El líder del PP obvia los mensajes de traición a Casado ante su objetivo de derrotar a Sánchez
El presidente del Gobierno y el PSOE atacan los “cambios de chaqueta” y las puñaladas entre los dirigentes populares
Un año después de la salida abrupta de Pablo Casado del liderazgo del PP y de su última intervención pública en las Cortes, el final de su carrera política se coló de nuevo el miércoles en la sesión de control al Gobierno del Congreso. La incluyó de sopetón el presidente, Pedro Sánchez, para reprocharle ya de entrada a Cuca Gamarra, la portavoz popular entonces y ahora, sus “cambios de chaqueta” al “venerar”...
Un año después de la salida abrupta de Pablo Casado del liderazgo del PP y de su última intervención pública en las Cortes, el final de su carrera política se coló de nuevo el miércoles en la sesión de control al Gobierno del Congreso. La incluyó de sopetón el presidente, Pedro Sánchez, para reprocharle ya de entrada a Cuca Gamarra, la portavoz popular entonces y ahora, sus “cambios de chaqueta” al “venerar” en cada momento al que sea su jefe y presidente de su partido. Sánchez había incidido en ese problema del PP el día anterior en el Senado sobre las “puñaladas” del portavoz popular en esa Cámara, Javier Maroto. Los dirigentes del PP, de la anterior etapa y del equipo que rodea ahora a Alberto Núñez Feijóo, obvian el contenido y el fondo de esos mensajes revelados por EL PAÍS en el que casi todo su comité de dirección lo traicionó en horas porque sostienen que su único objetivo es centrarse “en derrotar a Sánchez”.
El PSOE cree haber encontrado un filón en todas las informaciones que están apareciendo y en la literalidad de los wasaps y los mensajes internos que revelan la profundidad de la crisis que acabó hace justo un año con el liderazgo de Pablo Casado, y en un momento delicado de su coalición con Unidas Podemos por varias discrepancias internas. El propio presidente Sánchez marcó una línea de ataque el martes en el Senado sobre esas traiciones en sus alusiones a Maroto. Y el miércoles las reiteró en la sesión de control del Congreso en su duelo frente a Gamarra, que en aquellos días fue una de las que más se significó al elogiar las acusaciones del expresidente contra la madrileña Isabel Díaz Ayuso por los contratos de urgencia facilitados desde la Comunidad a su hermano.
Ante el rejonazo parlamentario de Sánchez por su facilidad para variar en el apoyo a sus jefes políticos, Gamarra le refrescó que “el mayor cambio de chaqueta” fue el suyo cuando prometió a millones de españoles en la anterior campaña electoral que nunca gobernaría con Podemos o EH Bildu. Sin embargo, esquivó enfangarse más en el asunto para retornar de inmediato a la meta del día y el anzuelo del PP en casi todas sus comparecencias, ahora contra las repercusiones de la ley del solo sí es sí. En el PP están obviando el contenido de los mensajes escritos hace un año por casi todo el equipo de Casado, con el fin de restarles importancia y para no desviarse del único objetivo señalado por el nuevo líder: derrotar a Sánchez.
“Feijóo está en lo gordo, en lo estratégico, y en los temas que hay que preparar para ganar las elecciones”, apunta una dirigente del PP con buenas conexiones con el expresidente de la Xunta de Galicia. Varios responsables con cargos en la cúpula del PP abundan en ese mensaje: “El gallego sabe a lo que ha venido, sabe que tiene una bala y una oportunidad para ganar y gobernar, y en eso es en lo que está y no se va a desviar ni a entretener en cosas menores, peleas o diferencias internas, mensajes más o menos oportunos de Gamarra o en qué le parece a Isabel Díaz Ayuso”.
En el PP argumentan que Gamarra y otros dirigentes de aquel comité fueron “engañados” por Casado y su número dos, Teodoro García Egea, al no proporcionarles ni toda la información ni todos los datos ni pruebas de los contratos presuntamente irregulares de los que se habría beneficiado Tomás Díaz Ayuso. Algunos componentes de aquel equipo los pidieron sin éxito. La mayoría se quejan de que ni Casado ni Egea los implicaron bien en la estrategia o en la solución a aquella crisis. Y defienden el comportamiento de Gamarra como “leal al partido, al proyecto y ahora útil para Feijóo, porque tiene buen carácter, sabe hacer equipo y se puede trabajar fácil con ella”.
En este ambiente, y tras conocerse en los últimos días informaciones y comportamientos del entorno de Feijóo que han molestado claramente a Casado, los dos dirigentes quedaron el miércoles a comer en un mesón muy concurrido y céntrico de la capital. La cita era en teoría secreta, aunque oficialmente en el PP se transmitió que resultó “muy cordial”, que estaba prevista hace semanas y que se pospuso “por motivos de agenda”. Otras fuentes del PP aseguran que el almuerzo se cerró el martes por la tarde.
En el PSOE, sin embargo, van a relacionar esa situación con “la colonización de Génova 13 (sede central del PP) por andaluces y gallegos”. Y la noche del miércoles, su portavoz parlamentario, Patxi López, conectó esa cita secreta para comer con que el actual presidente no quiere que se entere la madrileña Ayuso de esas reuniones con Casado y con que en realidad “Feijóo no pinta nada y no lidera el partido”.
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