas presiones a un subordinado que han provocado la imputación del teniente coronel de la Guardia Civil David Oliva Moreno, que hasta hace unos meses era el máximo responsable del Organismo de Coordinación de Operaciones contra el Narcotráfico (OCON) Sur, según han confirmado a EL PAÍS fuentes cercanas a la investigación. Los mensajes de Oliva supuestamente muestran cómo el mando del instituto armado intentó obtener información confidencial del otro agente para saber si él estaba siendo investigado en una operación del Servicio de Asuntos Internos (SAI) por la presunta implicación de guardias civiles en actividades de narcotráfico en el Campo de Gibraltar.

Tras prestar declaración este miércoles en la Audiencia Nacional acusado de los delitos de cohecho y revelación de secretos, el juez Alejandro Abascal ―que el martes tomó declaración como testigos a otros agentes― ha acordado tanto para el teniente coronel como para los otros dos mandos del instituto armado imputados libertad con medidas cautelares. Los tres deberán comparecer una vez al mes ante el juzgado, como había pedido la Fiscalía. El magistrado ha ordenado también levantar el secreto de las actuaciones.

Siempre según estas fuentes, la investigación sobre el teniente coronel se inició hace algo más de un año después de que los responsables de Asuntos Internos solicitaran al juez Abascal autorización judicial para intervenir el teléfono móvil de un teniente de su propia unidad, ante la sospecha de que podía estar facilitando información del operativo a terceras personas. El análisis del terminal de este agente, también imputado, reveló la existencia de una cadena de mensajes entre él y el entonces máximo responsable del OCON, una unidad de élite integrada por 150 agentes que fue creada por el Ministerio del Interior en 2018 para combatir la llegada de alijos de estupefacientes a las costas andaluzas.

En dichos mensajes, el que fuera máximo responsable de la lucha contra el narcotráfico en el Estrecho en los últimos cuatro años presionaba a su subordinado para que le confirmara o desmintiera si, como sospechaba, él era uno de los agentes que estaba siendo investigado por Asuntos Internos. Según revelan las fuentes consultadas, el alto mando había asistido a la fiesta de un conocido narco de la zona y temía que por ese hecho fuera objeto de las pesquisas. Para vencer las resistencias del teniente a facilitarle la información, Oliva prometió hacerle un hueco en el OCON con el aliciente de que el agente era originario de esta zona de Andalucía y podría estar más cerca de la familia. En este cruce de mensajes también había referencias a un tercer agente, un teniente que entonces también estaba destinado en la unidad de élite antidroga y actualmente está en Ceuta. Son los tres imputados.

Según detallan las fuentes consultadas, los temores del teniente coronel Oliva a que estuviera siendo investigado, y que provocaron las supuestas presiones a sus subordinados, eran “infundados”. La investigación sobre la supuesta implicación de guardias civiles en el narcotráfico que instruye el juez Abascal, y que aún está abierta, nunca tuvo entre sus objetivos al exjefe del OCON. Estas mismas fuentes detallan que Asuntos Internos nunca sospechó de Oliva por su asistencia a fiestas en las que participaban traficantes de la zona, ya que, añaden, se consideraba que formaba parte de su trabajo para obtener información. De hecho, el teniente coronel se había convertido en estos años en “el azote de los narcos”, según lo describen fuentes del instituto armado que destacan que las organizaciones criminales le habían amenazado de muerte e Interior se había visto obligado a ponerle escolta.

Todas las fuentes consultas alaban el trabajo de esta unidad en los cuatro años que ha estado operativa y que Interior reestructuró por sorpresa en septiembre pasado, en una decisión sobre la que nunca se han aportado explicaciones. De hecho, sus pesquisas han desembocado en la detención de los grandes narcos del hachís en las costas del sur de España, además de en un incremento espectacular de los alijos intervenidos, que han llegado a triplicarse desde la creación del OCON. Estos resultados fueron reconocidos por el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que en junio de 2021 condecoró con la medalla al mérito del Plan Nacional Sobre Drogas al entonces comandante Oliva, quien más tarde fue ascendido a teniente coronel. Tras la reestructuración del grupo, que se disgregó en las diferentes comandancias de la zona, el mando fue destinado a la Comandancia de Málaga, donde permanece en la actualidad.

Una polémica entrada en la Audiencia Nacional

El teniente coronel David Oliva y los otros dos mandos de la Guardia Civil imputados habían sido citados a declarar en la Audiencia Nacional a las 16.00 horas. Los agentes han abusado de su condición para acceder de forma irregular al edificio, evitando a los periodistas y a las cámaras de televisión. Según detallan fuentes judiciales, los tres han llegado en coche y, tras enseñar su placa al policía que custodiaba la entrada de vehículos, se han introducido por el garaje para desde allí acceder al juzgado sin ser vistos por la prensa que esperaba. A ningún imputado se le permite hacerlo así (a no ser que llegue detenido en furgón) y, por ello, su actitud ha generado un enorme malestar en la Audiencia. Después de más de dos horas de interrogatorio, el juez les ha obligado a salir por la puerta habitual, y los reporteros gráficos han podido captar sus imágenes.

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