Vox crece contra el independentismo, pero su discurso xenófobo no cala en Cataluña

El partido ultra saca más rédito electoral de su confrontación con el separatismo que del rechazo a la inmigración

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante su rueda de prensa este lunes en Barcelona. En vídeo, sus declaraciones.Vídeo: ANDREU DALMAU / EFE / QUALITY

En Guissona (Lleida), el municipio con más porcentaje de población extranjera de Cataluña (51,8%), Vox logró este domingo el 1,59% de los votos. Y solo en una de las seis localidades leridanas con más del 30% de vecinos inmigrantes superó el 5,53% de sufragios que tuvo de media en la provincia. Según los primeros análisis, el éxito de Vox, que ha irrumpido con 11 escaños en el Parlamento catalán, se debe más a su confrontación con el indepe...

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En Guissona (Lleida), el municipio con más porcentaje de población extranjera de Cataluña (51,8%), Vox logró este domingo el 1,59% de los votos. Y solo en una de las seis localidades leridanas con más del 30% de vecinos inmigrantes superó el 5,53% de sufragios que tuvo de media en la provincia. Según los primeros análisis, el éxito de Vox, que ha irrumpido con 11 escaños en el Parlamento catalán, se debe más a su confrontación con el independentismo que al discurso xenófobo.

El eurodiputado de Vox Jorge Buxadé visitó el pasado 10 de diciembre el barrio de Las Planas, en El Vendrell (Tarragona), al que presentó como un entorno urbano “degradado, que propaga inseguridad, desorden, incivismo y sienta las bases para el peligro yihadista”. Su candidato a la presidencia de la Generalitat, Ignacio Garriga, fue más gráfico al calificar estas zonas urbanas de “estercolero multicultural”.

La apuesta central de Vox ante las elecciones al Parlamento catalán era, en ese momento, atraer a la población española que se ha visto afectada por lo que denomina “invasión de la inmigración ilegal”, con su secuela de delincuencia, colapso de los servicios sociales o competencia desleal. El partido ultra lanzó incluso una campaña en las redes sociales con la etiqueta #stopislamización que provocó una denuncia ante la Fiscalía de las federaciones de la comunidad musulmana catalana.

No parece que este esquema haya funcionado o, al menos, no de modo uniforme. En El Vendrell, Vox tuvo el 11,09% de los votos, 2,5 puntos por encima del porcentaje provincial (9,4%), pero en Ripoll (Girona), localidad a la que los dirigentes del partido ultra tacharon de “cuna del yihadismo” (por haber vivido allí el imán de los atentados de Las Ramblas) se quedó en el 4,7%, por debajo del 6,1% provincial.

Vox utilizó como ilustración de su campaña contra la supuesta islamización de Cataluña una imagen de la nueva mezquita de Palafruguell (Girona), ante la que plantó una valla publicitaria con el lema: “El separatismo nos lleva a la República Islámica de Cataluña”. El domingo solo cosechó allí el 6,7% de los votos.

Las dos únicas localidades en las que Vox fue la primera fuerza política son Vilamalla (Girona) y La Pobla de Mafumet (Tarragona), en ambas con más del 20% de los sufragios. En la primera, los extranjeros suponen el 9,30% de la población (muy por debajo del 15,1% de toda Cataluña) y la cuarta parte son franceses. En la segunda, los inmigrantes son el 11,6% y las comunidades más numerosas son rumanos y argentinos. El éxito de Vox en estas poblaciones no parece fruto de su discurso xenófobo (“los españoles primero”), sino de su confrontación con el separatismo. El acoso que los actos del partido ultra han sufrido por parte de grupos independentistas lo ha convertido en referente de la defensa de la unidad de España, como en las anteriores elecciones catalanas lo fue Ciudadanos. En Vilamalla y La Pobla de Mafumet, el partido de Inés Arrimadas ganó en 2017 con más del 40% de los votos y ahora no ha llegado al 8%.

Los incidentes más graves durante la campaña se produjeron en Salt (Girona) y Vic (Barcelona). En la primera Vox logró el domingo el 10,36% de los votos, pero en la segunda se quedó en el 3,67%. Precisamente esta última fue feudo del partido xenófobo Plataforma per Catalunya (PxC), muchos de cuyos cuadros se han integrado en Vox. Dos de los flamantes diputados del partido de Abascal, Juan Garriga y Mónica Lora, deberán sentarse en el banquillo acusados de un delito de odio contra los musulmanes de su anterior etapa política. La población inmigrante de Vic dobla la media de Cataluña (31,8%) y la comunidad extranjera mayoritaria es la marroquí.

Hay muchas localidades, con una fuerte inmigración, donde Vox ha obtenido un buen resultado electoral, pero en algunas de ellas la comunidad extranjera más numerosa no es musulmana sino cristiana (rumanos, como en Val d’Aran, e incluso rusos, como en Lloret de Mar, en Barcelona) por lo que no parece que el rechazo de Vox al Islam haya sido un factor central.

Un resultado que ni siquiera Abascal esperaba

"Los catalanes nos han puesto en una situación que ni nosotros mismos imaginábamos”, reconoció este lunes Santiago Abascal. Los resultados de Vox (cuarta fuerza política de Cataluña con 217.883 votos, el 7,69% del total) han desbordado sus mejores expectativas. Abascal aseguró que estará “a la altura de las circunstancias” y asumirá la “responsabilidad” de “construir una alternativa nacional” al Gobierno de Sánchez, pero no quiso comentar los resultados del PP ni de Ciudadanos.

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