Andújar, viaje al epicentro de las temperaturas extremas
La localidad jiennense, donde se esperaba que los termómetros llegaran a marcar 44º el fin de semana, sobrelleva con estoicismo un calor que cada año se recrudece
Antonio Lomas, colaborador de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Andújar (Jaén, 37.000 habitantes) vigila desde 2004 la estación de Aemet, situada en los terrenos de la antigua fábrica de uranio, junto al Guadalquivir. “El gran problema de hoy en día son los móviles, lo que dicen va a misa, y algunas veces aciertan, pero la mayoría, no”, se lamenta este impresor de 55 años. “A principios de semana parecía que iban a subir mucho las temperaturas, pero al final nos van a salvar los vientos del oeste, la calima y la nubosidad y ...
Antonio Lomas, colaborador de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Andújar (Jaén, 37.000 habitantes) vigila desde 2004 la estación de Aemet, situada en los terrenos de la antigua fábrica de uranio, junto al Guadalquivir. “El gran problema de hoy en día son los móviles, lo que dicen va a misa, y algunas veces aciertan, pero la mayoría, no”, se lamenta este impresor de 55 años. “A principios de semana parecía que iban a subir mucho las temperaturas, pero al final nos van a salvar los vientos del oeste, la calima y la nubosidad y nos vamos a quedar en 43º o 44º”, explica.
Andújar sufre tradicionalmente un intenso calor “con 40º y 41º sostenidos de julio a agosto y veranos en los que se llega a 43º, 44º y hasta 45º, como el año pasado”, advierte Lomas. La máxima de julio está en 46º y la absoluta, en 46,5º, apenas cuatro décimas por debajo del récord de España, que lo ostenta Córdoba con 46,9º. Este fin de semana se esperaba uno de esos temidos picos, hasta 44º-45º, dentro del episodio de temperaturas extremas que tiene a este valle como epicentro. En el pueblo, a pesar de estar más que acostumbrados, “estaba todo el mundo asustado, porque está reciente lo de Canadá”, señala.
El alcalde, Pedro Luis Rodríguez, quita hierro al asunto. “Esto es como todos los años, aquí hemos visto 49º y 50º”, comenta. “Todos los servicios de emergencias están activados”, aunque el fin de semana está transcurriendo sin sobresaltos. “Todo en orden”, toca madera Rodríguez.
“No ha habido ningún ingreso por golpe de calor”, corrobora la jefa de enfermería del hospital Alto Guadalquivir. José Joaquín Higueras, que lleva tres años al frente de Protección Civil y 31 de servicio, subraya que el pueblo sufre “riesgo térmico dos o tres veces cada verano”. “La gente es prudente y toma medidas de autoprotección y, aunque te puedas encontrar a alguien haciendo deporte solo a las doce de la mañana, nosotros por lo que temblamos es por la sierra. Cuando en Andújar hay aviso amarillo, en la sierra el riesgo de incendios es rojo”, explica Higueras. Y el aviso en este caso no es amarillo, el nivel más bajo, sino naranja, el segundo de una escala de tres.
El Parque Natural Sierra de Andújar, cuna del lince y que alberga las mayores manchas de bosque mediterráneo de la Península, lleva más de 15 años sin sufrir un incendio de importancia. “Nos preocupa el riesgo de tormenta seca, pero es mucho más peligrosa una persona con una colilla en la mano que un rayo”, asegura Higueras, que apunta que, de momento, “no hay incidencias graves”. Al final, el sábado la máxima fue de 41,3º y el domingo, de 39,1º, muy por debajo de los temidos 45.