El Gobierno declarará zona afectada gravemente por una emergencia el espacio quemado por el incendio de la sierra de la Culebra
Sánchez visita el área dañada mientras trabajadores de incendios forestales protestan ante las Cortes de Castilla y León para reclamar que el operativo de extinción esté vigente durante todo el año
Pedro Sánchez ha anunciado este miércoles que el Gobierno declarará zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil, una figura que se conoce popularmente como zona catastrófica, el espacio de la Sierra de la Culebra, en Zamora, donde han ardido más de 30.000 hectáreas en uno de los incendios más graves de la historia de España. El Ejecutivo adjudicará una primera inversión de dos millones de euros para una actuación...
Pedro Sánchez ha anunciado este miércoles que el Gobierno declarará zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil, una figura que se conoce popularmente como zona catastrófica, el espacio de la Sierra de la Culebra, en Zamora, donde han ardido más de 30.000 hectáreas en uno de los incendios más graves de la historia de España. El Ejecutivo adjudicará una primera inversión de dos millones de euros para una actuación de emergencia destinada a la economía local. Tras la evaluación definitiva de los daños se diseñará un plan que contemple las restauraciones necesarias y un paquete de ayudas para la recuperación económica y social de la zona.
La calificación de zona afectada gravemente también se otorgará a otros fuegos que ha habido en las últimas semanas en Aragón, Andalucía, Navarra, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Comunidad Valenciana. El anuncio se ha hecho en Otero de Bodas, adonde el presidente se ha desplazado tras la sesión de control en el Congreso y antes de acudir a Bruselas. “El mazazo medioambiental, social y económico que ha sufrido la sierra de la Culebra es descomunal, ante esta devastación el Gobierno de España quiere mostrar su solidaridad y compromiso para recuperar y restaurar un paraje tan singular y único”, ha manifestado Sánchez.
El presidente ha prometido que se dará una respuesta “a la altura” de la gravedad del incendio tras recorrer un sector de la zona calcinada acompañado de la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, y del alcalde de Otero de Bodas, David Ferrero (PSOE). “Nos hemos quedado a la mano de Dios, ahora tenemos que conseguir ayudas, pienso para los animales... Esta zona dependía muchísimo del turismo y ahora... Por estar, estamos casi incomunicados, el incendio ha afectado a las comunicaciones y hay zonas sin cobertura de móvil o de wifi”, ha lamentado.
La presencia sobre el terreno de Sánchez, en un ambiente donde el olor ha quemado lo impregnaba todo, responde a la cercanía y proximidad, con un contacto más estrecho con la calle, que La Moncloa quiere imprimir al Gobierno tras las elecciones andaluzas y con año y medio por delante para las elecciones generales. El PSOE ha concluido, como Sánchez trasladó a la dirección del partido en la reunión que mantuvo el lunes, que debe complementar sus políticas —subida del salario mínimo, nuevo decreto con medidas anticrisis por la guerra de Ucrania, como la bajada del IVA de la luz al 5%— con una mayor empatía y un papel más activo en el territorio. Esa era la intención original del equipo actual del presidente tras la remodelación de hace casi un año. La visita de Sánchez a la sierra de la Culebra se asemeja a la que realizó en agosto de 2021 a Navalacruz (Ávila), donde ardieron 22.000 hectáreas. Entonces el presidente buscó el contacto directo con los ciudadanos. La idea era precisamente de contrarrestar la imagen de un presidente alejado de la calle, como le reprocha la derecha. Sin embargo, semanas después un grupo de unos 30 partidarios de Vox aprovechó la visita de Sánchez a Navalmoral de la Mata (Cáceres) para reventar el acto previsto pitándole en un parque.
A partir de ese momento, Sánchez limitó su exposición pública, pese a que en el Ejecutivo insisten en que los abucheos que ha recibido desde entonces en ciertos actos procedían de simpatizantes de la ultraderecha, como ocurrió en mayo en el exterior de la Feria del Vino en Ciudad Real. El recibimiento que ha tenido este miércoles por más de un centenar de vecinos en Otero de Bodas ha transcurrido sin incidentes y entre peticiones de ayuda. “¡Presidente, ayúdenos! ¡No nos dejen solos!”, le han pedido a su llegada a la plaza Mayor, antes de visitar una zona calcinada con miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y de las brigadas forestales. Algún lugareño crítico le ha tildado de “mentiroso”. El trato a Sánchez contrasta con el que recibió el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, muy criticado por la falta de medios de la Junta y su decisión de mantener el nivel medio de riesgo —en vez de extremo— pese a los avisos de que podía producirse un incendio grave: la comitiva de coches en que viajaba fue recibida el 19 de junio con insultos y patadas a los vehículos a su paso por el pueblo de Villanueva del Valrojo. Unas 6.000 personas se manifestaron el martes ante la sede de la Junta de Castilla y León en Zamora.
Este mismo miércoles continúan las protestas contra la gestión de este incendio. Trabajadores de incendios forestales se están manifestando en las puertas de las Cortes de Castilla y León para exigir al Gobierno regional, formado por PP y Vox, que el operativo de extinción de incendios esté vigente durante todo el año. Además, reclaman condiciones laborales dignas. El protocolo vigente de la Junta supone que solo a partir del 1 de julio se activa el nivel “alto” de alerta por incendios forestales. La consecuencia es que hasta entonces no se producen más contrataciones, se amplían las brigadas y sus turnos. Los vecinos de la zona arrasada, de un perímetro de 121 kilómetros, denuncian que la falta de efectivos y medios propició que se propagara sin control el incendio que provocó un rayo.
La manifestación ha llenado de humo y ruido los exteriores del Parlamento mientras en el interior PP y Vox han votado contra la propuesta socialista de hacer íntegramente público el plan de gestión autonómico de incendios, que actualmente es público-privado. Los efectivos y los representantes sindicales han asegurado que ante la catástrofe natural de Zamora no había disponible el despliegue necesario para acometerlo con garantías y evitar que el resultado fuese el mayor incendio de la historia de la comunidad y entre los más devastadores de España.