La apuesta del PSOE por acercarse al centro en Madrid tensará el Gobierno de coalición

Los socialistas apuestan en la capital por atraer a Ciudadanos, por lo que la estrategia de campaña afectará a asuntos sensibles que discutía el Ejecutivo con Podemos, como la ley de vivienda

El candidato del PSOE a las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, en un acto de campaña el pasado sábado.EVA ERCOLANESE (PSOE)

La campaña en Madrid se va a hacer larga, porque tres semanas antes de que empiece ya están fijadas casi todas las posiciones. El PSOE está buscando el centro para evitar que los 26 escaños que puede perder Ciudadanos se vayan todos al PP, lo que daría una victoria aplastante a Isabel Díaz Ayuso. Tanto que su candidato, Ángel Gabilondo, llegó incluso a decir el lunes que no gobernaría Madrid con “este Pablo Iglesias”, en relaci...

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La campaña en Madrid se va a hacer larga, porque tres semanas antes de que empiece ya están fijadas casi todas las posiciones. El PSOE está buscando el centro para evitar que los 26 escaños que puede perder Ciudadanos se vayan todos al PP, lo que daría una victoria aplastante a Isabel Díaz Ayuso. Tanto que su candidato, Ángel Gabilondo, llegó incluso a decir el lunes que no gobernaría Madrid con “este Pablo Iglesias”, en relación al discurso duro del vicepresidente estos días. La coalición que gobierna España no parece en peligro, pero los socios se distanciarán al máximo durante estas semanas.

Todos los caminos de la campaña del PSOE conducen a dos números: 26, los escaños que tiene ahora Ciudadanos y puede perder; y 5, el porcentaje que debe superar Edmundo Bal, el candidato de Inés Arrimadas, para entrar en la Asamblea de Madrid el 4 de mayo. Si Cs no pasa el corte, algo que sí se daba por seguro con Ignacio Aguado, el anterior candidato, y está por ver con la novedad de Bal, las probabilidades de que el PP logre una victoria aplastante que le permita gobernar con Vox o incluso en solitario aumentan de manera exponencial.

Esta realidad, que tienen clarísima en el corazón de la campaña de Gabilondo, según fuentes socialistas, es la que condiciona todo el discurso de su candidato. De hecho, incluso la decisión de repetir con Gabilondo y no buscar una opción más arriesgada también tiene que ver con este factor. En el entorno de Pedro Sánchez creen que el exministro de Educación es una figura ideal para buscar parte de votantes huérfanos de Ciudadanos que no quieren apoyar al PP, y menos en la versión de Isabel Díaz Ayuso.

En vídeo, declaraciones de José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE.Vídeo: EFE/ PSOE/Eva Ercolanese

Ante esta necesidad de atraerse a votantes de Cs, o en su defecto lograr que este partido supere la barrera del 5%, el PSOE se encuentra con el problema de que este sector rechaza a Pablo Iglesias, que acaba de incorporarse como gran estrella de la campaña. Gabilondo fue muy directo el lunes en una entrevista en La Sexta para intentar atajar el riesgo de que estos votantes se vayan al PP con tal de no apoyar una opción que puede acabar incorporando a Iglesias al Gobierno de Madrid. Y lo hizo con un discurso que choca con la coalición del Ejecutivo central.

El candidato del PSOE aseguró que si después del 4-M tuviera mayoría suficiente para pactar un Gobierno en la comunidad, “lo haría con Ciudadanos y con Más Madrid”, pero no con el candidato de Unidas Podemos. “Con Iglesias no”, dijo, para matizar después: “Con este Iglesias, no”. Gabilondo dedicó buena parte de la entrevista a criticar tanto a Iglesias como a Díaz Ayuso. Acusó a ambos de proponer una campaña de confrontación, con disyuntivas como “comunismo o libertad” o “la batalla contra el fascismo”. “No va de esto; no va de esto”, insistió.

El candidato socialista fue repreguntado por la evidencia de que “este Iglesias” al que él rechaza sigue siendo vicepresidente del Ejecutivo y gobierna en coalición con el PSOE en La Moncloa. Gabilondo matizó que confía en que el tono de Iglesias cambie. Y señaló que primero tienen que votar los madrileños y después, en función de los resultados, se hará una lectura de qué han dicho los ciudadanos y qué Gobierno están pidiendo.

El PSOE destapó el lunes su táctica electoral y se lanzó a por el voto de centro que, según las encuestas, va a perder Ciudadanos en la Comunidad de Madrid. El candidato socialista publica una tribuna en este periódico en la que señala que si las urnas lo permiten gobernará “con Más Madrid y con Ciudadanos” porque es la fórmula con la que se siente “más cómodo”. Para buscar el voto de centro, Gabilondo da la espalda al partido con el que el PSOE gobierna España y también se compromete a “no tocar la fiscalidad”, lo que significa que no subirá ni bajara los impuestos si llega al Gobierno regional.

La campaña en Madrid, a pesar de que aún está lejos de empezar —formalmente lo hará el 14 de abril— está tan desatada que parece evidente que la coalición PSOE-Unidas Podemos sufrirá las consecuencias en las próximas semanas. Los asuntos más sensibles que discutía el Gobierno antes de la convocatoria electoral, en especial la ley de vivienda, parecen imposibles de pactar en campaña, con lo que es probable que se dejen para después. Y hay tensiones nuevas, como la prohibición de la prostitución que plantea la vicepresidenta Carmen Calvo, que abren nuevas heridas.

Ya sucedió con las elecciones catalanas. La coalición sufrió mucha tensión y todo se dejó para después de los comicios, en la confianza de que no habría más citas durante casi dos años. Pero un mes después ya hay otros convocados y todo, también el posible pacto con el PP para renovar los órganos constitucionales, se deja para después de las elecciones. La política vive así un nuevo periodo de bloqueo, aunque fuentes del Gobierno tanto del PSOE como de Unidas Podemos insisten en que nadie se plantea una ruptura de la coalición o un adelanto electoral en 2021, cuando están por ejecutar los Presupuestos y el fondo de recuperación europeo, y aún hay que resolver la pandemia y la crisis económica.

Movimientos como el de Gabilondo tienen que ver pues, según fuentes socialistas, con la campaña electoral y la necesidad de situar al PSOE en una posición más centrada. Pero si después del 4-M hubiera una suma posible que incluyera a Iglesias, no habría problemas en explorarla como sucedió para lograr la investidura de Sánchez en 2020.

La moderación que predica Gabilondo choca con el discurso de Iglesias, iniciado con aseveraciones sobre “la política criminal” de la derecha y previsiones de que si se investiga, la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, acabará “en prisión”. Estos son los ejemplos que pone el entorno de Gabilondo para alejarle del todo de Iglesias. “Conviene que se sepa que nosotros no podemos estar con esa política de enfrentamiento, ni con la que lleva la presidenta Díaz Ayuso”, señalan en el entorno de Gabilondo. Quizá ha sido demasiado pronto para Ferraz ese pronunciamiento sobre pactos, según se observó el lunes en la actitud del secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, que colocó esas frases en la “autonomía del candidato”.

El candidato madrileño se instala en Ferraz

Del centro a la izquierda, justo donde empiecen los votantes fieles de Unidas Podemos. Este amplio caladero es en el que se va a volcar el candidato socialista a la comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo. Por tanto, sus adversarios por la izquierda son Mónica García, de Más Madrid, y Pablo Iglesias, de Unidas Podemos. Nada extraordinario y anómalo si no fuera porque el vicepresidente segundo del Gobierno de España está en coalición con el PSOE y, aunque abandone el puesto seguirá siendo el líder del partido que cogobierna España.

Los espacios se diferenciarán y, mientras se defiende “la solidez” del Ejecutivo central, se apostará desde La Moncloa por el voto a Gabilondo, la izquierda “útil”, para diferenciarla de Unidas Podemos. Para que no haya dudas del compromiso con la candidatura del catedrático de Filosofía, este se instalará desde este martes en la sede federal del PSOE, en la calle Ferraz. Además de toda la asistencia técnica, Gabilondo quiere deslindar el trabajo de la Asamblea regional del que le toca como candidato.

Sí hubo sorpresa el lunes en la sede socialista por la contundencia con la que Gabilondo excluyó a Pablo Iglesias de un pacto de gobierno, en declaraciones en La Sexta. Quizá fue consciente de que debía introducir alguna matización al unir a la persona con su actual posición política como candidato. “Con este Pablo Iglesias, no”. En el entorno del candidato recalcan esta precisión que ya hizo el propio Gabilondo. “No es una negativa a él, es una negativa a la confrontación”, añadió el propio candidato. En su entorno, no obstante, reconocen que en todo este tiempo la relación política con el grupo de Unidas Podemos ha sido satisfactoria y han llegado a bastantes acuerdos, en todas las etapas, y, ahora, con su última portavoz, Isa Serra.

La moderación que predica Gabilondo choca de frente con el discurso de Iglesias, aún por desarrollar, iniciado con aseveraciones sobre “la política criminal” de la derecha y previsiones de que si se investiga, la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, acabará “en prisión”. Estos son los ejemplos que pone el entorno de Gabilondo para alejarle del todo del candidato de Unidas Podemos. “Conviene que se sepa que nosotros no podemos estar con esa política de enfrentamiento, ni con la que lleva la presidenta Díaz Ayuso”, señalan en el entorno de Gabilondo. Quizá ha sido demasiado pronto para Ferraz ese pronunciamiento sobre pactos, según se observó el lunes en la actitud del secretario de Organización, José Luis Ábalos, que colocó esas frases en la “autonomía del candidato”. Ahora que Gabilondo se instala en Ferraz habrá pocas sorpresas, siempre respetando la singularidad y el estilo del profesor, reconocen en la dirección federal.

Ayer el candidato dio muchos pasos: no, a Iglesias; y cercanía con Mónica García, de Más País, y de Edmundo Bal, de Ciudadanos, porque no están en la posición de guerra total contra el adversario. Gabilondo, no obstante, no puede esperar complicidad de ninguno de los dos, ya que estos son conscientes de que el candidato socialista va también a la caza de su electorado. Por parte de Ciudadanos puede esperar un recordatorio permanente de que los socialistas cambian de criterio cuando ven la posibilidad de gobernar. La coalición en el Ejecutivo central, consideran, es la prueba.

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