Marruecos compra un buque de guerra a España por primera vez en tres décadas

Navantia construirá un patrullero de altura para la Marina de Rabat por unos 150 millones

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante su visita al stillero de Navantia en de San Fernando (Cádiz).Román Ríos (EFE)

Por primera vez en más de tres décadas, Marruecos comprará un buque de guerra a España. Lo ha anunciado este viernes en los astilleros de San Fernando (Cádiz) la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de cuyo departamento depende la empresa pública Navantia. La ministra ha subrayado que el contrato supondrá un millón de horas de trabajo y cerca de 250 empleos para la bahía de Cádiz durante los próximos tres años y medio.

Aunque ni Montero ni Navantia han querido dar ningún detalle sobre las características del buque, ...

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Por primera vez en más de tres décadas, Marruecos comprará un buque de guerra a España. Lo ha anunciado este viernes en los astilleros de San Fernando (Cádiz) la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de cuyo departamento depende la empresa pública Navantia. La ministra ha subrayado que el contrato supondrá un millón de horas de trabajo y cerca de 250 empleos para la bahía de Cádiz durante los próximos tres años y medio.

Aunque ni Montero ni Navantia han querido dar ningún detalle sobre las características del buque, fuentes del sector indican que se trata de un patrullero de altura (OPV) de la Clase Avante de unas 1500 toneladas, con unos 80 metros de eslora, 4.000 millas de autonomía y 80 tripulantes, similares a los Buques de Vigilancia del Litoral (BVL) en su día vendidos a Venezuela. El precio rondaría los 150 millones de euros.

Navantia negociaba desde hace más de un año la venta de dos buques de este tipo a la marina marroquí por 272 millones. Aunque de momento se ha encargado la construcción de uno, el contrato abre la puerta al pedido de más unidades similares, como ha subrayado Montero, acompaña por la presidenta del astillero público, Belén Gualda.

En 1982 la Empresa Nacional Bazán —actual Navantia— entregó a la Marina Real de Marruecos el buque Teniente Coronel Errahmani, una corbeta que durante muchos años fue su buque insignia. A principios de esa misma década, la Armada marroquí compró también en España cuatro patrulleros de la clase Lazaga y otras embarcaciones menores. Sin embargo, en los 35 años siguientes Marruecos optó por adquirir sus nuevos buques en Francia (la fragata Mohamed VI y las dos de la clase Floréal, entre otros) e incluso en Holanda (tres corbetas de la clase Sigma), dejando de lado a sus suministradores españoles. En este tiempo, la relación de Navantia con Marruecos se ha limitado a las tareas de mantenimiento de la corbeta.

Este tipo de patrulleros de altura están especializados en la vigilancia del litoral y en las operaciones de rescate y salvamento, ya que disponen de cubierta para helicópteros. También resultan adecuados para evitar la salida de pateras con migrantes irregulares o para su interceptación en alta mar, una capacidad de la Marina marroquí que España está interesada en potenciar.

Las negociaciones para la venta del buque se vieron enturbiadas por la decisión marroquí de delimitar unilateralmente sus aguas, no solo las territoriales (12 millas), en las que incluye la costa del Sahara Occidental, sino también la zona económica exclusiva (200 millas) e incluso la plataforma continental (350 millas), que se solapa con la de Canarias. La disputa entre España y Marruecos por estas aguas está en manos de Naciones Unidas.

Marruecos suspendió la Reunión de Alto Nivel (RAN) con España que estaba previsto celebrar en Rabat a mediados de diciembre, alegando las restricciones impuestas por la pandemia. Exteriores confía en que la cumbre pueda celebrarse en febrero.

El anuncio del contrato ha sido recibido como agua de mayo por Navantia, tras lo reveses de los últimos años, cuando perdió sendos concursos de construcción de 12 fragatas en Canadá, nueve en Australia y 10 en Estados Unidos; los dos primeros a manos de la británica BAE Systems, y de la italiana Fincantieri, el último.

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