Análisis

El presidente opta a sabiendas

En muy poco tiempo, Bildu ha hecho un ejercicio acelerado de cómo se negocia en Madrid, qué es o no factible

El Hemiciclo del Congreso, el pasado marzo.Mariscal (EFE)

Los días corrían y la agresividad, cuando no el desdén, de los dirigentes de Unidas Podemos y de ERC hacia Ciudadanos iba en aumento. Todo pendiente de que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, trascendiera de la retórica del “acuerdo con todos” e impusiera levantar el veto a algunas propuestas significativas del partido liberal. No lo hizo. El líder socialista ha optado por sacar los Presupuestos del Estado para 2021 —puntal de la continuidad de la legislatura— ...

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Los días corrían y la agresividad, cuando no el desdén, de los dirigentes de Unidas Podemos y de ERC hacia Ciudadanos iba en aumento. Todo pendiente de que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, trascendiera de la retórica del “acuerdo con todos” e impusiera levantar el veto a algunas propuestas significativas del partido liberal. No lo hizo. El líder socialista ha optado por sacar los Presupuestos del Estado para 2021 —puntal de la continuidad de la legislatura— con los grupos que ha querido Unidas Podemos: ERC, PNV y Bildu.

No habrá día que PP y Ciudadanos no denuncien esta opción de Sánchez. No habrá día en que el centro derecha deje de proclamar que Pablo Iglesias dirige el Gobierno. No habrá día que Unidas Podemos no exhiba su triunfo en la fortificación del acuerdo solo entre las izquierdas y los nacionalistas, sin franquear el paso a Inés Arrimadas.

El líder socialista no ha hecho nada que le violentara y ha medido todas las consecuencias de sus actos. Así lo transmiten interlocutores del ámbito socialista y de sus áreas de gobierno, sin ocultar las fricciones y tensiones que van acumulándose entre los dos socios de la coalición. Sánchez ha preferido mirar a la izquierda, al menos para los Presupuestos, se recalca en Moncloa, como si este acto no fuera el más determinante de todos los que pueda acometer. Su mirada se extiende a toda la izquierda. En las encuestas públicas y en las de manejo interno, el PSOE aparece como la primera fuerza política y no se aprecia quebranto mínimamente significativo en los eventuales apoyos a los socialistas. No parece perjudicarle vincularse con ERC y Bildu. Los pactos con el PNV, hoy como siempre, son neutros para los partidos de gobierno, ya sea el PP o el PSOE. El problema está entre vascos, entre el nacionalismo de centro y la izquierda abertzale. Esta última ha entrado en el juego de influencias y quiere romper el monopolio del PNV de conseguir logros para la comunidad vasca. No es tarea sencilla llevar la delantera a los hábiles negociadores peneuvistas, la larga experiencia los avala.

En muy poco tiempo, Bildu ha hecho un ejercicio acelerado de cómo se negocia en Madrid, qué es o no es factible. No es fácil derogar la reforma laboral, como ya han comprobado tras un principio de acuerdo abortado en horas, pero sí ha sido factible sacar adelante enmiendas para infraestructuras viarias en el País Vasco.

Esta semana, entre lunes y jueves, el pleno del Congreso vivirá, de la mañana a la noche, la exposición de todo lo acordado y rechazado con los grupos parlamentarios. El PP se prepara para la diatriba total contra el Gobierno por acordar unos presupuestos que traerán “la ruina” a España, sin entrar en los contenidos. No es necesario: con reiterar que el pacto ha sido con “separatistas” y “herederos de ETA” es suficiente. La aparente tranquilidad del Gobierno, avalada por estudios cualitativos, no impide que Pedro Sánchez este fin de semana se haya puesto al frente de la manifestación en la defensa de la Constitución de 1978. En un acto de partido ha querido ¿tranquilizar? a sus militantes asegurándoles que el PSOE “es el garante” de la Ley de Leyes, con todos sus artículos, desde la unidad de España, sus singularidades y la Monarquía parlamentaria como forma de Estado.

Ante la que les viene hasta el fin de año, con el ataque sin tregua del PP, junto al malestar de exdirigentes del partido y barones autonómicos, el PSOE se ha volcado en las redes sociales presentándose como el partido de los derechos, las libertades, la búsqueda de igualdad, y las reformas “desde hace 141 años”. También se lo dice a Pablo Iglesias, líder de Podemos, reconocen los socialistas.

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