La ley de eutanasia ganó a la Navidad

El proyecto más simbólico del primer año del Gobierno estuvo a punto de paralizarse por las fechas navideñas

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, en el Congreso conversando con el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.EUROPA PRESS/E. Parra. POOL (Europa Press)

La ley de eutanasia no ha sido un logro social sencillo ni fácil, pese a los aplausos mayoritarios que recibió la semana pasada en su aprobación definitiva en el Congreso. La norma que regulará con numerosas garantías el derecho a la muerte digna estuvo a punto de ser bloqueada de nuevo por la inminencia de la Navidad. El PNV, que al final la votó a favor, hizo gestiones ante el Gobierno, el PSOE e incluso Unidas Podemos para postergarla a febrero por ...

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La ley de eutanasia no ha sido un logro social sencillo ni fácil, pese a los aplausos mayoritarios que recibió la semana pasada en su aprobación definitiva en el Congreso. La norma que regulará con numerosas garantías el derecho a la muerte digna estuvo a punto de ser bloqueada de nuevo por la inminencia de la Navidad. El PNV, que al final la votó a favor, hizo gestiones ante el Gobierno, el PSOE e incluso Unidas Podemos para postergarla a febrero por la inconveniencia de su debate en estas fechas. PP y Vox se intentaron sumar al bloqueo. Sin éxito. El PSOE “se plantó” porque la considera el símbolo de los derechos sociales que el Ejecutivo quiere relanzar cuando dé un respiro la pandemia.

La ley que regula un derecho tan sensible como la eutanasia fue aprobada con una mayoría absoluta abrumadora e inusual ahora en el Congreso. Obtuvo 198 síes de los 350 diputados. Y, además, se ha convertido para el Gobierno en minoría en un emblema de sus problemas para negociar mejoras sociales a varias bandas y de imponer su agenda de reformas progresistas en medio del tsunami de la covid-19 que ha desviado casi todos sus esfuerzos. La ley ha salido adelante en los estertores de 2020 a su quinto intento y tras un año de tramitación parlamentaria. Y tiene sus antecedentes en casos tan mediáticos de los 90 como el del gallego Ramón Sampedro y parlamentariamente en el proyecto que registró hace tres años Unidas Podemos cuando aún creía en asaltar el poder desde los márgenes del sistema.

Hace dos semanas, el PSOE, que ya había visto con éxito cómo superaban las votaciones del Congreso la ley de Presupuestos para 2021 y la ley Celaá de Educación, intentó forzar la inclusión de la aprobación final de la ley de eutanasia en el último pleno del año. La intención era lanzar el mensaje de que el Ejecutivo no renuncia a su hoja de ruta previa a la covid-19, se propone relanzarla en 2021 y dejaba claro al PP que no triunfarían más sus intentos de nuevas obstrucciones.

La portavoz socialista, Adriana Lastra, llevó el asunto a la Junta de Portavoces que regula los debates y se tropezó con el rechazo de su homólogo del PNV, Aitor Esteban, normalmente una persona valorada por su sensatez y capacidad de pacto y diálogo con cualquier interlocutor o Gobierno. Esteban expresó su “malestar y sorpresa” porque el Ejecutivo quisiese acelerar tanto ese trámite y colar la ley al pleno antes de aprobar su dictamen en su comisión, en este caso la de Justicia. Quería cumplir los pasos reglamentarios y evitar, así, que “una ley sobre un tema tan delicado y complejo se enredase y embarrase en el actual clima de crispación del Congreso con otras polémicas y no permitiese en estas fechas tan significativas un debate más sosegado”, según fuentes del PNV. Esteban, según esa versión, no mencionó la palabra Navidad, pero quedó implícita.

Desde el PSOE se asegura que el dirigente vasco no solo esgrimió “argumentos morales” para sustentar la inoportunidad de discutir esa ley en plenas fiestas religiosas de la Navidad, sino que propuso derivar el debate a febrero “para evitar problemas y críticas de la Iglesia”. Y lo argumentó en la Junta y luego contactó con el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla, con la propia Lastra y con la dirección de Podemos para convencerles de cambiar las fechas. No lo logró.

En el PNV, que es un partido de raíces cristianas pero tiene la eutanasia en su programa, reconocen que Esteban hizo esas gestiones, y que se contrarió por las prisas del PSOE. Había entendido de sus conversaciones privadas que el debate se iba a retrasar. Y le sorprendió que entrase la ley en el pleno con la argucia parlamentaria de convocar una segunda sesión, justo tras la programada con el orden del día cerrado, para permitir su debate in extremis.

Vox no dejó que la ley se colara en el primer pleno pero no lo pudo evitar en el segundo. Su portavoz, Iván Espinosa de los Monteros, reveló la posición de Esteban y la secretaria general de la formación ultra, Macarena Olona, la aireó en sus redes sociales: “Esteban dice que está a favor de la ley pero que no será estético debatirla una semana antes de Navidad. Sepultureros. #NoALaMuerte”. Esteban replicó: “Lo que he dicho es que no me parece una buena idea debatir sobre eutanasia ahora porque ayudará a introducir valoraciones impropias del debate. La follonera demagoga habitual no podía esperar”.

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