Empieza el referéndum para la unión de Don Benito y Villanueva de la Serena: “Si fuera en Madrid, estaríamos todos los días en el telediario”
La votación por la fusión de las localidades extremeñas concita el acuerdo de todos los partidos políticos. El sufragio es el 20 de febrero, pero el voto anticipado comienza ya
Hay una avenida en Don Benito (Badajoz) que se llama Villanueva. Termina casi a las puertas de un imponente edificio de ladrillo visto: el Ayuntamiento, en plena plaza de España. Esto es lo más cerca que ha estado Villanueva de la Serena de acercarse a Don Benito en toda su historia. En estas dos ciudades, separadas por tres kilómetros y medio y a una hora larga en coche de Badajoz, ha comenzado ...
Hay una avenida en Don Benito (Badajoz) que se llama Villanueva. Termina casi a las puertas de un imponente edificio de ladrillo visto: el Ayuntamiento, en plena plaza de España. Esto es lo más cerca que ha estado Villanueva de la Serena de acercarse a Don Benito en toda su historia. En estas dos ciudades, separadas por tres kilómetros y medio y a una hora larga en coche de Badajoz, ha comenzado un referéndum para unirse y no divorciarse. Las dos ciudades —que en población son la quinta y la séptima de Extremadura, con 37.000 y 26.000 vecinos cada una— se convertirían de golpe en la tercera población de la región, por detrás de nada menos que Badajoz y Cáceres y por delante de Mérida y Plasencia. Además, pasarían a ser la segunda en Producto Interior Bruto, tras la todopoderosa capital pacense. Un maná para las futuras generaciones extremeñas, que siempre suelen mirar más hacia afuera que hacia dentro, hastiadas de promesas laborales inciertas.
La votación anticipada comenzó el sábado. Es la cuarta vez que sucede algo así en España, pero la primera de estas proporciones. El domingo 20 de febrero será el día grande. Los vecinos con derecho a voto de ambas ciudades están llamados a las urnas para responder a una pregunta impresa en papeletas de color salmón: “¿Está de acuerdo con que el Ayuntamiento de Don Benito [o Villanueva de la Serena] ejercite la iniciativa para la tramitación del procedimiento de fusión con el municipio de Villanueva de la Serena [o Don Benito]?”.
Por las farolas, marquesinas y edificios municipales cuelgan carteles blancos que hacen frotar los ojos a turistas nacionales. “Yo sí me uno”, reza un eslogan, junto a los logos de todos los partidos políticos unidos: PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos. Vox no aparece porque no tiene representación en las ciudades, pero también es favorable. Todas las voces aúnan esfuerzos estos días para la unión. Es más, hasta comparten mítines, como el del lunes, donde por primera vez en la historia se juntaron todos los presidentes autonómicos de Extremadura en un acto político: el actual, Guillermo Fernández Vara (PSOE); el anterior, José Antonio Monago (PP); y el primero, Juan Carlos Rodríguez Ibarra (PSOE). No hay ninguna organización contraria a que se forme lo que sería la primera localidad en producción agrícola y ganadera de la región (19,7%) y en industria (8,1%). Incluso sería el segundo núcleo comercial (16%). Datos frente a costumbres, que se mantendrán todas, pero que para algunos pesan más que el sí en la papeleta.
María Luisa y María del Mar, de 52 y 58 años, han quedado a las nueve de la mañana para desayunar en un bar de Don Benito. “Ambiente de un referéndum como tal, no parece que haya”, observa la primera. “Esto lo hablamos más entre la gente, con los compañeros de trabajo, los amigos, la familia…”. De pelo corto, sonrisa permanente y trabajadora social en un centro de mayores, no tiene ninguna duda de la papeleta que meterá en las urnas:
―Pues un sí, porque seremos más grandes y tendremos más ventajas.
María del Mar escucha atenta a su amiga mientras apura un cigarrillo. Algo no va muy bien. E interrumpe. “Aquí siempre ha habido una diferencia entre las dos ciudades”, cuenta. “Nosotros decimos que Villanueva es una aldea de Don Benito. La ventaja de la fusión va a ser para ellos, no para nosotros. Yo voy a votar que no”. La fusión de las amigas se rompe por momentos en lo que parecía un café matutino idílico. Hasta que de su boca sale el Gordo inesperado: “Pero, vamos, que mi marido va a votar que sí”. Su amiga entonces se parte de risa: “¡Callaaaaa! Que el mío va a votar que no”. El referéndum estaba en casa y no lo habían compartido.
La fusión requerirá superar el 66% de los votos afirmativos en los dos municipios. Por las calles se percibe el sí sobre todo entre los jóvenes. “Yo me enteré por las redes sociales”, cuenta la villanovense Cristina García, de 22 años. “En mi entorno sale el sí, porque para los jóvenes pinta muy bien”. La única encuesta hasta ahora la publicó el diario Hoy el 26 de septiembre. 1.240 entrevistas que arrojaron un 76% de síes a la fusión. Un 69% en Don Benito y un 77% en Villanueva. “Los dos alcaldes tienen mucho liderazgo, trascienden de sus siglas socialistas”, observa la directora del diario, Manuela Martín. “No es que un ayuntamiento se agarre al cuello del otro. Ellos han sabido vender la ilusión de una gran ciudad por encima del localismo”.
Los dos alcaldes, socialistas, cuentan con un amplio apoyo electoral. Miguel Ángel Gallardo, de Villanueva, lleva como regidor desde 2003. Cosechó en las últimas elecciones el 57,78% de los votos. José Luis Quintana, con el bastón de Don Benito desde 2015, amarró el 55,38%. Según cuentan ambos, uno en su despacho y otro por teléfono al estar confinado, los dos se sentaron a tomar un café una semana después de las elecciones de 2019. Ahí comenzó todo.
El primero en enterarse fue Vara, el presidente autonómico, pero casi dos años después. “Lo han hecho tan bien, pero tan, tan bien, que aquí está pasando un milagro”, cuenta desde el despacho presidencial de Mérida. Lo mismo cree el expresidente Monago, del PP: “Si esto fuera en Madrid, estaríamos todos los días en el telediario”.
Los dos alcaldes han materializado lo que lleva sobrevolando ambos municipios desde los años cincuenta. Qué sentido tenía no fusionarse si ya comparten casi todo: impuestos municipales, bomberos y hasta un plan urbanístico conjunto. Lejos quedan las trifulcas por la instalación de un Carrefour. O la rencilla por el hospital público que comparten ambos, y que oficialmente se llama Don Benito-Villanueva, pero que, dependiendo de en qué municipio se pregunte, va antes el nombre de uno y no del otro. Rencillas guasonas que permanecerán.
Ninguno de los dos había llevado el referéndum en su programa. De ahí que quieran someterlo a una votación y de ahí que los dos hayan acordado no ser alcaldes de la nueva ciudad si finalmente sale el voto afirmativo. “No es cuestión de medallas, sino de un futuro mejor para todos”, recalcan. La nueva ciudad será visible a efectos prácticos el mismo 21 de febrero, al día siguiente, pero la tramitación burocrática culminará en las elecciones de 2027 con un nuevo alcalde. Ese es el calendario marcado.
El nuevo nombre de la ciudad es la gran incógnita. Se sabrá 30 días después de la fusión. Los cronistas de la villa de ambas ciudades, un profesor de la Universidad de Extremadura y un miembro de la Real Academia Española serán los encargados de pensarlo y anunciarlo. Los alcaldes, mientras tanto, lo tienen claro: “El nombre es lo de menos, pero no estará ni Don Benito, ni Villanueva. Lo que pondremos en marcha el 21 de febrero será una depuradora para todos y un carril bici que unirá a ambas ciudades. Y un dato: si nos juntamos, tendremos más cultivo de arroz que toda la Comunidad Valenciana”.