El Gobierno acusa a Feijóo de “ligar su futuro político” a Vox con la abstención del PP en la moción de censura
El Ejecutivo incide en la ausencia premeditada del líder de los populares en el debate y su decisión de abstenerse en lugar de votar en contra, como hizo Casado en 2020
Todos los intentos de Alberto Núñez Feijóo, y por extensión del PP, para pasar lo más desapercibidos posible en la moción de censura de Vox a Pedro Sánchez están siendo fútiles. La estrategia del Gobierno es convertir la moción en una censura al modelo de la derecha, hasta el punto de llegar a hacer indistinguible al PP de Vox por la predisposición de Génova a extender a partir del 28-M los pactos de gobierno con la ultraderecha más allá de la Junta...
Todos los intentos de Alberto Núñez Feijóo, y por extensión del PP, para pasar lo más desapercibidos posible en la moción de censura de Vox a Pedro Sánchez están siendo fútiles. La estrategia del Gobierno es convertir la moción en una censura al modelo de la derecha, hasta el punto de llegar a hacer indistinguible al PP de Vox por la predisposición de Génova a extender a partir del 28-M los pactos de gobierno con la ultraderecha más allá de la Junta de Castilla y León. Mientras, la incomodidad del PP conforme se acerca el inicio de la segunda moción de la legislatura es cada vez más manifiesta.
La Moncloa tiene claro que el principal partido de la oposición está sufriendo para justificar su abstención en la moción, un equilibrio pretendido con el que aspira a contentar a su sector conservador más crítico con el Gobierno y a sus potenciales aliados, pero sin terminar de cerrar filas con la extrema derecha para no perder votantes de su flanco más centrista y menos ideologizado. La razón es que, por el camino, podría resultar atractivo incluso al electorado progresista más desafecto que en 2019 votó al Gobierno de coalición. “Feijóo está ligando su futuro político a Vox. Lo que está haciendo es atar su futuro político a la extrema derecha, lo cual es revelador por parte de alguien que decía que es moderado”, ha manifestado este lunes la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, redoblando la presión sobre el presidente del PP. “Su primera decisión [al frente del PP] fue pactar con la extrema derecha en Castilla y León y ahora la culmina con esto”, ha sentenciado.
La decisión de Feijóo de evitar el Congreso los dos días de debate y fijar una agenda paralela a uno de los grandes acontecimientos políticos, que si triunfase supondría un relevo en el Gobierno, refleja la desazón de los populares. La falta de explicaciones convincentes sobre el voto en blanco del PP a la moción que tendrá como candidato a Ramón Tamames, frente al voto en contra y el discurso severo de Pablo Casado a Santiago Abascal en la moción que el líder ultra presentó en octubre de 2020, han agitado todavía más las aguas en el PP. Feijóo ha dado libertad a los barones del PP para sumar con Vox el 28-M al tiempo que su número tres, Elías Bendodo, reprochó el fin de semana a Vox que le haya “regalado una victoria en tiempo de descuento” al presidente del Gobierno.
“No deja de ser sorpresiva, tal vez no quiere desvelar las capitulaciones matrimoniales. Se están dando la mano con Vox”, ha abundado Rodríguez, sobre la ausencia premeditada de Feijóo este martes y miércoles en el Congreso. El líder del PP es senador, pero podría asistir al Congreso como invitado a la sexta moción desde la restauración de la democracia. Todas, salvo la liderada por Sánchez contra Mariano Rajoy en 2018, fracasaron. La portavoz del Ejecutivo ha reiterado la relevancia de que Feijóo sea el gran ausente en la moción: “Se trata de un debate importante, que da respuesta a un instrumento constitucional en el que se van a contraponer dos modelos que son muy distintos. Por un lado, está el que representa este Gobierno, con la defensa de la revalorización y garantía de las pensiones, del sistema público y del ascensor social. Enfrente está el de la derecha y la ultraderecha”.
El Gobierno se resiste a dar la menor pista y aclarar qué formato seguirá durante el debate. La previsión es que intervenga Yolanda Díaz, además del presidente. Como precedente está ese mismo modelo en la moción de otoño de 2020, en la que Pablo Iglesias tuvo su espacio. La vicepresidenta segunda anunciará el 2 de abril su candidatura a las elecciones generales, por lo que la moción es una oportunidad idónea para marcar perfil y de tener visibilidad, en plena pugna con Podemos por el papel que tendría en Sumar.
La Moncloa no contempla que intervengan la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y la titular de Igualdad, Irene Montero. Fuentes de La Moncloa remarcan que el Ejecutivo “se toma muy en serio y con toda la solemnidad la moción de censura”, ya que fue precisamente el instrumento legal mediante el que Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno. Los estrategas que buscan una respuesta a una moción “tan singular”, con un candidato “interpuesto” y antiguo miembro del PCE, recalcan que Tamames “recibirá el trato que corresponde, con absoluto respeto”, y que no tendrán en cuenta la filtración del borrador del discurso de Tamames. “Lo que hay que contrastar es lo que se diga en la sede parlamentaria”, añaden.