El comodín de ETA

ETA anunció el cese de la violencia hace 10 años, pero ha estado muy presente esta semana en el Congreso y en Twitter, invocada por personas que no se dedicaban a la política cuando eso les convertía en objetivo terrorista, y que ahora, con la banda disuelta, insultan a los que sí se jugaron la vida cuando estaba activa.

Dos nombres propios protagonizaron durante varios días las conversaciones en la red social: el de ...

ETA anunció el cese de la violencia hace 10 años, pero ha estado muy presente esta semana en el Congreso y en Twitter, invocada por personas que no se dedicaban a la política cuando eso les convertía en objetivo terrorista, y que ahora, con la banda disuelta, insultan a los que sí se jugaron la vida cuando estaba activa.

Dos nombres propios protagonizaron durante varios días las conversaciones en la red social: el de Odón Elorza (PSOE) y el de Macarena Olona (Vox). El primero por su reacción a la intervención del diputado de Ciudadanos Guillermo Díaz. La segunda, por su réplica al socialista. Dijo Díaz dirigiéndose a la bancada del PSOE: “En la nueva historia que traen ustedes aquí, ETA no existió y Franco murió ayer. Hace un par de meses, aquí mismo, una diputada socialista proclamó orgullosa que su hija no sabía lo que era ETA. ¿Cómo le explica a su hija que no están Fernando Múgica o Ernest Lluch? ¿O son parte del borrado también? Van a borrar a ETA de la memoria porque así pueden pactar con Otegi tranquilamente”. Se revolvió Elorza, miembro del Parlamento vasco entre 1984 y 1991, alcalde de San Sebastián entre 1991 y 2011 [la banda asesinó en esos 27 años a 415 personas] : “Se ha hablado de Múgica, amigo y compañero íntimo a quien acompañé en sus últimos momentos de vida en la acera, cuando aún tenía pulso. De Lluch, con quien hablé cinco horas antes de su asesinato en el garaje de su casa en Barcelona. Podría hablar de Enrique Casas. Llegué antes que la ambulancia a la habitación donde yacía asesinado. Expresé mi dolor por encima de todo ante Gregorio Ordóñez, cuyo cuerpo yacía en el bar La Cepa. Ya está bien. ¡Dejen de utilizar las víctimas del terrorismo! No sean tan miserables. ETA desapareció. No está aquí. Aquí lo que hay es franquistas y unas derechas de vocación golpista”.

La bronca siguió en Twitter, donde Elorza recibió alabanzas e insultos, algunos tan elaborados como este: “Del francomodín al francomOdón”. El exportavoz del PP en el Congreso Rafael Hernando le llamó “tarado”. Pablo Franco, que se presenta como “escolta en el País Vasco seis años”, escribió: “No recuerdo verte por allí, Odón. Probablemente, porque nunca te importó estar al lado de los de HB, pero siempre te dio sarpullido que te viesen con alguien del PP”. Y le respondió Consuelo Ordóñez, hermana del concejal de los populares asesinado por ETA en 1995: “Mi hermano gobernó sus últimos cuatro años con Odón Elorza, es decir, con el PSE. Te recuerdo que él era el alcalde y mi hermano el teniente de alcalde. Y las otras dos legislaturas, primero con el PNV y luego con EA”.

El jueves, en la tribuna del Congreso, donde debería estar hablándose de los Presupuestos del Estado, es decir, de invertir en soluciones para los múltiples problemas actuales del país, Olona calificó de “focas” a los diputados que iban a permitir la aprobación de las cuentas públicas y sugirió que Elorza era responsable de un asesinato: “Usted llamó a Gregorio Ordóñez franquista, lo siguiente fue el tiro de ETA”. Por enésima vez, Consuelo Ordóñez exigió en Twitter que dejaran de utilizarles: “Hace falta ser ruin para hacer acusaciones tan graves. El único responsable del asesinato de mi hermano fue ETA y quienes dieron la orden de asesinarlo: la mesa nacional de HB. Dejad a mi hermano en paz y al resto de las víctimas del terrorismo. ¡Basta ya!”.

Bildu está presente en el Congreso por decisión de los tribunales y de sus votantes. A Vox le molesta que le llamen franquista, pero fue Santiago Abascal quien dijo que la dictadura era mejor que el actual Gobierno y son sus diputados los que niegan que la Guerra Civil comenzase con un golpe de Estado de Franco y los que piden que no se “criminalice” a la fundación que lleva su nombre.