El núcleo duro de Casado: de apoyarle a darle la espalda
El comité de dirección del dirigente popular se ha resquebrajado en menos de una semana
Desde que estalló la guerra interna en el PP, las posiciones dentro del partido no han dejado de moverse. Pablo Casado, todavía presidente de la formación, ha perdido la mayoría de los apoyos de su núcleo duro, que no dudaron en ponerse a su lado al inicio de la crisis. Entre el jueves de la semana pasada y el martes, lo...
Desde que estalló la guerra interna en el PP, las posiciones dentro del partido no han dejado de moverse. Pablo Casado, todavía presidente de la formación, ha perdido la mayoría de los apoyos de su núcleo duro, que no dudaron en ponerse a su lado al inicio de la crisis. Entre el jueves de la semana pasada y el martes, los más cercanos a Casado han pasado de apoyarle a exigir la convocatoria de un congreso extraordinario para relevarle. Muchos de ellos pertenecen al comité de dirección, desde Javier Maroto, portavoz del partido en el Senado, hasta Cuca Gamarra, su homóloga en el Congreso de los Diputados.
De hecho, ambos fueron los primeros en salir en su defensa el jueves. La portavoz parlamentaria se adelantó por poco menos de 15 minutos. A las cinco menos cuarto de la tarde, tras las ruedas de prensa de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y Teodoro García Egea —entonces secretario general— que bombardearon en directo los cimientos del partido, Gamarra irrumpió en Twitter para invitar al resto de miembros del partido a actuar con la “responsabilidad, lealtad y ejemplaridad” con la que “se guía” Pablo Casado.
Maroto se pronunció también el mismo jueves, 11 minutos después que la portavoz. Con el mismo tono de defensa, mencionó los “bastantes años” que ha trabajado al lado de Casado para finalizar alineándose con él. “(...) Un ejemplo de político comprometido con la ejemplaridad. La que él practica para sí mismo”, para concluir con un rotundo: “Siempre. Hoy también”.
Pero pasaron los días y se sucedieron las manifestaciones en Génova, 13 —sede central de los populares en Madrid—, las reuniones infructuosas y las voces que solicitaban la convocatoria de un congreso extraordinario para cambiar el rumbo del partido, lo que soterraba la idea de cambiar a la directiva nacional. Cinco días después —el martes— y con apenas media hora de diferencia, ambos hicieron público su viraje. De nuevo, mismo mensaje, pero esta vez, se adelantó Maroto rozando las cinco de la tarde: “Ratifico de nuevo hoy la exigencia que ya expresé ayer en el comité de dirección nacional del Partido Popular para que se celebre un congreso extraordinario de forma urgente. Lo necesita el PP y lo necesita España”.
A las 17.22, Gamarra: “Me ratifico en lo que trasladé ayer en el Comité de Dirección del Partido Popular, que se celebre un congreso extraordinario con unidad para superar esta situación. Pensemos todos en el PP y en España”. Es decir, en realidad, fueron cuatro los días que tardaron en dar media vuelta para alejarse de Casado.
Semejante fue el caso de Andrea Levy, miembro del Comité de Derechos y Garantías del PP y también del de Dirección —al igual que Maroto y Gamarra—, que el mismo día aseguró sentir “orgullo de formar parte del equipo de Pablo Casado”. Aunque no se quedó ahí y quiso lanzar un mensaje optimista de futuro: “Será el mejor presidente para España”. Sin embargo, en su caso el tono del mensaje contrasta con el de sus compañeros, más institucionales. El inicio es idéntico, pero la responsable de Derechos y Garantías anuncia su dimisión del comité directivo y arremete: “¿A qué se está esperando? Lamento con mucho dolor y tristeza el espectáculo dado estos días. No lo merecen nuestros afiliados ni nuestro país”.
De nuevo el martes, Belén Hoyo también presentó su dimisión del comité de dirección de Casado. Sin tuits ni declaraciones. Cinco días antes proclamó en dicha plataforma que el dirigente popular era “la garantía de futuro para el centroderecha”. “Con él conseguiremos el objetivo de cambiar el desastroso rumbo al que nos ha llevado este Gobierno socialcomunista”, terminó Hoyo.
Ana Vázquez, secretaria de Exteriores del PP, también se posicionó al lado de Casado, para después alejarse. El pasado jueves 17 de febrero aseveró: “Hoy más que nunca necesitamos un partido unido para derrotar a Sánchez y solo podemos hacerlo con el PP y Pablo Casado. No tenemos ni un minuto más que perder”. Además, retuiteó tres frases que el líder popular dejó en su entrevista en la cadena Cope. En una de ellas, el dirigente aseguraba: “Lo que ocurrió ayer es algo que no merezco personalmente. Jamás he retirado mi apoyo a Ayuso”.
Sin embargo, de nuevo el mismo martes día 22 de febrero, compartió el manifiesto de la militancia que suscribieron diversos miembros del PP, en el que pedían la designación de una dirección provisional y la convocatoria de un congreso extraordinario: “Necesitamos más que nunca ilusionar a millones de españoles (...) que creen que hay alternativa a Sánchez. Necesitamos un partido unido y grande a la altura de un gran país, que es España. Necesitamos cambiar el rumbo del PP”.
Poco después Vázquez presentó su dimisión como secretaria de Exteriores del partido y agradeció a Casado la “confianza” dada, la misma que mantuvo hacia su dirigente hasta el jueves. “Pero visto que no hay cambios, toca irse!”, añadió la responsable de exteriores en su mensaje.
El miércoles, tras la intervención de Casado en la sesión de control al Gobierno, tanto Gamarra como Vázquez dieron muestras de apoyo al todavía dirigente de su partido.