Una ONG británica sopesa aceptar la donación millonaria de un fondo vinculado a Juan Carlos I
Joaquín Romero Maura, recientemente fallecido, lega una fortuna de origen incierto a una organización de ayuda a refugiados
El Refugee Council, una discreta organización de ayuda a refugiados políticos del Reino Unido, acaba de recibir una grata noticia: una donación millonaria de The JRM 2004 Trust, un opaco instrumento financiero creado en la isla de Jersey (paraíso fiscal en el canal de la Mancha) cuyo origen y fondos han sido investigados por la Fiscalía del Tribunal Supremo para determinar si el dinero era de ...
El Refugee Council, una discreta organización de ayuda a refugiados políticos del Reino Unido, acaba de recibir una grata noticia: una donación millonaria de The JRM 2004 Trust, un opaco instrumento financiero creado en la isla de Jersey (paraíso fiscal en el canal de la Mancha) cuyo origen y fondos han sido investigados por la Fiscalía del Tribunal Supremo para determinar si el dinero era de Juan Carlos I. La ONG fundada en 1951 sopesa desde hace varias semanas aceptar o rechazar el generoso donativo de alrededor de un millón de euros al año.
El donante es Joaquín Romero Maura, el titular (setlord) del trust de 81 años, fallecido el pasado mes de junio en la residencia geriátrica Ballesol de Zaragoza, hombre de confianza del rey emérito, doctor en Historia por la Universidad de Oxford, viudo y sin hijos. Este exbanquero custodió hasta su muerte uno de los secretos mejor guardados del anterior jefe del Estado: la creación en el número 50 de la calle La Colombiere 2004, en St Helier, la capital del diminuto paraíso fiscal de las islas del canal de la Mancha, de un trust al que bautizaron con las iniciales de su consejero. A su nombre se depositaron 14.923.604 de euros, cuyo origen no se ha aclarado.
Una discreta ONG
El cuartel general de Refugee Council, se encuentra en un sencillo edificio de cristal de tres alturas en Stratford, al este de Londres, a unos 40 minutos en metro desde el centro de la capital londinense. Desde el pasado mes de agosto varios directivos de la ONG, dedicada a asistir a refugiados y a personas sin hogar que huyen de países en guerra, estudian la donación de Romero Maura, comunicada el pasado verano por el equipo legal que administra el trust, según ha podido saber EL PAÍS.
La presencia de un periodista extranjero preguntando por Enver Solomon, el director de la ONG, despierta curiosidad entre los tres empleados que en aquel momento trabajan en la recoleta primera planta del edificio. Un amable responsable de temas sociales atiende al visitante y pone cara de póker cuando se le explica el motivo de la visita: “¿Han recibido ustedes ya la donación del señor Romero Maura, el amigo del rey emérito?”.
El rostro de Tamsin Baxter, directora de Recaudación y Asuntos Externos, refleja, en cambio, serenidad y cautela. Recibe a EL PAÍS en un diminuto despacho con montañas de libros y folletos sobre ayuda a refugiados apilados en el suelo y reconoce la donación. “Todavía no la hemos recibido. Estamos llevando a cabo una due diligence (búsqueda de información y comprobación) antes de adoptar una decisión. Un examen del donante. Saber quién era el señor Romero Maura, cuál es el origen de los fondos y por qué nos lo ha donado. Es un procedimiento al que estamos obligados cuando se trata de cantidades importantes”.
Baxter no desvela cuál es la postura inicial de la ONG sobre este donativo millonario, afirma que tomarán una decisión autónoma, sin consultar a la Comisión británica de Instituciones de Caridad, y asegura que en alguna ocasión la ONG ha rechazado donativos. “La investigación sobre este caso en España se archivó ¿no?”, pregunta. “Que por qué nos eligió a nosotros este señor. No lo sabemos. Creo que era una persona que quería ayudar a los refugiados. Es una donación muy significativa. No le puedo decir más”, concluye.
La donación del aproximadamente millón de euros que engrosará las arcas de esta organización si acepta el donativo es la primera de otras sucesivas que los administradores del trust (trustees) harán cada año por la misma cantidad a esta organización hasta agotar los 10,6 millones de euros depositados en sus cuentas en Investec Bank, en Guernsey, otra pequeña isla de 78 kilómetros cuadrados, en el canal de la Mancha. Se cumpliría así el deseo de Romero Maura plasmado con este nivel de detalle en los documentos que los fiscales de Anticorrupción y del Supremo han recopilado durante la investigación. Baxter señala que la cantidad es menor a la que figura documentada en las pesquisas judiciales, pero declina revelarla.
Los fiscales archivaron estas diligencias al no encontrar indicios que vinculen en la actualidad a The JRM 2004 Trust con Juan Carlos I, “ni en su gestión ni en la capacidad para disponer de los fondos”. Y destacaron que el rey emérito no fue nunca su beneficiario, ni consta que haya recibido cantidad alguna de sus cuentas.
Fortuna de origen incierto
El nacimiento de este trust está envuelto en un halo de misterio. Las pesquisas no aclararon el origen de los 14,9 millones con los que se creó. Los fondos procedían de la liquidación de otros dos trust: Tartessos y Hereu, fundados en 1995 y 1997 por Manuel Jaime de Prado y Colón de Carvajal, amigo íntimo de Juan Carlos I y senador por designación real en las primeras Cortes democráticas. El jefe del Estado sí era entonces el único beneficiario de ambos instrumentos financieros. Es decir, estaba estrechamente ligado a su nacimiento.
Según ha podido acreditar este diario, una parte de la fortuna provenía de Nadine Limited, sociedad radicada en las Islas Vírgenes Británicas y con cuenta en el Chartered Bank a nombre de Prado. En esta cuenta supuestamente se recogieron donaciones de personas no identificadas que apoyaron entre los años cincuenta y setenta a Juan Carlos I. Pero el grueso de los fondos conduce hasta una donación en 1999 de nueve millones de dólares (unos nueve millones de euros) ingresados por Simeon Sajonia-Coburg-Ghota, conocido como Simeón de Bulgaria, procedentes de inversiones en el JP Morgan de Suiza. La finalidad de ambos trust era apoyar al entonces rey Juan Carlos I si era depuesto por un golpe de Estado, según relató su administrador, el británico John Ruddy.
En diciembre de 2003, casi 10 años después de que Juan Carlos I figurara como exclusivo beneficiario de esa fortuna oculta, Romero Maura se reunió con él y el entonces jefe del Estado y le explicó que el propósito inicial de los trust Tartessos y Hereu ya no era necesario porque la situación política en España era estable, pero que si la opinión pública conocía su existencia “sería embarazoso para la monarquía”.
Según relató Romero a los gestores del nuevo trust, el entonces jefe del Estado decidió entregarle todos sus fondos “en atención a su amistad de muchos años y a los servicios prestados por su familia a la monarquía durante generaciones”. Y le autorizó a emplearlo como deseara, “incluyendo destinarlo a otras personas que pudieran necesitarlo, en las mismas circunstancias que concurrieron en el propio rey Juan Carlos I en el pasado”.
Varios candidatos a la caridad
La primera aparición de una organización de caridad como posible receptora del dinero del The JMR 2004 Trust tuvo lugar el 10 de febrero de 2014, diez años después de su creación. Romero Maura incluyó como beneficiarios (junto a su nombre y el de su esposa Gudrun Lawetz, fallecida un año antes) a las asociaciones británicas Birmingham Childrens Hospital Charities y a Great Ormond Street Hospital Children´s Charity. Tres años después, el 23 de enero de 2017, añadió a la lista al Refugee Council y desde entonces esta última figura como único beneficiario tras el reciente deceso del historiador.
Pero la intención era anterior. Desde el 2005 y en sucesivas cartas, el historiador ya había comunicado a los administradores (trustees) que él sería en vida el principal beneficiario de los fondos y a su muerte su esposa. Y les había recalcado su deseo de que tras fallecer ambos se destinara esa fortuna a fines caritativos y de atención social, y en especial a los niños. Documentos obtenidos por los fiscales durante la investigación del trust reflejan la reunión que mantuvo Romero Maura con dos altos responsables de la ONG, con el responsable del departamento de filantropía del Barclays y con ejecutivos de Zedra Trust Company (Jersey), uno los administradores (trustees) del trust. La donación exigía una revisión satisfactoria de las cuentas de la organización de caridad BCR.
Romero Maura dispuso en varias ocasiones del dinero depositado, según ha acreditado la investigación de la Fiscalía en base al testimonio de John Ruddy, el gestor (protector) del trust. En el primer año de actividad del trust y hasta el 31 de marzo de 2005 JRM 2004 Trust distribuyó 2.497.689 en favor del historiador que lo destinó a compras de propiedades para él y su esposa en el Reino Unido y Suiza. Hay, al menos, otras ocho disposiciones a su nombre de unos 2,3 millones de dólares entre 2013 y 2016. Pero no aparecen disposiciones a terceros. En sus 22 años de vida el trust ha tenido una actividad muy baja, salvo los pagos de los honorarios de los administradores.
El tercer beneficiario sin nombre
The JRM 2004 Trust tuvo durante varios años un enigmático y posible tercer beneficiario (The Third Beneficiary) que nunca fue nombrado. Un beneficiario contingente, pues según una carta de 17 de julio de 2009 enviada por Romero Maura a los gestores, sería nombrado por estos en el supuesto de que ocurran hechos en circunstancias que define como “tiempos problemáticos”. Este tercer beneficiario sería la persona o personas que hubieran cesado en la Jefatura del Estado (Head of State) a causa de un golpe u otra causa que lo inhabilitara. Y explica que esa persona incluya no solo al monarca, sino a otros servidores públicos reconocidos por una Constitución liberal democrática.
“Bastaría que le cualificara una pérdida de estatus implícita en los acuerdos que hubieren sido aceptados en aras de la armonía civil”, dice la carta. Señala que los gestores le consulten a él la identidad de ese tercer beneficiario y, en caso de duda, propone que sea establecido siguiendo el criterio de la mayoría de la opinión pública, expresada por los editores de los cinco principales periódicos del Reino Unido. El historiador pidió que se reservaran 10 millones de dólares (unos 10 millones de euros) para ese supuesto.