El nombramiento de Esperanza Casteleiro: Margarita Robles sale reforzada de la peor crisis y logra un alivio para el CNI

La nueva directora del servicio secreto es una mujer de máxima confianza de la ministra y una agente veterana del centro

Esperanza Casteleiro, en una comparecencia en la Comisión de Defensa en el Congreso de los Diputados.FERNANDO ALVARADO (EFE)

El nombramiento de Esperanza Casteleiro (Madrid, 65 años) como directora general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), con categoría de secretaria de Estado, encierra un doble mensaje. Por una parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, que defendió hasta la semana pasada a la hasta ahora responsable de los espías españoles, Paz Esteban, y cuya cabeza política reclaman también los independentistas, sale reforzada. A cambio de aceptar el relevo, el CNI es más de Robles que nunca. No solo sigue ...

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El nombramiento de Esperanza Casteleiro (Madrid, 65 años) como directora general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), con categoría de secretaria de Estado, encierra un doble mensaje. Por una parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, que defendió hasta la semana pasada a la hasta ahora responsable de los espías españoles, Paz Esteban, y cuya cabeza política reclaman también los independentistas, sale reforzada. A cambio de aceptar el relevo, el CNI es más de Robles que nunca. No solo sigue encuadrado en su departamento, sino que coloca a su frente a una persona de su máxima confianza, casi una amiga. Robles eligió a Casteleiro como jefa de su Gabinete cuando llegó al Ministerio de Defensa, en junio de 2018, y dos años después, en julio de 2020, cuando Ángel Olivares dejó el cargo de secretario de Estado de Defensa, Robles le pidió que lo sustituyese. Casteleiro no era una experta en sistemas de armas ni presupuestos, pero la ministra primó en ella su lealtad y confianza. Quería que al frente de una de las áreas más delicadas del ministerio hubiera una persona de la que pudiera fiarse por completo y, tras la marcha de Olivares, esa era Esperanza Casteleiro.

El segundo mensaje es para los 3.500 agentes del CNI. En el servicio secreto son mayoría quienes consideran injusto el cese de Paz Esteban y lo interpretan como una concesión del Gobierno a los independentistas. Con este estado de opinión, la elección de la nueva directora supone un bálsamo. No en vano, Esperanza Casteleiro es una mujer de la casa, en la que trabajó durante 35 años, hasta que se fue al Ministerio de Defensa de la mano de Robles.

Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid, la nueva jefa de los servicios secretos ingresó en el entonces llamado Cesid (Centro Superior de Información para la Defensa) en 1983, el mismo año que su antecesora. En el espionaje español ha ocupado múltiples destinos, como la jefatura de la División de Contrainteligencia y de la Dirección de Recursos Humanos, y también ha estado destinada en el extranjero, en países como Portugal y Cuba.

En septiembre de 2004, el entonces director del CNI, Alberto Saiz, la hizo secretaria general, número dos del centro con rango de subsecretaria, cargo que ocupó hasta junio de 2008. Entre 2014 y 2018, representó al CNI en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), lo que hizo que fuera llamada a testificar en el juicio contra el comisario retirado José Manuel Villarejo.

Quienes la han tratado destacan que es una persona leal, disciplinada y laboriosa, que compensa su falta de dotes oratorias en público con su afabilidad en el trato cercano. En el CNI, pronostican fuentes del centro, será bien recibida, lo que le facilitará pasar página de una etapa convulsa del servicio secreto. A una mujer, agente secreto y ex número dos del CNI la sustituye otra con las mismas características. Aparentemente todo sigue igual. O casi.

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