Miles de personas recuerdan a los cinco trabajadores víctimas de la policía en Vitoria hace 45 años

Varios manifestantes han arrojado botellas, pintura roja y bengalas a una patrulla de la Ertzaintza

Varios miles de personas han participado este miércoles en Vitoria en la manifestación, para exigir memoria y justicia, en recuerdo a los cinco trabajadores que murieron por disparos de la policía el 3 de marzo de 1976.Adrián Ruiz Hierro (EFE)

Varios miles de personas han participado este miércoles en Vitoria en la manifestación en recuerdo a los cinco trabajadores que murieron por disparos de la policía el 3 de marzo de 1976, para exigir que la verdad sobre aquellos hechos se imponga sobre la versión oficial. Después de 45 años las sentencias de los tribunales militares que juzgaron aquellos hechos siguen considerando que los agentes dispararon para repeler un ataque de los huelguistas. La versión oficial es que la policía hizo uso de ...

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Varios miles de personas han participado este miércoles en Vitoria en la manifestación en recuerdo a los cinco trabajadores que murieron por disparos de la policía el 3 de marzo de 1976, para exigir que la verdad sobre aquellos hechos se imponga sobre la versión oficial. Después de 45 años las sentencias de los tribunales militares que juzgaron aquellos hechos siguen considerando que los agentes dispararon para repeler un ataque de los huelguistas. La versión oficial es que la policía hizo uso de la “legítima defensa para responder a una agresión de los trabajadores”. La justicia militar reconoció que se trataba de “homicidios”, pero archivó el caso al no encontrar culpables. Muchos de los más de 150 heridos de bala recibieron los disparos por la espalda.

Cuando la marcha ha alcanzado la Plaza del Artium se han producido algunos incidentes. Varios manifestantes han roto un contenedor de vidrio y han lanzado botellas, recipientes con pintura y alguna bengala contra una furgoneta de la Ertzaintza. Varias patrullas que abrían la manifestación han acudido en su auxilio, pero los ataques han cesado. Como en otras ocasiones, las fotografías de los cinco obreros presidían la marcha, y poco detrás se podía leer “Justizia” en un cartel que acompañaba la cabeza de la manifestación.

La marcha, convocada por la Asociación 3 de marzo y sindicatos, ha partido del barrio de Zaramaga, donde tuvo lugar el asesinato de los trabajadores hace 45 años, junto a la iglesia que se va a convertir en un centro en recuerdo de aquellos hechos. En la pancarta se podía leer “Zaintza, oroimena eta borroka (cuidados, memoria y lucha). Porque nos cuidaron, les cuidaremos”.

Como este miércoles, hace 45 años, miles de trabajadores que llevaban dos meses en huelga en demanda de mejores condiciones salariales celebraron una asamblea en la iglesia de San Francisco que la policía disolvió a tiros. Romualdo Barroso, José Castillo, Pedro Martínez, Francisco Aznar, y Bienvenido Pereda murieron como consecuencia de las heridas de bala y unas 150 más resultaron heridas.

Antes del comienzo de la manifestación se ha celebrado un homenaje en el monolito junto a la iglesia de San Francisco erigido en memoria de estos hechos y se ha leído un manifiesto en el que la Asociación 3 de Marzo ha destacado que hoy en día “siguen muy presentes los valores que representan y por los que fueron asesinados” los cinco trabajadores. “Esa victoria contra el olvido es una victoria de todo el pueblo luchador de Vitoria porque la memoria del 3 de marzo es presente y es futuro, no es algo estático”, han señalado.

En el mismo monolito han depositado flores ciudadanos anónimos y vecinos del barrio, así como la vicelehendakari segunda, Idoia Mendia, la consejera de Igualdad, Beatriz Artolazabal, el alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran, el diputado general de Álava, Ramiro González, el presidente del PNV en el territorio, José Antonio Suso, el parlamentario de EH Bildu, Mikel Otero, la portavoz de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, y la secretaria general de CCOO-Euskadi, Loli García.

La vicelendakari segunda, Idoia Mendia, en la ofrenda floral por las víctimas del 3 de Marzo.LINO RICO

La socialista Idoia Mendia ha rendido tributo a los trabajadores “asesinados por defender sus derechos laborales” porque “merecen un acto de homenaje y memoria por parte del Gobierno Vasco”. Desde el PNV, su presidente en Álava, José Antonio Suso, ha insistido en reclamar “reparación, justicia y verdad” y ha subrayado el compromiso de su partido de reclamar en todas las instituciones y foros en los que está presente que se conozca “quiénes fueron los culpables de esta matanza”.

"Tenemos dos camiones de munición"

Aquel 3 de marzo, después de más de dos meses de lucha sindical y en medio de una huelga general, los trabajadores celebraron una asamblea en la iglesia del barrio obrero de Zaramaga. Dentro había varios miles de asistentes, afuera muchos más y en medio un centenar de agentes de la Policía Armada. Entonces sucedió lo incompresible. Por la emisora de radio que comunicaba a los grises con el centro de mando, alguien dio la orden de gasear con bombas lacrimógenas el interior de la iglesia. "Gasear la iglesia. Cambio". Sólo había una salida, la puerta principal. Ni ventanas ni terraza. Cuando empezaron a salir a borbotones para no morir asfixiados, la policía les tiroteó. "Que manden fuerza aquí, que hemos tirado más de 2.000 tiros. Cambio", se escucha en las grabaciones.

Aquella jornada, Romualdo Barroso, de 19 años, Francisco Aznar, de 17, y Pedro Mari Ocio, de 27, murieron en el acto al salir de la iglesia. José Castillo, de 32, y Bienvenido Pereda murieron después de una larga agonía. Otros 150 sufrieron heridas de bala.

A José Luis Bóveda, como a la mayoría, también le dispararon por detrás, cuando escapaban de aquella trampa asfixiante. La bala entró por la espalda y se alojó en el pulmón.

Las grabaciones de las emisoras policiales muestran que lo sucedido fue más que una intervención desafortunada. "Ya tenemos dos camiones de munición, ¿eh? O sea que a actuar a mansalva, y a limpiar, nosotros que tenemos las armas; a mansalva y sin duelo de ninguna clase". Por la manera en que relataron los hechos los agentes participantes, fue una victoria militar sin precedentes contra trabajadores desarmados: "En Salinas [plaza Martín de Salinas] hemos contribuido a la paliza más grande de la historia. Cambio.", reportaba por la radio un policía.

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