Moreno se queda solo y tendrá que prorrogar los Presupuestos de Andalucía

Vox se une a la izquierda para tumbar las últimas cuentas de la legislatura y el PP agita ya el argumento electoral de la ‘pinza’

El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, abandona el pleno durante el debate de totalidad del proyecto de ley del Presupuesto andaluz.PACO PUENTES (EL PAÍS)

No ha habido sorpresas como en otras ocasiones. Vox ha cumplido con su advertencia de que esta vez no salvaría en el último suspiro lo que se supone es la ley más importante del año, la de Presupuestos, y ha unido sus votos a la izquierda para tumbar las cuentas de 2022. Andalucía será la única comunidad que funcionará con sus Presupuestos prorrogados. Las enmiendas que pedían la devolución, presentadas por Vox, PSOE y Unid...

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No ha habido sorpresas como en otras ocasiones. Vox ha cumplido con su advertencia de que esta vez no salvaría en el último suspiro lo que se supone es la ley más importante del año, la de Presupuestos, y ha unido sus votos a la izquierda para tumbar las cuentas de 2022. Andalucía será la única comunidad que funcionará con sus Presupuestos prorrogados. Las enmiendas que pedían la devolución, presentadas por Vox, PSOE y Unidas Podemos, sumaron más apoyos, frente a los de los grupos que integran el Ejecutivo de coalición de PP y Ciudadanos. La mayor derrota parlamentaria del presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, en tres años aleja la posibilidad de agotar la legislatura. Aunque el dirigente popular dice que no convocará de manera inmediata, el mandato está ya en tiempo de descuento. El PP agita ya el fantasma de la pinza como argumento electoral.

La prórroga presupuestaria obligará a Moreno a convocar elecciones antes de tiempo, probablemente en primavera. Su idea inicial de aguantar hasta el último día posible, el 27 de noviembre de 2022, no es un escenario que esté en la mesa de los que hacen cálculos electorales, porque no habría cuentas nuevas hasta bien entrado 2023, una vez que se constituya el próximo Gobierno.

La prórroga siempre ha estado en la cabeza del Ejecutivo. Hace un año, cuando se aprobaron las cuentas ahora en vigor, ya desde San Telmo se pensaba en esa opción, como adelantó EL PAÍS, porque se entendía que en el último año de la legislatura el clima electoral impediría un nuevo acuerdo con Vox. La propuesta del nuevo secretario general del PSOE, Juan Espadas, al presidente andaluz a principios de septiembre de ofrecer un pacto “excepcional” para un momento “excepcional” abrió unas expectativas de acuerdo que no se han cumplido. El audio del vicepresidente andaluz, Juan Marín (Ciudadanos), en el que se le oía calificar de “estupidez” aprobar unos Presupuestos en año electoral acabó reventando con estropicio toda posibilidad de pacto.

Con las palabras de Marín de fondo musical, el consejero de Hacienda, Juan Bravo, se ha empleado hasta el límite en el debate parlamentario en contar los detalles del proceso de negociación con los representantes socialistas, para llegar a la conclusión de que, en su opinión, ha sido el PSOE el que no ha querido negociar en serio. Le ha acusado de “bloquear” los Presupuestos de la recuperación, que se elevan a 43.816,3 millones de euros, un 9% más que los actuales, e incorporan casi 6.000 millones de fondos europeos. Bravo ha pasado por alto en su primera intervención, el hecho de que Vox, su socio parlamentario, ha sido el que se ha bajado del autobús del “Gobierno del cambio” como publicitan los populares y que ha dejado sin mayoría absoluta a la coalición de derechas.

La portavoz socialista, Ángeles Férriz, ha personalizado en el presidente de la Junta el fracaso de la negociación. “No quiere aprobar los Presupuestos porque los considera una estupidez”, ha dicho la también vicesecretaria general del PSOE. Esta ha leído para que consten en el diario de sesiones del Parlamento las afirmaciones de Marín en una reunión con su grupo parlamentario en las que este además animaba a sus diputados a “quitarle al PSOE la posibilidad de ser útil”. “Solo Moreno es el responsable de sabotear el acuerdo”, ha subrayado Férriz. Esta ha cuantificado en 767 millones de euros las propuestas planteadas por el PSOE, la mayoría en materia sanitaria, además de 150 millones en reprogramación de fondos europeos.

La socialista, al contario que Vox, no ha pedido elecciones anticipadas. El PSOE andaluz está en construcción y el propio Espadas aún no ha aterrizado de lleno en la política regional al seguir compatibilizando la candidatura a la Junta con la alcaldía de Sevilla. Férriz ha pedido al Gobierno que presente otras cuentas con las peticiones de su partido incorporadas, como si la legislatura estuviera empezando. No es esa la idea del consejero de Hacienda: “Ahora se acaba la legislatura, que queda un año. Esta es mi última intervención de presupuestos”.

Vox ha explotado al máximo la grabación de Marín: “¿Qué hacemos aquí cuando se diseñan unos Presupuestos para no ser aprobados?”, ha dicho su portavoz, Manuel Gavira. Para él, PP y Ciudadanos han “mentido y estafado a los andaluces”, cuando prometieron un cambio en Andalucía, una hoja de ruta distinta a la de los socialistas. La ultraderecha andaluza ha calificado de “gran farsa” esta promesa. “No vamos a ser cómplices de su política carroñera y sucia. No vamos a apoyar ningún relevo para hacer lo mismo que el PSOE. Por eso tenemos más apoyos aquí y en España”, ha dicho. Gavira ha insistido en reclamar elecciones anticipadas en las que Vox se presentará como el único partido que defiende arrumbar las políticas desplegadas por los socialistas durante casi 37 años. Y ha arriesgado al aventurar que no volverán a hacer presidente a Moreno: “Le diremos a los andaluces que no voten a Vox. Si lo que quieren es que les regalemos nuestro apoyo a ustedes, han colado por la puerta trasera las políticas progres”. Nunca como hasta hoy, la ultraderecha había marcado tanta distancia dialéctica con el PP, aunque ambos partidos estarán obligados a entenderse si los sondeos aciertan en sus pronósticos de que la derecha junta sumará el 60% de los votos.

También la portavoz de Unidas Podemos, Inma Nieto, ha hecho alusión a las polémicas reflexiones de Marín. Según ella, no tiene sentido ignorar que el debate se distorsiona cuando el vicepresidente de la Junta reconoce que la negociación era una simulación y ha recordado que el presidente andaluz “no ha desmentido que son cuentas no queridas por el Gobierno”.

Sexta prórroga de presupuestos en Andalucía

El presidente de la Junta, ausente durante buena parte del pleno, se resiste a hacer caso a los que le aconsejan adelantar a finales de febrero o primeros de marzo las elecciones andaluzas. Entre la convocatoria y la celebración de elecciones debe transcurrir 54 días, por los que en los partidos son muchos los que escudriñan el calendario para calcular qué fecha sería mejor. “Evidentemente no”, ha contestado este miércoles cuando se le ha preguntado si disolverá de inmediato la Cámara tras la devolución del proyecto de ley. Para el presidente andaluz, el rechazo a las cuentas es el “comienzo del bloqueo” de la acción de Gobierno que, de continuar, según él, le llevará a pulsar el botón electoral.

Es la sexta vez en 39 años que el Gobierno autónomo se ve obligado a prorrogar las cuentas de la comunidad, pero es la segunda vez que la oposición tumba el proyecto de ley. En la cuarta legislatura andaluza (1994-1996), el Ejecutivo presidido entonces por el socialista Manuel Chaves, en minoría parlamentaria, no pudo sacar adelante ninguno de los proyectos de Presupuestos y decidió convocar elecciones anticipadas. El PSOE basó su campaña en el bloqueo parlamentario de las fuerzas a su izquierda y derecha, la llamada pinza, de la que sacó grandes réditos electorales: de 45 escaños en 1994 pasó a 52 dos años después, a tres de la mayoría absoluta.

Una jugada similar intenta ahora el PP. Persigue hacer ver al electorado andaluz que la oposición le impide gobernar y que existe “una pinza radical de un extremo y de otro”, según el portavoz popular, José Antonio Nieto. Bravo ha insistido el miércoles esta teoría cuando desde la tribuna ha recriminado a los grupos: “¡Bloqueo, bloqueo, bloqueo!”. Las circunstancias, sin embargo, son muy diferentes: PP y Cs han gobernado hasta ahora plácidamente, aunque con algún que otro sobresalto, con el apoyo externo de Vox, que avaló las cuentas de 2019, 2020 y 2021. En todas las ocasiones amenazó con dejar sin sostén al Gobierno, pero las amenazas se quedaron en amagos.

La ultraderecha decidió antes del verano soltar amarras con el Ejecutivo de Juan Manuel Moreno, al que recrimina ser un mero gestor de la herencia del PSOE y desde entonces reclama elecciones antes de tiempo. Pero no había propinado ninguna derrota parlamentaria irreversible al Gobierno en tres años, salvo la de este miércoles. De hecho, Vox ha avalado el miércoles la convalidación de dos decretos leyes y apoyará este jueves la ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía, que también contará con el visto bueno del grupo socialista, que se abstendrá.

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