El ‘factor Bildu’ abre grietas con Cs y los barones del PSOE
La polémica por el trato dispensado al partido ‘abertzale’ opaca el buen resultado de la votación contra las enmiendas a la totalidad del Presupuesto
El apoyo final de EH Bildu al primer paso de los Presupuestos para 2021 acaparó gran parte del debate de las enmiendas al proyecto en el Congreso, abrió grietas en el pretendido apoyo de Ciudadanos y entre los barones socialistas y esa polémica distorsionó el resultado holgado de la votación. La ministra de Hacienda pidió a los demás partidos su respaldo a unos Presupuestos de “unidad y consenso”, en los que importase más el “qué” que e...
El apoyo final de EH Bildu al primer paso de los Presupuestos para 2021 acaparó gran parte del debate de las enmiendas al proyecto en el Congreso, abrió grietas en el pretendido apoyo de Ciudadanos y entre los barones socialistas y esa polémica distorsionó el resultado holgado de la votación. La ministra de Hacienda pidió a los demás partidos su respaldo a unos Presupuestos de “unidad y consenso”, en los que importase más el “qué” que el “quién”. Pero PP, Vox y Cs denuncian que Bildu ha pasado a ser un socio prioritario del Gobierno.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la gran protagonista de las casi 12 horas que duró este debate de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos del Estado, trató este jueves al portavoz económico de EH Bildu, Óskar Matute, como a cualquiera de los representantes de los otros 11 partidos que no forman parte del Gobierno de coalición, pero que registraron sus votos a favor de facilitar al menos el arranque del proceso. Le agradeció el apoyo como otro posible aliado más “de izquierdas e independentista”, le conminó a trabajar para recuperar servicios públicos y revertir derechos sociales perdidos en anteriores crisis y, eso sí, le dejó para el acta de sesiones una sentencia de colofón: “La política es el arte de adaptarse a la realidad cambiante que vivimos alrededor”.
María Jesús Montero no se refería al pasado de Bildu, ni a que aún no se haya atrevido a condenar los asesinatos de ETA ni a la reacción que causó que el día anterior el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, el líder de Unidas Podemos, se hubiese alegrado tanto de incorporar a la formación abertzale al bloque de izquierdas del Ejecutivo de coalición.
La ministra Montero, de hecho, no se refirió nada a esos ángulos más polémicos de Bildu, en los que sí se cebaron los representantes del PP, Vox, Ciudadanos, UPN y otras formaciones, que los señalan como los herederos de ETA.
Óskar Matute, además, obvió las acusaciones contra Bildu de estos días y se centró en explicar que a su partido ahora le preocupa más qué hacer con el instrumento del Presupuesto para acabar con las políticas neoliberales y de derechas del reciente pasado que los “zigzagueos” partidistas y se mostró dispuesto a arrimar el hombro. Y concluyó: “Hoy no acaba nada, sino que empieza todo”.
El líder del PP, Pablo Casado, aprovechó el final de la sesión para instar al presidente Pedro Sánchez a explicar, “por respeto a las víctimas del terrorismo”, qué había querido sugerir el portavoz de Bildu con esa expresión. Y criticó que el Gobierno considere ya a la coalición abertzale como “socio prioritario”, además de que Iglesias les aluda como un colaborador más en “la dirección del Estado”. Casado despreció los Presupuestos como “los más caros de la democracia”, entre otras cosas, “por haber pagado a Bildu con el traslado de presos”.
La líder de Cs, Inés Arrimadas, también emplazó directamente a Sánchez a elegir entre las dos posibles vías para sacar adelante el proyecto: “Aquí tienen una mano tendida de Ciudadanos hasta el último momento, una mano moderada en lo económico y firme en la defensa de la igualdad. Si no la cogen y cogen la de Bildu y ERC jamás podrán decir que no tenían otra opción”.
La ministra insistió en la idea de que ante una pandemia que equiparó a “catástrofes” y “terremotos” debería de ser el momento “excepcional y extraordinario” para unos Presupuestos “de país, consenso y unidad”, incluso con el PP. Porque entiende que el proyecto no contiene nada que no puedan aprobar todos los partidos para transitar mejor hacia la salida de la pandemia. Lo que no replicó Montero sobre Bildu lo hizo la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, que cerró el debate, y defendió que el proyecto había sido dialogado con “partidos democráticos que cuentan con toda la legitimidad”. Lastra rechazó el ambiente político actual en el que parece que “los demócratas dejamos de hablar unos con otros”.
Fuera del Congreso, distintos dirigentes territoriales del PSOE se enzarzaron al cuestionar el papel concedido a Bildu en esta negociación. A las palabras críticas del miércoles del extremeño Guillermo Fernánez Vara, el castellano Emiliano García Page o el aragonés Javier Lamban, el jueves se unió el asturiano Adrián Barbón. Todos lamentaron la carencia de otro tipo de pactos. La secretaria general del PSE, Idoia Mendia, sí avaló esa negociación por “coherencia” y recordó el mandato del ex secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando les requirió que se desmarcaran de la violencia y optaran por los votos para participar en la vida democrática del país.