Opinión

Ni del PP… ni del Betis

Frente a lo que afirma Rajoy en su comunicado, la resolución del Supremo no le otorga ninguna reparación moral

Mariano Rajoy, durante su declaración como testigo en el juicio de la trama Gürtel en julio de 2017.Chema Moya (EFE)

El comunicado de Mariano Rajoy sobre la sentencia del Supremo contra la trama Gürtel recuerda mucho a aquel chiste sobre el socio del Betis que se está muriendo.

Los hijos del enfermo, que le rodean en la cama, preguntan al padre si tiene algún último deseo que encomendarles. A lo que él les responde:

—Sí, que me hagáis socio del Sevilla Club de Fútbol.

—Pero padre –se sorprenden–, ¿cómo le vamos a hacer socio del Sevilla si u...

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El comunicado de Mariano Rajoy sobre la sentencia del Supremo contra la trama Gürtel recuerda mucho a aquel chiste sobre el socio del Betis que se está muriendo.

Los hijos del enfermo, que le rodean en la cama, preguntan al padre si tiene algún último deseo que encomendarles. A lo que él les responde:

—Sí, que me hagáis socio del Sevilla Club de Fútbol.

—Pero padre –se sorprenden–, ¿cómo le vamos a hacer socio del Sevilla si usted toda su vida ha sido socio y gran seguidor del Betis, si todavía tiene en esta habitación una foto de Cardeñosa y otra de Joaquín?

—Por una sencilla razón –zanja el enfermo–: porque siempre será mejor que se muera un socio del Sevilla que un socio del Betis.

Rajoy afirma en su texto difundido este jueves que la sentencia “no condena a ningún miembro del Partido Popular”, lo cual se parece mucho a la hipotética consideración de que en aquel lecho de muerte no falleciera ningún socio del club verdiblanco.

El comunicado de Rajoy hace una afirmación verdadera, sin duda. Ninguno de los condenados milita en el PP. Pero el que algo sea verdadero no implica siempre que merezca la condición de veraz, porque se puede mentir con datos ciertos: únicamente hace falta omitir otros.

Los principales condenados no sólo eran miembros del PP cuando ocurrieron los hechos, sino que entre ellos figuraban el mismísimo tesorero del partido y varios candidatos a alcalde. Ahora bien, todos fueron expulsados al ir conociéndose las fundadas acusaciones que pesaban sobre ellos. Por tanto, no ha sido condenado ningún militante del PP, cierto, pero varios de los implicados sí reunían esa condición cuando cometieron los delitos.

Una consideración más: frente a lo que afirma Rajoy en su comunicado, la resolución del Supremo no le otorga ninguna reparación moral. Los partidos suelen refugiarse, cuando les conviene, en la literalidad del fallo judicial si éste excluye determinados delitos por razones formales: prescripción, acusación mal formulada o inexistencia del tipo penal en el momento en que se abrió la causa (aunque esa figura delictiva se creara después), entre otras posibilidades. Pero una sentencia no consta solamente del fallo: también se leen en su texto los hechos probados. Y en ellos siguen recogiéndose en este caso el enriquecimiento ilícito de algunos de los procesados, la caja b del partido, los mecanismos de manipulación en las contrataciones públicas y el chute de financiación ilegal con el que el PP concurría a las elecciones, todo ello bajo la presidencia de Mariano Rajoy al frente de la organización.

El desenlace de un cuento no hace desaparecer su desarrollo, tan cierto como el final y además mucho más largo. Se habrá muerto un socio del Sevilla con un día de antigüedad, pero también un seguidor del Betis de toda la vida.

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