El PP naufraga en la recogida de firmas contra los indultos
Pablo Casado considera poner fin a la campaña tras haber conseguido en dos semanas 300.000 apoyos frente a los cuatro millones logrados en dos meses en 2006 con la ofensiva frente al Estatut
Una mañana de finales de enero de 2006, Mariano Rajoy se fue a Cádiz, cuna del constitucionalismo español moderno, para iniciar la campaña de recogida de firmas contra el Estatut. El dirigente popular, entonces líder de la oposición, estampó su rúbrica en una mesa situada en la céntrica plaza gaditana de Las Flores y allí anunció sorprendido, entre gritos de “¡Mariano, presidente!”, que solo en tres días se habían registrado online 242.000 apoyos. No es posible encontrar ahora una fotogr...
Una mañana de finales de enero de 2006, Mariano Rajoy se fue a Cádiz, cuna del constitucionalismo español moderno, para iniciar la campaña de recogida de firmas contra el Estatut. El dirigente popular, entonces líder de la oposición, estampó su rúbrica en una mesa situada en la céntrica plaza gaditana de Las Flores y allí anunció sorprendido, entre gritos de “¡Mariano, presidente!”, que solo en tres días se habían registrado online 242.000 apoyos. No es posible encontrar ahora una fotografía equivalente de Pablo Casado, porque el líder del PP no ha presentado personalmente la campaña de mesas petitorias contra los indultos a los presos del procés que ultima el Gobierno, sino que encargó a su vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, que lo hiciera en su lugar en la ciudad de Zaragoza el 2 de junio. Casado ha firmado a través de internet, y el PP lleva no muchos más apoyos que los que Rajoy logró entonces en los tres primeros días. El PP estudia dar un fin rápido a la campaña contra los indultos tras dos semanas activa. De momento han logrado 300.000 firmas hasta el pasado lunes, frente a los cuatro millones que se recogieron en dos meses en 2006.
Parece casi imposible que el PP alcance ya la cifra del Estatut en el mismo plazo. Aunque la dirección popular asegura que ese no era su objetivo, sino que la iniciativa es “más simbólica que efectiva”. Casado tampoco tiene previsto entregar las firmas en el Congreso como hizo Rajoy, que llevó al Parlamento 876 cajas apiladas en palés, transportadas por 10 furgonetas, como acompañamiento a la presentación de una proposición no de ley que pedía al Gobierno un referéndum en toda España sobre el nuevo Estatuto de Cataluña. Las cajas, como publicó ElConfidencial, acumulan hoy polvo en un almacén del Congreso de los Diputados a las afueras de Madrid, sin que se sepa qué hacer con ellas. Los populares argumentan que su intención ahora es recoger el malestar en la calle y movilizar al partido “en defensa de la Constitución y la ley” y dan por cumplido ese propósito. En los poco más de 15 días que ha estado en marcha el proceso, cada fin de semana el PP ha sacado a la calle 200 carpas en todo el país, pero este sábado y domingo ya no hará ese despliegue. Las estructuras del partido están “agotadas”, explican en Génova, y además se tiene en cuenta que se prevé que los indultos se aprueben ya, probablemente el próximo martes en el Consejo de Ministros. Con todo, la próxima semana la campaña todavía continuará y “será intensa”.
“Hasta el pasado lunes se recogieron 300.000 firmas”, explican en la dirección del PP. El día antes se había celebrado la manifestación en contra de los indultos en la madrileña plaza de Colón. “Es decir, en dos semanas. Los fines de semana hubo más de 200 mesas en todo el territorio nacional. Un éxito rotundo. En algunas mesas hubo largas colas. Y la implicación del partido fue total, con los presidentes autonómicos participando en los vídeos que lanzamos a través de internet. Desde este lunes se han seguido recogiendo apoyos, pero con una presencia menor, lo cual es completamente normal, después de dos semanas muy intensas”. La campaña en change.org sigue activa y lleva más de 55.000 apoyos. La leyenda dice: “En defensa de la Constitución, la Justicia y la igualdad de todos los españoles. A favor de la convivencia y la concordia del Estado de Derecho. Por España, pedimos su firma contra los indultos del Gobierno de Pedro Sánchez a los condenados por sedición y malversación. ¡Paremos esta deriva! ¡No a los indultos!”.
En la cúpula del PP también reconocen que la iniciativa implica asumir riesgos. Sobre todo, el miedo es que, según ellos, Casado se deje parte del crédito ganado en la campaña de las pasadas elecciones catalanas, cuando quiso mostrar su perfil más dialogante y abogó por un nuevo sistema de financiación autonómica para Cataluña y criticó la actuación en el referéndum del 1-O. El PP logró tres escaños el 14 de febrero.
Los indultos a los presos del procés son en el fondo un arma de doble filo para el PP. Por un lado, pueden implicar un desgaste fuerte del Gobierno de Pedro Sánchez del que se beneficiaría Casado; pero por otro, el PP también afronta contradicciones. En Génova son conscientes de que poner el foco en el conflicto catalán vuelve la mirada sobre la gestión del Gobierno de Rajoy en Cataluña y les perjudica en su competición con Vox, muy crítico con ese periodo. La estrategia de oposición contra los indultos, desde la recogida de apoyos a la manifestación de Colón, también ha despertado dudas internas en el PP. Un exministro del PP opina: “El tema de los indultos le va a costar a Sánchez, y es lo adecuado que Casado se oponga”. Aunque añade: “Pero debería haberlo hecho desde la serenidad y en el Congreso. No puedes sacar a la calle un problema de Estado, ir a Colón fue un error garrafal. Un partido de Gobierno ni recoge firmas ni se lanza a la calle, eso que lo haga Vox”. Con el paso del tiempo, en el partido han aflorado voces críticas a las mesas petitorias contra el Estatut y el recurso de inconstitucionalidad, que algunos ven en el origen de la deriva del procés. En abril de 2006, Rajoy llevó 4.020.000 firmas recogidas durante dos meses a través de internet y en las mesas petitorias, y en 2008 José Luis Rodríguez Zapatero volvió a ganar las elecciones generales.
El día más concurrido fue el pasado domingo, con la manifestación de Colón. Se lograron 50.000 rúbricas en 24 horas. La mesa situada al lado de la sede del PP, en la calle Génova, se puso las botas en los prolegómenos de la concentración, cuando una riada de manifestantes con la bandera de España salió en tropel del metro de Alonso Martínez y bajó calle abajo dirección a la plaza. Ese día, el PP situó cuatro mesas en los aledaños de Colón, pero ninguna en el corazón de la concentración. También situó mesas en las plazas de la Constitución de las principales ciudades.
Más allá del domingo de Colón, un recorrido por algunas comunidades de España en busca de las mesas contra los indultos deja un panorama desigual, con Cataluña como punto débil y Madrid y Andalucía como plazas fuertes. El PP no ofrece datos desglosados por autonomías.
Madrid. “Nos han venido hasta votantes del PSOE”
Las mesas instaladas en la calle son lo que mejor ha funcionado al PP de Alcorcón (población de 169.500 habitantes al sur de Madrid) para recoger apoyos en contra de los indultos, según reconoce la secretaria general de esta sede, Ana Gómez. “Nos ha llamado la atención que, cuando la gente ha visto las mesas, ha aparcado el coche y se ha bajado a firmar para luego continuar su camino. Nos han venido hasta los votantes del PSOE”. Los populares de Alcorcón, que prefieren no dar una cifra exacta hasta que se cierre la campaña, reconocen que no hay un perfil de firmante. Aseguran que han acudido a las mesas y a la sede tanto jóvenes de 18 años recién cumplidos como mayores de 83 años.
A 15 kilómetros, en Getafe, donde el PP apenas ha gobernado cuatro años en los 45 de democracia y donde es alcaldesa la socialista Sara Hernández, la sede del partido está desierta a media tarde. La atiende Teresa Rodríguez, “del PP de toda la vida”. “La mesa la ponemos solo por las mañanas”, aclara.
En la capital, cuatro personas acaban de llegar de la plaza de Castilla a la sede del PP de la calle Oruro. Un joven militante de Chamartín señala: “Esta campaña en contra de los indultos está siendo un verdadero éxito. Yo he participado en dos anteriormente —en contra de la ley Celaá y a favor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado— y esta no tiene nada que ver”. En este distrito, el PP cuenta con 3.800 afiliados y llevan recogidos 7.000 apoyos. Esta tarde de miércoles les tocará en el intercambiador de avenida de América. Casi en la otra punta de la capital, no hay ni un alma en la sede del PP en Ciudad Lineal, salvo una mujer con edad de estar jubilada que recibe con cortesía. Es una militante que dedica su tiempo libre al partido desde hace 24 años y pide por favor que no se publique su nombre. Está esperando a que un señor le traiga unos formularios con firmas: “Me dijo: ‘Dame unas cuantas hojas que las paso a mi familia’. La gente está muy concienciada”. El partido ha recogido más de 1.100 apoyos en un distrito de 219.867 habitantes que es una mezcla de barrios obreros y acomodados al este de la ciudad. En el distrito de Salamanca, Juan Carlos Pérez, de 55 años, afiliado de toda la vida y empresario, observa a los peatones desde el altillo del portal número 47 de la calle de Goya, la sede del partido en el barrio. A su lado se sienta Carmen Hernández, de 68 años: “Cuando más gente viene es durante el fin de semana. Ahí no paramos”.
Cataluña. Cuatro mesas y algunos abucheos: “¡No tenéis vergüenza!”
El PP sigue sobrellevando la campaña en Cataluña sin hacer ruido. El asunto incomoda tanto al partido en la comunidad que hasta lo ha obviado en las sesiones de control en el Parlament. Desde que arrancó la iniciativa, el PP catalán ha colocado cuatro mesas: dos en Barcelona, una en Mataró y otra en Castelldefels. Las firmas las continúa recogiendo dentro de las sedes y online. No se sabe el global de apoyos reunidos.
Bajo un sol de justicia, el partido situó, justo cuando se celebraba la concentración en la plaza de Colón, en Madrid, una mesa junto a las torres venecianas en la plaza de España de Barcelona. Allí reunieron unas 70 rúbricas durante hora y media. El acto pasó desapercibido para la mayoría de ciudadanos y solo dos o tres les increparon —”¡No tenéis vergüenza!”, dijo uno de ellos— por la iniciativa. “Deben de estar todos en la playa”, ironizaba uno de los organizadores en alusión a que casi nadie protestó. El partido difundió por WhatsApp el punto de firmas y allí se acercaron militantes. También alguna vecina de la zona, como Manuela Sánchez, extremeña que lleva 55 años en Cataluña. “Estábamos muy bien y esto ahora es horroroso. Ha roto familias y la relación entre padres e hijos”.
Ningún dirigente de primera fila fue aquel domingo a la plaza de España. Una minidelegación del PP participó en la protesta el viernes 11 ante la Delegación del Gobierno, y dos días después en la de Colón, en Madrid. Xavier García Albiol, expresidente del PP, alcalde de Badalona, y Josep Bou, concejal de Barcelona, no participaron. Bou firmó contra los indultos, pero deslizó hace días su temor de que la campaña acabe siendo contraproducente y provoque que se tache al PP de “anticatalán”, como a él mismo le paso durante la recogida de apoyos contra el Estatut.
Galicia. Un “éxito” sin datos
El secretario general del PP en Galicia, Miguel Tellado aseguró hace unos días que la campaña contra los indultos “está siendo un éxito” en la comunidad, sin aportar cifras. La “respuesta” ciudadana “es mayoritaria en todas las ciudades” hasta el punto, continuaba contando el número dos gallego a los medios, de que “la gran dificultad es pedirle a la gente que respete la distancia social en las colas”.
Un portavoz oficial del PP regional explicó que ofrecer la suma de las rúbricas cosechadas es imposible porque el PP de Galicia no centralizó la operación, ni dio “indicación” alguna a las sedes provinciales y locales para salir a la calle y la comunicación de las firmas “fue directamente entre estas sedes y Génova”.
Comunidad Valenciana. “No todos los que vienen son votantes del PP”
Un grupo de voluntarios de Nuevas Generaciones del PP valenciano recogía este viernes rúbricas contra los indultos en la céntrica plaza de los Pinazo de Valencia. Están desde las cinco y media de la tarde en un punto neurálgico de la principal arteria comercial de la capital, por la que cada día pasan miles de personas, a unos metros de la parada del metro y de El Corte Inglés. Nacho Martínez, de 24 años, uno de los voluntarios, comenta: “No todos los que firman son votantes del PP”. La mesa, con las banderas española y valenciana, está protegida del sol con una carpa carpa azul con las siglas del partido.
Una pareja joven se acerca y estampa su rúbrica. Son Francisco, de 30 años, un sevillano que ahora vive en la ciudad por motivos de trabajo, y Cristina, valenciana, de 26. “Yo voto siempre nulo porque ahora mismo no hay ningún partido que me represente. Porque todos caen en el ‘y tú más’”, dice la joven.
En la Comunidad Valenciana, el PP ha recogido más de 8.000 apoyos desde que comenzó la campaña, aunque fuentes de la formación aseguran que el número real será mucho mayor dado que las agrupaciones locales tardan unos días en remitirlas a la sede regional donde se centraliza el recuento.
Andalucía. “No se han arrepentido”
Dolores tiene 68 años y acaba de firmar en una de las mesas que el PP ha colocado en Sevilla, 70 en toda la provincia. “El día está muy revuelto, pero como la mesa está cerca de mi casa, pues he aprovechado para venir”, dice. “Los indultos pueden tener una finalidad más allá de la de dejar a estos señores en libertad, pero ni ellos se han arrepentido, ni tampoco el nuevo Gobierno catalán, ni veo que se vayan a dar otros pasos y si la justicia se opone, no me parece bien que se otorguen ahora”, opina. En este territorio se han recogido 4.000 apoyos, según ha avanzado la presidenta popular local, Virginia Pérez.
En Málaga —una de las provincias donde los populares recaban más apoyos— se habían recopilado casi 10.000 firmas, según los datos facilitados por el PP miércoles, informa Jesús Sánchez.
Castilla y León. Las tormentas se interponen en el camino
El PP de Valladolid se ha encontrado un enemigo inesperado en la campaña contra los indultos: las tormentas. Esta semana ha seguido el mismo patrón en una ciudad donde, aunque gobierna el PSOE, hay una marcada tradición conservadora. Portavoces del PP aseguran que la afluencia estaba siendo “muy buena”, pero que los vendavales y los chubascos han provocado que hayan tenido que replegar las carpas. La inestabilidad meteorológica, se temían a mitad de semana, va a dificultar que crezca el número de firmas (más de 3.000 en Valladolid hasta este jueves), si bien el resultado está siendo satisfactorio para sus objetivos. La sede, en cambio, apenas tiene visitas para rellenar con un bolígrafo corporativo los formularios. Allí guardarán los paneles de publicidad con el rostro de Casado, las mesas informativas y los carteles con los que intentan mostrar que la ciudadanía de Valladolid reniega de la medida de gracia.
Con información deF. J. Barroso, Fernando Peinado, Isabel Valdés, Aurora Intxausti, Patricia Peiró, Victoria Torres, Manuel Viejo, Àngels Piñol, Silvia R. Pontevedra, Cristina Vázquez, Eva Sáiz y Juan Navarro.