Canarias y Andalucía se lanzan a por los turistas energéticos
Las dos comunidades del sur promocionan en sendas campañas el buen tiempo y el ahorro en la factura de la luz para atraer a los viajeros en los meses fríos, aunque el sector todavía no ve claro que eso realmente anime a trasladarse a España
Con el precio de la energía disparado, el norte de Europa mira al sur. Lo hace para plantearse pasar el invierno en los países mediterráneos donde la electricidad es más barata. Lo saben bien en Andalucía. El análisis de datos ha permitido ver cómo han crecido numerosas variables que indican que los turistas quieren ahora viajar con sus familias a las zonas costeras de la región para pasar estancias más largas que otros inviernos. Para hacer realidad su interés, la comunidad lanzará una campaña promocional para captarles, como ya hizo Canari...
Con el precio de la energía disparado, el norte de Europa mira al sur. Lo hace para plantearse pasar el invierno en los países mediterráneos donde la electricidad es más barata. Lo saben bien en Andalucía. El análisis de datos ha permitido ver cómo han crecido numerosas variables que indican que los turistas quieren ahora viajar con sus familias a las zonas costeras de la región para pasar estancias más largas que otros inviernos. Para hacer realidad su interés, la comunidad lanzará una campaña promocional para captarles, como ya hizo Canarias con su iniciativa Escapistas de invierno. El sector les ha bautizado como “turistas energéticos” y espera que ayuden a acabar con la estacionalidad, pero rara vez puede demostrar que quienes viajan en temporada fría lo hacen con el precio de la luz como principal motivo. “No creo que el coste de la calefacción en el norte de Europa tenga un impacto muy grande”, dice Nuria Montes, secretaria general de la patronal hotelera de la Comunidad Valenciana. “Pero quizás sí sea un argumento para que más gente se lo plantee”, señala.
Con 16 apartamentos a su cargo en Torremolinos, Sergio Effendi, de 50 años, opina en la misma línea. “Nadie viene solo porque la luz sea aquí más barata, pero sí es un incentivo”, asegura, al tiempo que destaca que las estancias de buena parte de los turistas que aloja este invierno rondan los tres o cuatro meses. Es lo habitual. La Costa del Sol ha sido un tradicional destino invernal para jubilados del norte de Europa, gracias a su clima suave, la diferencia es que este año sus reservas son más largas a sabiendas de que si vuelven a sus países en pleno invierno pagarán la electricidad más cara que en años anteriores. Su alta capacidad adquisitiva les permite vivir en Málaga por poco dinero, así que permanecen más tiempo. En viviendas turísticas u otros alojamientos. “Tiene lógica y es un nuevo segmento de demanda para los hoteles en zonas cálidas”, destaca Bruno Hallé, socio de Cushman & Wakefield Hospitality, consultora especializada en sector inmobiliario. “Quizá tenga algún impacto, pero sin pasarse”, insiste.
“Aquí es ya un tema de conversación y, quien puede, lo hace para quitarse de en medio en invierno”, cuenta el arquitecto malagueño Ico Montesino desde Berlín, quien cree que durante la pandemia en el norte de Europa se popularizó el teletrabajo desde los países del sur. La experiencia gustó. Por eso ahora plantean repetir la experiencia. Basta repasar medios de comunicación de Países Bajos, Bélgica o Alemania para encontrar con reportajes en los que hablan del tema o comparan el coste de pasar un mes de invierno en esos lugares frente a hacerlo en ciudades españolas. La diferencia es escasa en muchos casos. “¿Invernar en España para ahorrar en costes energéticos?”, se pregunta un artículo en el medio público alemán Deustche Welle sin conclusiones claras.
Los grandes turoperadores agitan el debate allí e incluso pidieron al gobierno teutón que en vez de financiar el gas a sus ciudadanos —con un pago de 300 euros— lo puedan usar para viajar. Desde Alemania, eso sí, aseguran que la realidad no es tal. “Con lo que te ahorras en la factura no te vas a España. Solo vale la pena si alquilas tu domicilio en tu país de origen”, afirma escéptico Lukas Grasberger, periodista germano afincado en Canarias. “Creemos que este turista que ahora se denomina energético es el que hemos tenido siempre en invierno. Es gente que busca mejor clima que el de sus países en estos meses fríos”, subraya Nuria Montes, secretaria general de Hosbec, quien cree que la situación energética sí que puede crear “un mejor caldo de cultivo” para que más viajeros decidan llegar a España en los meses fríos.
Escapistas del invierno
Para convencerlos, Canarias ha lanzado una campaña bajo el eslogan Escapistas del invierno. Habitual destino invernal por su clima, la comunidad pretende ahora atraer a los europeos “que quieren huir no sólo del frío, también de la aspereza de la situación económica y sociopolítica y de la rutina”, como señaló Yaiza Castilla, consejera de Turismo, a principios de noviembre. A su favor juegan las aerolíneas, que han programado hasta siete millones de plazas durante los meses fríos, un tercio más que en 2019. Andalucía también cree que los costes de la energía son un “aliciente más” para que estos posibles clientes “sopesen las opciones para desplazarse a un nuevo entorno, ya sea de manera temporal durante unas semanas o meses”. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, celebró la nueva campaña enfocada al nuevo segmento durante la feria World Traveler Market de Londres de esta semana. “El sur puede ser el mejor lugar para pasar este tiempo”, afirmó.
De momento, el sector turístico tiene difícil demostrar que su clientela se esté desplazando —o vaya a hacerlo— a las zonas costeras solo para ahorrar en su factura de la luz. Por eso, mantienen la cautela. En las Islas Baleares, por ejemplo, de momento solo hay un goteo de peticiones de información para saber condiciones sobre estancias largas durante la temporada fría, según la Asociación Balear de Agroturismos y Turismo de Interior. “No tenemos constancia de ese tipo de cliente todavía”, añade Carlos Pérez-Lanzac, presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía, que cree que estos visitantes tendrán una estancia media más larga y, por tanto, preferirán alojamientos como los de su entidad. “Quizás sea una tendencia más para el invierno”, destaca. Habrá que esperar para comprobarlo.