La mitad de los conductores fallecidos en 2020 habían consumido alcohol, drogas o psicofármacos
El porcentaje de víctimas con estupefacientes en sangre creció a pesar de que la movilidad y los accidentes de tráfico descendieron por el confinamiento
La pandemia y el confinamiento impuesto por el Gobierno pararon en seco la movilidad en España en el año 2020, lo cual redujo la mortalidad por accidentes en un 21%. Sin embargo, el consumo de sustancias entre los conductores subió. De los 597 conductores fallecidos cuyos cuerpos ha estudiado el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), el 48,7% (291) presentaba alcohol, drogas o psicofármacos (benzodiacepinas, antidepresivos y opioides) en...
La pandemia y el confinamiento impuesto por el Gobierno pararon en seco la movilidad en España en el año 2020, lo cual redujo la mortalidad por accidentes en un 21%. Sin embargo, el consumo de sustancias entre los conductores subió. De los 597 conductores fallecidos cuyos cuerpos ha estudiado el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), el 48,7% (291) presentaba alcohol, drogas o psicofármacos (benzodiacepinas, antidepresivos y opioides) en su sangre, tres puntos más que en el año 2019. Supone el mayor incremento en 10 años. Así lo recoge la Memoria de hallazgos toxicológicos en víctimas mortales de accidentes de tráfico, fruto de la colaboración del Instituto de Toxicología, la Dirección General de Tráfico y cuatro Institutos de Medicina Legal y Ciencias Forenses (de Cataluña, País Vasco, Aragón y Murcia) y que se ha presentado este martes en el Ministerio de Justicia.
El alcohol fue la sustancia más consumida entre los fallecidos. El 31,2% dio positivo en alcohol, un 20% en drogas y un 13,4% en psicofármacos (estos porcentajes suman más del 48,7% citado porque en muchos casos se da una mezcla de sustancias). El estudio se apoya en el análisis de 808 muertos en accidentes de tráfico en 2020, de los cuales 597 fueron conductores de vehículos (desde turismos a bicicletas), 136 peatones, 72 acompañantes (cuyos resultados no han resultado significativos para la estadística) y tres no clasificados. En total, el año pasado en España murieron en accidentes de tráfico 870 personas.
Antonio Alonso, director del INTCF, ha explicado que se consideró como “positivo” el resultado del análisis que muestra la presencia de cualquier droga de abuso o psicofármaco, sin tener en cuenta la cantidad, y una concentración en sangre superior a 0,3 gramos por litro (g/L) cuando se trata de alcohol.
La inmensa mayoría de los conductores fallecidos con positividad en alguna sustancia eran hombres: un 95% de los 291. Frente al argumento de que también son más los varones automovilistas en España, el INTCF ha puesto en proporción el dato del censo de 2019: 11,6 millones de conductoras frente al 15 millones de conductores. Por tanto, la diferencia entre los conductores varones que consumieron sustancias y las mujeres que lo hicieron sigue siendo enorme. Alonso lo ha explicado así: “Si en el año 2020 hubieran conducido solo mujeres, no estaríamos hablando de 291 muertes asociadas a drogas, sino de 15 casos. Así que siempre hago referencia a esto: debemos aprender de las mujeres, de su responsabilidad en el tema de la conducción”. El rango de edad con más muertes fue el de entre los 35 y los 54 años. Los positivos conducían sobre todo turismos (automóviles y motocicletas).
El estudio ha sido el primero en 25 años en contar con la colaboración de otros institutos de medicina legal y forense de España con la coordinación del Instituto Nacional de Toxicología, lo que ha permitido obtener las cifras por comunidades. Cataluña y Andalucía fueron las regiones que detectaron la mayor tasa de positividad entre los conductores fallecidos ese año: 55,6% y 45% respectivamente. En marzo, abril, mayo y junio, los meses con menor movilidad debido a las restricciones del estado de alarma, la mayoría de los conductores fallecidos consumieron alguna sustancia. El análisis también revela un dato preocupante: el 41,9% de los accidentados tenía una tasa de alcoholemia muy alta, igual o superior a 1,2 g/L; es decir, una intoxicación severa.
Las drogas más consumidas entre los conductores después del alcohol fueron la cocaína (un 60,8% dio positivo en esta sustancia), el cannabis (un 53,3%), las anfetaminas (8,3%) y los opiáceos (4,2%). Esta tendencia es similar en Cataluña, mientras que en Andalucía fue mayor el consumo de la marihuana entre los automovilistas fallecidos: un 63,3%. La combinación más común entre sustancias se da con el alcohol y la cocaína, con más de la mitad de los casos; le sigue la mezcla de alcohol y cannabis.
El caso de los peatones
La Memoria revisó también los casos de peatones fallecidos, y aquí el porcentaje vuelve a ser altísimo: la tasa de positividad en sustancias fue del 41,2% (56 de las 136 víctimas analizadas). Un 22% de estas dio positivo en alcohol y un 19% en psicofármacos. La edad de la mayoría de los fallecidos de este colectivo cambia con respecto a los automovilistas: 4 de cada 10 (42,6%) tenían más de 65 años. No obstante, la mayor positividad toxicológica sigue estando entre los 35 y 54 años, con un 35%.
Los hombres siguen siendo mayoría. Un 76,8% con resultado toxicológico positivo eran varones; un 23,2%, mujeres. Al igual que con los conductores, casi tres de cada cuatro registró un nivel etílico igual o superior a 1,20 g/L, lo cual indica intoxicación severa. Las drogas en los peatones se equiparan también a las encontradas en los automovilistas: por sí sola, la más consumida fue la cocaína (64,3%), seguida del cannabis (57,1%) y anfetaminas (14,3%).
Al finalizar la presentación de los datos, el director general de Tráfico, Pere Navarro, ha incidido en la importancia de este estudio de cara a las operaciones que la DGT prepara este verano. Navarro ha resaltado que este es uno de los tres informes del año que tienen impacto en el diseño de los programas de prevención viales, junto con el de Instituciones Penales y el de la Fiscalía. También ha hecho hincapié en las cifras del consumo de alcohol, al destacar que en 2019 hubo “48.000 condenas penales” por conducir con altas tasas de alcoholemia. “Ya sé que después de un invierno largo, confinados y cargado de prohibiciones, uno tiene ganas de salir, vivir, disfrutar y divertirse. Pero, como dice la campaña que estamos haciendo, nos ha costado mucho llegar hasta aquí. No lo estropeemos ahora con cualquier imprudencia en la carretera”, pidió Navarro.
El problema con los psicofármacos.
El aumento en el consumo de psicofármacos entre los conductores fallecidos el año pasado fue del 1% respecto a 2019, de acuerdo al estudio de INTCF, siendo las benzodiacepinas, seguidas de los antidepresivos y los opioides, las más utilizadas. Sin embargo, es un problema presente desde hace una década en España. La compañía de seguros Línea Directa ha presentado igualmente este martes un informe sobre la medicación y la conducción. En la última década, 50.000 siniestros de tráfico han estado relacionados con el consumo de medicamentos, algunos de los cuales pueden afectar la conducción. En España, ocho millones de conductores se encuentran bajo algún tratamiento farmacológico, de los cuales dos millones lo hacen sin supervisión. El 75% de los automovilistas desconoce los efectos de su prescripción. En 2019, el 12% de los conductores fallecidos dio positivo en psicofármacos. Los más detectados han sido ansiolíticos y antidepresivos. Unos 4,5 millones de los conductores han llegado incluso a mezclar las medicinas con alcohol. La fundación recomienda por tanto a los automovilistas informarse más acerca de las sustancias farmacológicas que ingiere y siempre consultar a un médico experto antes de conducir bajo sus efectos.