‘Operación repatriar de Siria a las esposas españolas de los yihadistas’

Un diplomático de alto rango encabezó la delegación enviada al país árabe para obtener el permiso de repatriación de dos mujeres y 13 menores y acompañarlos durante su viaje de este lunes

Las españolas Yolanda Martínez, Loubna Fares y Luna Fernández, en abril de 2019, en el campo de acogida para familiares del ISIS de Al Hol, en el noreste de Siria.Foto: NATALIA SANCHA | Vídeo: EPV

Corrían las últimas horas de este lunes cuando el abogado experto en derecho penal José Luis Laso contactó con algunas de las familias que más han seguido de cerca la situación de las mujeres y niños españoles retenidos desde hace casi cuatro años en el noreste de Siria. Les contó que ...

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Corrían las últimas horas de este lunes cuando el abogado experto en derecho penal José Luis Laso contactó con algunas de las familias que más han seguido de cerca la situación de las mujeres y niños españoles retenidos desde hace casi cuatro años en el noreste de Siria. Les contó que un avión español volaba desde Kuwait hacia el aeropuerto de Torrejón, en Madrid, con 15 de los reclusos en los campamentos sirios con raíces en España, entre ellos, dos mujeres y 13 menores. Las autoridades españolas habían guardado silencio sobre la operación de repatriación hasta el último momento. Tanto es así que los abuelos de algunos de los menores se enteraron por la prensa 12 horas después del aterrizaje. Sobre las 11 de la noche del lunes, el aparato tomó tierra en la capital española, casi dos días después de que un diplomático español, Guillermo Anguera, obtuviera en territorio sirio bajo gobierno de las autoridades kurdas el documento con la entrega de los 15 internos de nacionalidad española. Habían transcurrido 44 meses desde que fueran localizados por EL PAÍS en los campamentos para familias vinculadas al Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Fue por aquel entonces cuando el Gobierno se pronunció por primera vez a favor de su retorno.

Pese al tiempo transcurrido, los vaivenes entre los ministerios de Interior y Exteriores en torno a la idoneidad de la repatriación y la falta de comunicación entre las autoridades y las familias, una de las abuelas de los menores reconocía este miércoles su alegría: “Estoy muy agradecida al Gobierno que ha repatriado a mis nietos; ha tardado, pero al final ha cumplido”. Ha hecho aquello a lo que se comprometió en octubre de 2019 el entonces ministro de Exteriores español, Josep Borrell, y que los familiares recuerdan y mencionan con frecuencia: repatriar a los ciudadanos españoles de los campamentos del noreste sirio. Aquella promesa del ex jefe de la diplomacia se ha visto ralentizada por los reparos de las fuerzas de seguridad, por los riesgos de traer a mujeres investigadas por la Audiencia Nacional por su relación con células yihadistas en España.

Las labores de repatriación para España, y para el resto de los países extranjeros con nacionales involucrados en aquel califato nacido en el verano de 2014, han sido arduas. Han requerido los trabajos de los servicios de espionaje, pero también del esfuerzo diplomático y consular desde los países vecinos a Siria ―un funcionario de Exteriores visitó antes de verano a los españoles recluidos en los campos para evaluar la repatriación, según informó Europa Press―. Los campamentos de Al Roj y Al Hol están custodiados por milicianos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), un grupo armado kurdo-árabe que asegura el gobierno autónomo de la región norte y noreste del país. En apoyo de esta milicia en la lucha contra el ISIS están las tropas de Estados Unidos, una parte activa en el censo e investigación de los reclusos de los campos.

Por todos estos filtros ha tenido que pasar el proceso de repatriación, culminado la noche del lunes, de las españolas Luna Fernández, Yolanda Martínez y los 13 niños bajo sus cuidados. Unas horas después de que los 15 iniciaran el viaje, el departamento de Relaciones Exteriores de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES), el gobierno de facto kurdo en la región, difundía un comunicado en el que informaba de la entrega a España de los reclusos del campo de Al Roj, situado en el vértice noreste, junto a la frontera turca. La nota iba acompañada de una fotografía en la que aparecía el diplomático Guillermo Anguera, identificado como “asesor del Ministerio de Asuntos Exteriores”, y al frente de la delegación española.

Presidía la reunión el número dos de Relaciones Exteriores de la AANES, Fener al Kait ―la entrega de reclusos de los campos es dirigida habitualmente por el jefe de departamento, Abdul Karim Omar, portavoz kurdo en el extranjero―, junto a Khaled Ibrahim, miembro del gobierno local con responsabilidad en la organización de los campos, Lana Hussein, de la milicia kurda YPG, y Howaida Mohamed Salim Mohamed, de la oficina de la Mujer. En otra imagen, Al Kait y el funcionario español posan mientras sujetan a la par unos documentos. El mismo lunes se repitió la escena con una delegación de Barbados, a la que se entregó una mujer y dos menores.

Ruta de salida

Guillermo Anguera, nacido en Ceuta hace 60 años, es ministro plenipotenciario de tercera, esto es, diplomático con capacidad de ejercer la representación en un país extranjero para una misión determinada. Este diplomático ha cosechado una amplia experiencia en 25 años de carrera, desde el norte de África a Centroamérica, pasando por organizaciones internacionales como la ONU y la Unión Europea, donde ha trabajado en los últimos años como miembro de la Representación Permanente española. El pasado mes de mayo fue invitado a una conferencia en Granada sobre la prevención del extremismo violento.

Hay diferentes rutas para sacar a los extranjeros vinculados al yihadismo del ISIS y encerrados en Al Roj y Al Hol de vuelta a sus países de origen. Una de ellas atraviesa la frontera iraquí, a un puñado de kilómetros hacia el este de camino al aeropuerto de Erbil, bajo control de los kurdos iraquíes. Otra, la elegida por España este lunes, pasa por aprovechar los aviones militares estadounidenses para volar a Kuwait y, desde ahí, al puerto de destino. El Gobierno de Estados Unidos, apoyo fundamental de la AANES, ha manifestado en los últimos meses su disposición a colaborar con los países que quieran llevar de vuelta a sus nacionales. Y así ha sido con España.

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