El Gobierno aprueba el reglamento para retirar medallas al Mérito en el Trabajo a franquistas y condenados
Entre los condecorados está el propio Franco, Pilar Primo de Rivera y Gerardo Díaz Ferrán
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes, a propuesta del Ministerio de Trabajo, que dirige Yolanda Díaz, el real decreto que modifica el reglamento de concesión de medallas y placas al Mérito en el Trabajo y que permitirá retirársela a personas o entidades cuya conducta o trayectoria sea acreditada como “incompatible con la ejemplaridad cívica y profesional”, cuando el titular haya sido declarado responsable de delitos o infracciones administrativas graves y por “haber formado parte del aparat...
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes, a propuesta del Ministerio de Trabajo, que dirige Yolanda Díaz, el real decreto que modifica el reglamento de concesión de medallas y placas al Mérito en el Trabajo y que permitirá retirársela a personas o entidades cuya conducta o trayectoria sea acreditada como “incompatible con la ejemplaridad cívica y profesional”, cuando el titular haya sido declarado responsable de delitos o infracciones administrativas graves y por “haber formado parte del aparato de represión de la dictadura franquista” o haber actuado de forma “manifiestamente incompatible con los valores democráticos”. Esto incluye, según fuentes del ministerio, a cargos franquistas y a empresarios, como Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de la CEOE condenado por alzamiento de bienes, concurso fraudulento, integración en grupo criminal y blanqueo de capitales al vaciar el patrimonio de su empresa, Viajes Marsans. El Gobierno de José María Aznar se la concedió en 1999.
La medalla se creó en 1926, desapareció durante la II República y se reinstauró en 1942. En el Libro de Oro del Trabajo, editado en 1970, durante la dictadura franquista, se recogen las concedidas entre 1926 y ese mismo año. Entre los galardonados está el propio Franco, que recibió la medalla el 18 de julio de 1953 por estar “al frente de los trabajadores que en la guerra dieron su sangre y en la paz dan su esfuerzo”; como “Caudillo de la hueste laboral de España”; por “devolver a la Patria la dignidad y el rango perdidos” y por “47 años de servicio sin reposo, en continuada vela, desde el alba al ocaso, combatiendo y gobernando, conduciendo la Nación española desde la oscuridad a la luz, dictando justicia en el trabajo, vigilando la pureza de la revolución nacional-sindicalista y forjando el primero y el último eslabón de la unidad entre los hombres de España”.
El real decreto explica que los “importantes cambios sociológicos y profesionales” hacen necesaria la “revisión de las premisas y criterios” relacionados con la concesión de la medalla. El último reglamento databa de 1982.
El Libro de oro del Trabajo recoge, como uno de los motivos merecedores de la medalla, la “veneración, adhesión y respeto a su excelencia el jefe del Estado, Caudillo de España y primer trabajador de la Patria”. En la lista de galardonados figuran los hermanos Miguel, Fermín y Fernando Rosillo y Ortiz por “acudir siempre en ayuda de las causas justas como la del Movimiento Nacional con su propia fortuna”. Hay falangistas, sacerdotes y muchos militares que participaron en la Guerra Civil en el bando franquista.
Las dos únicas mujeres premiadas, según el libro, son la escritora Concha Espina y Pilar Primo de Rivera, hermana de José Antonio, fundador de la Falange, y jefa de la Sección Femenina de Falange Española. La medalla se le concedió por “dignificar la condición de la mujer española”. La función del organismo fue, en realidad, demoler las cotas de libertad alcanzadas durante la República y someterlas: “Si tu marido te pide prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes”. “Si él siente la necesidad de dormir, no le presiones o estimules la intimidad”. “Si sugiere la unión, accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que haya podido experimentar”.
El proceso de revocación de las medallas, según el nuevo reglamento, será el siguiente: el procedimiento se iniciará a iniciativa del titular del Ministerio de Trabajo; se notificará al beneficiario o a sus representantes legales, a los que se dará audiencia, y podrán realizar alegaciones o proponer “las pruebas que estimen oportunas”; desde la subsecretaría de Trabajo se dictará una propuesta de resolución y en un plazo máximo de seis meses se tomará la decisión final.