Sánchez apela a modernizar el mercado laboral más allá de rectificar la reforma del PP

El presidente del Gobierno evita chocar con las posiciones de Yolanda Díaz

El presidente, Pedro Sánchez, con el príncipe Carlos de Inglaterra en el G-20.Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa (Europa Press)

Pedro Sánchez no quiere entrar al choque con Yolanda Díaz, al menos públicamente, en los elementos centrales de la reforma laboral que están encima de la mesa y que han quedado recogidos en un documento que ha llevado el ministerio de Trabajo a la negociación. El presidente ha convocado a Díaz y Nadia Calviño este próximo martes en La Moncloa para fijar las líneas maestras fundamentales de la negociación, pero el...

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Pedro Sánchez no quiere entrar al choque con Yolanda Díaz, al menos públicamente, en los elementos centrales de la reforma laboral que están encima de la mesa y que han quedado recogidos en un documento que ha llevado el ministerio de Trabajo a la negociación. El presidente ha convocado a Díaz y Nadia Calviño este próximo martes en La Moncloa para fijar las líneas maestras fundamentales de la negociación, pero el sector socialista evita de momento fijar su posición. Este domingo, desde la cumbre del G-20 en Roma, Sánchez ha pedido no centrarse solo en “algunas de las cosas que se hicieron mal” con la reforma laboral del Gobierno del PP en 2012 y que hay que “reconstruir”, sino mirar más allá y ver que el Gobierno está haciendo toda una serie de iniciativas, no solo esta, para modernizar el mercado laboral. Desde la ley de repartidores, la de teletrabajo o los ERTE hasta la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad, la búsqueda de la equiparación salarial entre hombres y mujeres, el plan de lucha contra la explotación laboral o la subida del salario mínimo interprofesional. El líder socialista reivindica así que el Gobierno está haciendo cambios profundos, anticipándose tal vez a las posibles críticas si finalmente el texto que salga de la negociación entre el PSOE y Unidas Podemos sobre la reforma laboral es considerado insuficiente por sectores progresistas.

“La batalla que tenemos que ganar es la del futuro. Tenemos que cambiar el modelo productivo y laboral del futuro. Lo que debemos hacer como Gobierno es cambiar y actualizar nuestras relaciones laborales. El momento es ahora. Eso significará que algunas de las cosas que se hicieron mal en 2012 se reconstruyen, pero también debemos mirar hacia adelante porque hay una realidad nueva en el mercado laboral que tiene que ser respondida por los poderes públicos”, ha sentenciado Sánchez en la rueda de prensa tras finalizar la cumbre. El tono del presidente es ahora bastante diferente al del congreso del PSOE hace dos semanas, cuando frente a miles de militantes prometió “poner punto y final a la reforma laboral del PP, que precarizó los contratos y devaluó los salarios”. Yolanda Díaz, por el contrario, habla claramente de “derogar la reforma laboral del PP”. Pero, al margen de las palabras, aún no ha empezado de verdad el debate real sobre el contenido, que en teoría debe arrancar el martes.

Algunas fuentes del Ejecutivo señalan que la entrada del PSOE en la negociación ―donde a partir de ahora habrá representantes de Economía e Inclusión, dos ministerios en manos del sector socialista, aunque el liderazgo sigue en manos de Trabajo, de Unidas Podemos― tiene un objetivo claro que es el de convencer a la patronal para que se sume al acuerdo, algo que reforzaría mucho la posición del Ejecutivo frente a Bruselas, muy pendiente de la negociación. Preguntado expresamente por la posibilidad de sacar adelante la reforma solo con los sindicatos y sin la patronal ―la reforma del PP en 2012 fue al revés, con empresarios pero sin los representantes de los trabajadores―, Sánchez no ha cerrado del todo la puerta. “Lo fundamental será apelar a la responsabilidad de país del conjunto de los agentes sociales. Que haya acuerdo es lo fundamental. Hay que hacerlo, si se puede, con el máximo consenso de los agentes sociales”, ha dicho.

El presidente también ha dejado claro, por otro lado, que la polémica alrededor de uno de los candidatos para la renovación del Tribunal Constitucional, Enrique Arnaldo, por sus vínculos con administraciones del PP no impedirá que salga elegido con apoyo del PSOE. Sánchez asegura que él se hace responsable de los nombres que ha propuesto su partido, no de los del PP. Pero el pacto implica que los socialistas también votan a favor de los nombres propuestos por el otro partido, porque, si no, no saldrían. “Llevamos más de mil días con el bloqueo del PP y con el incumplimiento en la renovación de los órganos constitucionales. Hemos intentado ante todo proteger el acuerdo. Necesitamos renovar. El PSOE se hace responsable de sus candidatos y no de los de los de otras formaciones. La propuesta que ha puesto encima de la mesa el PSOE cumple con los criterios, por las otras tendrá que preguntar al otro partido”, ha sentenciado el presidente.

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